Los vecinos de la plaza del Sol se arman con 25 son¨®metros
Los residentes recurren a un proyecto europeo y crean una base de datos sobre el ruido que llevar¨¢n al Ayuntamiento de Barcelona
La plaza del Sol del barcelon¨¦s barrio de Gr¨¤cia se ha convertido en un polo de atracci¨®n de j¨®venes que por la noche conversan, r¨ªen y cantan, en no pocas ocasiones haciendo botell¨®n. Los vecinos, hartos del insomnio y la falta de descanso, se han organizado y han recurrido a un proyecto europeo que combina la colaboraci¨®n ciudadana y la tecnolog¨ªa. Gracias a esta iniciativa, han sembrado la plaza de sensores que monitorizan la contaminaci¨®n ac¨²stica del lugar. Los vecinos est¨¢n creando su propio banco de datos y pretenden, con ¨¦l bajo el brazo, exigir soluciones al Ayuntamiento.
Joan y Remei llevan 23 a?os viviendo en un piso de esta plaza. ¡°Siempre ha habido mucha vida pero desde hace tres o cuatro a?os se ha convertido en el epicentro del botell¨®n¡±, denuncia Remei. Su compa?ero, Joan, lamenta que la mayor¨ªa de comercios que rodean la zona han sorteado la normativa municipal y en realidad ¡°viven de vender alcohol¡±. El grueso de la concentraci¨®n de gente produce desde ¨²ltima hora de la tarde hasta altas horas de la madrugada, de jueves a domingo. La pareja se puso en contacto con sus vecinos y llegaron a la conclusi¨®n de que todos sufr¨ªan id¨¦nticos problemas.
La Agencia Europea del Medio Ambiente advierte que niveles de ruido por encima de los 55 decibelios generan molestias, comportamiento agresivo y perturbaci¨®n del sue?o que desencadenan en problemas de salud. Mara Balestrini, responsable de Making Sense, sabe que los vecinos de la plaza del Sol sufren niveles de ruido superiores a los saludables. Making Sense es un proyecto que con fondos de la Uni¨®n Europea pretende que los ciudadanos usen sensores, registren datos y puedan exigir o crear soluciones. ¡°Hasta ahora, las tecnolog¨ªas las utilizaban casi exclusivamente las administraciones. En Barcelona, el Ayuntamiento tiene un n¨²mero limitado de sensores medioambientales calibrados y car¨ªsimos y si un ciudadano quiere conocer los datos registrados debe hacer una petici¨®n al Consistorio. Le entregar¨¢n un promedio de todas las mediciones¡±, explica.
Making Sense quiere que la ciudadan¨ªa sea capaz de recabar datos en tiempo real. En 2012 dise?aron un sensor capaz de medir el ruido, la calidad del aire, la luz, la temperatura y la humedad. ¡°Investigamos diferentes problem¨¢ticas locales. En Prishtina y Amsterdam utilizamos estos sensores para medir la contaminaci¨®n del aire y en Barcelona r¨¢pidamente surgi¨® el problema de la contaminaci¨®n ac¨²stica¡±, se?ala.
Los responsables del proyecto contactaron con la comunidad de la plaza del Sol. ¡°Les ense?amos a colocar los sensores. Ahora hay 25 instalados en doce viviendas de la plaza. En cada piso hay un sensor dentro de la casa y otro en el balc¨®n¡±, detalla. Luego, los vecinos supervisan los datos recogidos en una aplicaci¨®n.
Joan y Remei llevan desde principios de abril controlando los ruidos que llegan a su vivienda. ¡°?Ves este pico? El otro d¨ªa hubo una manifestaci¨®n y sobrevol¨® varias veces un helic¨®ptero de los Mossos d¡¯Esquadra¡±, resalta Joan mientras muestra un gr¨¢fico en la pantalla de su ordenador. ¡°En abril empezamos una prueba que deb¨ªa durar seis semanas pero los vecinos han decidido seguir midiendo¡±, destaca la responsable del proyecto.
Los niveles de ruido llegan a duplicar el l¨ªmite fijado por la UE
Los datos que van revelando los sensores ya aportan respuestas. ¡°La plaza del Sol es arquitect¨®nicamente una caja de resonancia. Da igual vivir en el primer piso o en la planta sexta. El ruido rebota y alcanza niveles insoportables¡±, argumenta Balestrini. ¡°Aunque tengan doble cristal en las ventanas el ruido las atraviesa y se instala en el interior de las viviendas llegando a situaciones de 96 decibelios en el balc¨®n [casi el doble de lo fijado como l¨ªmite por la UE] y 76 decibelios en el interior de los pisos de madrugada. Esto provoca que los vecinos desde la noche del jueves y hasta que finaliza el fin de semana solo duerman cuatro horas cada noche¡±, lamenta Balestrini. ¡°La jornada comienza con 55 decibelios y hemos llegado a registrar 100 decibelios en un concierto de madrugada. Luego la intensidad baja pero los servicios de limpieza vuelven a incrementar el ruido¡±, destaca.
Remei resalta que uno de los grandes problemas es el dise?o arquitect¨®nico del lugar. ¡°Hay unos escalones ideales para el botell¨®n y lo que conlleva, lateros, peleas¡¡±, denuncia. ¡°Lo que est¨¢ claro es que si las administraciones no invierten y solucionan esta situaci¨®n acabar¨¢ gastando dinero en reparar la salud de los vecinos¡±, concluye Balestrini.
Cada sensor est¨¢ envuelto en una carcasa de color azul. Cada aparato cuesta entre 120 y 150 euros que se pagan con la financiaci¨®n europea. ¡°Los vecinos no pagan ni un c¨¦ntimo. Es una tecnolog¨ªa de bajo coste y adem¨¢s, la licencia es p¨²blica para que la copie todo aquel que lo necesite. Nuestra pretensi¨®n es que la ciudadan¨ªa pueda utilizar la tecnolog¨ªa para disponer de datos que, al fin y al cabo, son la gasolina del siglo XXI¡±, sostiene la responsable de Making Sense.
Mejoras en el horario de limpieza a partir de verano
Desde el Ayuntamiento defienden que hace un a?o arrancaron el plan de plazas del barrio de Gr¨¤cia. Una portavoz del Consistorio asegur¨® que, en colaboraci¨®n con los vecinos, se est¨¢ realizando un seguimiento pormenorizado de todas las plazas radiografiando el ¡°uso p¨²blico que se realiza, el n¨²mero de terrazas, el ruido, la seguridad, la limpieza¡¡±. Adem¨¢s, anunci¨® que a principios de verano se empezar¨¢n a aplicar mejoras y modificaciones en el horario de los servicios de limpieza y ¡°habr¨¢ una presencia m¨¢s continua de agentes de la Guardia Urbana y se controlar¨¢ los horarios de terrazas¡±. Sin valorar la iniciativa de los vecinos de la plaza del Sol, la portavoz afirma que responsables del Consistorio se reunir¨¢n con ellos para alcanzar soluciones consensuadas.
Los vecinos de la plaza junto con Making Sense tienen previsto un debate en las pr¨®ximas semanas donde interpretar¨¢n los datos proporcionados por los sensores. ¡°Aportaremos soluciones y se mostraremos al Ayuntamiento. Una vez solucionado el problema los sensores estar¨¢n aqu¨ª para aquellos vecinos de la ciudad que necesiten utilizarlos¡±, anuncia Mara Balestrini.
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