¡°Yo defiendo no morir en vida¡±
El primer m¨¦dico condenado en Espa?a por eutanasia relata su historia en el libro 'Morir Viviendo, Vivir Muriendo'
Las ¨²ltimas palabras escritas en el historial m¨¦dico de Carmen eran poco halag¨¹e?as: un c¨¢ncer de colon avanzado, hemorragias internas, un infarto de miocardio. Poco o nada hab¨ªa que hacer. Era 2005. Ingresada en el hospital M¨®ra d¡¯Ebre (Tarragona), la mujer, de 82 a?os, pidi¨® al m¨¦dico que la atend¨ªa, Marcos Hourmann (Argentina, 1959), que terminase con su sufrimiento. Su hija tambi¨¦n se lo rog¨®. Y el m¨¦dico cumpli¨®. ?l mismo carg¨® y administr¨® una jeringuilla con cloruro pot¨¢sico que termin¨® con el padecimiento de la anciana.
Con esa inyecci¨®n, Carmen dej¨® de sufrir. Hourmann, sin embargo, empezaba su agon¨ªa. Sus propios colegas m¨¦dicos denunciaron el caso, que culmin¨® con la primera sentencia que conden¨® a un m¨¦dico en Espa?a por eutanasia. Un pacto con la Fiscal¨ªa redujo la condena que ped¨ªan (10 a?os de c¨¢rcel por homicidio) a un a?o de prisi¨®n y no inhabilitaci¨®n como m¨¦dico. Pero la persecuci¨®n lleg¨® hasta su exilio en Inglaterra, donde un an¨®nimo inform¨® de su historia a un tabloide brit¨¢nico, que lo tild¨® p¨²blicamente de ¡°asesino¡±. La familia de Carmen nunca lo denunci¨®, se neg¨® a ejercer de acusaci¨®n particular y rechaz¨® declarar en su contra.
Doce a?os despu¨¦s de los hechos, Marcos remueve las cenizas de todo aquello en el libro Morir Viviendo, Vivir Muriendo, un canto a la vida en el que desgrana c¨®mo ¡°un acto de amor se transformar¨ªa en una pesadilla¡±.
Pregunta. ?Fue un acto de amor?
Respuesta. S¨ª, porque cuando ves el dolor de otro y te haces cargo como si fuese tuyo, es amor. Fue un intercambio de amor.
P. Pero se convirti¨® en una pesadilla, dice. ?Se arrepiente?
R. No. Arrepentido de lo que hice como persona, para nada. Ese hecho fue lo mejor que hice como m¨¦dico. Pero las consecuencias fueron incontrolables.
P. ?Lo volver¨ªa a hacer?
R. No. No lo volver¨ªa a hacer aunque fue lo mejor que hice como m¨¦dico. Esto fue un acto de humanidad, entrega y compromiso que no pasa siempre. Operar un coraz¨®n o poner un tubo lo haces muchas veces y pasa a ser algo rutinario que hay que hacerlo bien. Pero estas situaciones humanas no suceden todos los d¨ªas. A m¨ª me pas¨® solo esa vez.
P. ?Qu¨¦ se le pas¨® por la cabeza en ese momento?
R. Que era lo que ten¨ªa que hacer como ser humano y a trav¨¦s del amor. Me inspir¨® mucho la percepci¨®n de esa madre y esa hija. Hice m¨ªo ese dolor. Me transform¨¦ en uno m¨¢s, no mantuve ninguna distancia.
P. Hay muchas Carmen en los hospitales, personas que en una situaci¨®n terminal, pueden pedir dejar de sufrir. ?No le ocurri¨® en m¨¢s ocasiones? ?Por qu¨¦ ella fue diferente?
R. A m¨ª eso no me pas¨® nunca. Yo me he dedicado a la cirug¨ªa y a las urgencias. No he tenido un contacto seguido d¨ªa a d¨ªa con el paciente y mucho menos con enfermos terminales. Seguramente para otros m¨¦dicos, la relaci¨®n humana y el dolor se les hacen m¨¢s intensos.
P. Carmen se lo pidi¨®, pero usted en un primer momento no le hizo caso. Fue cuando su hija se lo rog¨®, que le administr¨® el cloruro pot¨¢sico. ?Por qu¨¦?
R. Porque primero hay que luchar con todo lo que uno tiene, desde lo humano y los conocimientos. Cuando me lo dijo Carmen hab¨ªa todav¨ªa por qu¨¦ luchar y obviamente no hice caso en las dos primeras peticiones. Despu¨¦s s¨ª, cuando ya no hab¨ªa nada m¨¢s que hacer. Esto es una diferencia importante.
P. ?No se le pas¨® por la cabeza que esa acci¨®n podr¨ªa acarrearte consecuencias legales?
R. No. Normalmente, uno tiene en cuenta el peligro y no cruza con el sem¨¢foro en rojo. Pero yo nunca pens¨¦ que cruzaba un sem¨¢foro en rojo. No pens¨¦ en ninguna consecuencia. Ayudar a un ser humano que sufre de una manera inimaginable, ponerme en su piel, y terminar ese dolor. No pens¨¦ m¨¢s.
P. Usted escribi¨® en la historia cl¨ªnica de la paciente que le hab¨ªa administrado potasio. Quiz¨¢s si no lo hubiese dicho, nadie se habr¨ªa enterado. ?Por qu¨¦ lo hizo?
R. Porque era verdad. Es inimaginable lo que pas¨®. El hospital [fue uno de los que denunci¨® el caso] no ten¨ªa ning¨²n apremio judicial, ni una demanda en camino. El corporativismo m¨¦dico solo existe para algunos.
P. ?Se sinti¨® solo profesionalmente?
R. S¨ª, completamente. Yo dije la verdad. Actu¨¦ humana y compasivamente. Y se castig¨® la libertad y la humanidad de uno.
P. ?Qu¨¦ ha sido lo peor en estos a?os?
R. Me lo plante¨¦ muchas veces. Lo de Inglaterra era innecesario. Ya hab¨ªa pasado un a?o y medio, me estaba recuperando econ¨®mica y laboralmente, estaba saliendo y otra vez a la nada. Creo que la sensaci¨®n de estar levant¨¢ndote y despu¨¦s hundirte fue peor que el transcurso del juicio.
P. ?La eutanasia choca con la m¨¢xima de que la medicina est¨¢ para curar?
R. Hay cosas incurables. Como m¨¦dico tengo que usar el conocimiento para decir que este se?or con c¨¢ncer de pulm¨®n, despu¨¦s de cirug¨ªa, quimio y radioterapia, se va a morir ahogado y no hay nada m¨¢s que hacer. Y si me pide ayuda porque ya no aguanta m¨¢s, eso no es matar, es salvar el dolor, salvar un sufrimiento humano. Yo defiendo no morir en vida.
P. ?Falta entender la muerte?
R. No, falta entender la vida. Si no comprendemos que vivir es maravilloso, nunca entenderemos c¨®mo morir.
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