La m¨²sica en vivo se cuela entre los barrotes de Wad-Ras
El Festival Blues Barcelona lleva uno de sus conciertos a la prisi¨®n de mujeres
El comedor de la prisi¨®n de mujeres de Wad-Ras, en el barrio barcelon¨¦s del Poblenou, est¨¢ patas arriba. Un grupo de internas han apilado las mesas a un lado y han colocado las sillas en dos peque?os grupos con un pasillo en el medio, justo delante de una tarima. Las reclusas se han enfundado sus mejores galas porque hoy ¡°hay actuaci¨®n¡±. La asociaci¨®n Capibola Blues ha trasladado uno de los conciertos del Festival Blues Barcelona al interior del centro penitenciario. La banda elegida es Simews Shocks.
En la prisi¨®n de mujeres de Wad-Ras el tiempo se antoja mucho m¨¢s lento. Para matar el reloj, las 150 internas trabajan en la cocina, en diferentes talleres y participan en cursos, como el de narrativas digitales o la autoescuela. ¡°S¨®lo es la te¨®rica porque el coche no nos cabe en el patio¡±, ironiza una de las reclusas. El deporte tambi¨¦n es importante. ¡°Soy la gestora de deporte, hacemos spinning, zumba, bailes¡¡±, apunta Rosa, cuya apariencia atl¨¦tica ya la delata. Otra compa?era le interrumpe entre risas: ¡°Nos machaca¡±. Con todo, pese al abanico de actividades que se ofrecen en la prisi¨®n, alternativas culturales como los conciertos en vivo rompen la mon¨®tona rutina y las presas lo agradecen.
La m¨²sica de los Simews Shocks empieza a apoderarse del centro donde, aparte de 150 presas, viven tambi¨¦n nueve ni?os. Los menores de tres a?os pueden estar junto a sus madres dentro de la prisi¨®n y desde los cuatro meses salen a diario de Wad-Ras y acuden a las guarder¨ªas del barrio. Se relacionan constantemente con el exterior y con los familiares que se har¨¢n cargo de ellos una vez cumplan los tres a?os.
El saxofonista de la banda, Willy, se hace con su instrumento y comienza a tocar teatralmente paseando entre el pasillo de sillas ocupadas por reclusas a las que ya tiene en el bolsillo. Las internas aplauden y se dejan llevar por el poder de la m¨²sica. Carla Sunday, desde la tarima, canta la letra de Chain of Fools y da la sensaci¨®n de que la mism¨ªsima Aretha Franklin se hubiera hecho hueco en el comedor de la c¨¢rcel.
La directora de Wad-Ras, Silvia Serra, remarca la importancia de poder atraer al centro iniciativas culturales de calidad. ¡°Las internas est¨¢n privadas de libertad pero no pueden quedar excluidas de la sociedad¡±, sostiene.
Simews Shocks no es el primer grupo que visita el centro. En otras ocasiones las presas han podido disfrutar de int¨¦rpretes como Sergio Dalma o de grupos de versiones como los populares Hotel Cochambre. Simews Shocks ha conseguido algo especial. Su canciones han hecho levantarse de los asientos a las reclusas que no dudan en darlo todo bailando. Varios funcionarios no pueden frenar sus pies, que empiezan a moverse casi solos y, durante unos segundos, empiezan a bailar todos con todos.
La reclusa violinista sin instrumento
Gabrielle contesta a todo aquello que se le pregunta de forma pausada, masticando las respuestas. T¨ªmida, pero con la musicalidad de su portugu¨¦s brasile?o materno. Tiene 22 a?os, cometi¨® el error de su vida y ahora vive lejos de su pa¨ªs y de su familia, encerrada en una celda de la prisi¨®n de mujeres Wad-Ras en Barcelona. Antes de equivocarse, cuando viv¨ªa en Brasil, estudi¨® ocho a?os en un conservatorio de m¨²sica. Unos cursos que la convirtieron en una virtuosa del viol¨ªn. Lleva meses recluida y ahora es la profesora de m¨²sica de sus compa?eras. ¡°Doy clases con lo que tenemos aqu¨ª, unas guitarras y un piano que soy incapaz de afinar y que seguro que hacerlo cuesta mucho dinero¡±, lamenta.
Pero ese lamento se transforma en dolor cuando se le pregunta por el viol¨ªn. ¡°No hay ninguno aqu¨ª dentro¡±, informa con los ojos llorosos. ¡°Cuando llevaba 15 d¨ªas presa vino una violinista a hacer un concierto y me dej¨® tocar un momento¡±, recuerda la reclusa. Han pasado varios meses desde entonces y a?ora la sensaci¨®n de apoyar el ¨¦bano sobre su hombro y acariciar con el arco sus cuerdas. La subdirectora de la c¨¢rcel Teresa Pifarr¨¦ aclara: ¡°S¨®lo ser¨ªa posible tener un viol¨ªn dentro del centro si alguien hiciera una donaci¨®n¡±.
Gabrielle pudo ver s¨®lo unos minutos el concierto del grupo de blues. Le esperaba la cocina donde ten¨ªa que preparar comida para el resto de sus compa?eras internas. Un funcionario asegura que la interna pudo escuchar entre cacerolas toda la actuaci¨®n de los Simews Shocks. La brasile?a sigue so?ando con tocar pronto un viol¨ªn.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.