La implicada en la muerte de un guardia urbano apunta a una tercera v¨ªctima
Rosa Peral declar¨® que Albert L¨®pez, otro implicado, habr¨ªa quemado a un vagabundo
La guardia urbana, Rosa Peral, en prisi¨®n preventiva por la muerte de su pareja, Pedro Rodr¨ªguez, sac¨® a relucir en su declaraci¨®n una tercera v¨ªctima. Seg¨²n dijo ante la juez, el otro acusado, Albert L¨®pez, le daba miedo porque hace tiempo le cont¨® que quem¨® a un vagabundo y sus perros porque le molestaban. Tambi¨¦n le incrimin¨®, como ya cont¨® este diario, en el caso de la muerte de un hombre en un operativo en la monta?a de Montju?c. L¨®pez lo neg¨® todo.
Peral declar¨® ante la titular del juzgado de instrucci¨®n 8 de Vilanova i la Geltr¨² (Garraf) que L¨®pez le cont¨® que hac¨ªa a?os mat¨® a un vagabundo. Se trataba de un hombre con perros, que siempre ladraban a L¨®pez al verlo pasar. Como le ¡°molestaban¡±, un d¨ªa cogi¨® al hombre y a los animales, los meti¨® en una f¨¢brica, y ¡°los quem¨®¡±. No sab¨ªa la fecha, dijo, pero asegur¨® que L¨®pez le cont¨® que incluso ¡°sali¨® en las noticias¡±. ¡°Lo coment¨® ri¨¦ndose del hecho, como si fuera algo normal¡±, declar¨®.
Luego le incrimin¨® tambi¨¦n en el episodio del 9 de agosto 2014, en la monta?a de Montju?c. Aquel d¨ªa, Peral y L¨®pez trabajaban como binomio en la Guardia Urbana e intervinieron en un operativo contra la venta ambulante en los jardines de Miramar. ¡°Tuvimos una actuaci¨®n que me hizo desconfiar de ¨¦l¡±, dijo. ¡°Un hombre me vino con una navaja y me dio en la pierna y ¨¦l sali¨® corriendo detr¨¢s¡±, declar¨® ante la juez. Cuando ella lleg¨®, ¡°el hombre estaba muerto¡±. ¡°Pregunt¨¦ qu¨¦ hab¨ªa pasado y me dijo que ¨¦l lo hab¨ªa matado, que no quer¨ªa que a m¨ª nadie me tocara¡±, explic¨®. Peral y L¨®pez manten¨ªan en aquella ¨¦poca una relaci¨®n sentimental.
?Qui¨¦n mat¨® a Pedro Rodr¨ªguez?
En el caso del asesinato de Pedro Rodr¨ªguez, agente de la Guardia Urbana, hay dos compa?eros acusados: su pareja, Rosa Peral, y Albert L¨®pez. Los dos son sospechosos del homicidio, sin que a¨²n est¨¦ claro qui¨¦n mat¨® a Rodr¨ªguez. Peral acusa a L¨®pez de haberse presentado en su casa y matar a Rodr¨ªguez por celos, absolutamente obsesionado con ella despu¨¦s de que ¨¦sta le dejase. L¨®pez acusa a Peral de pedirle ayuda despu¨¦s de matar a Rodr¨ªguez tras una discusi¨®n en la que ¨¦l le agarr¨® del cuello. Ambos admiten que ayudaron a llevar el cuerpo, ya metido en el maletero de su propio coche, hasta la monta?a, donde lo calcinaron.
¡°A lo mejor me lo dijo para vacilarme, a lo mejor el hombre se muri¨® porque¡ No lo s¨¦, son muchas cosas que a m¨ª me han dado mucho miedo y sigo teni¨¦ndolo¡±, insisti¨® en su declaraci¨®n exculpatoria, el pasado 16 de mayo. L¨®pez lo neg¨® todo.
Sobre Montju?c, asegur¨® que actuaron de manera correcta y que hubo ¡°1.000 testigos¡±. ¡°Era una persona que llevaba una semana robando con arma blanca. Nosotros hicimos una operaci¨®n de venta ambulante y en ese momento ¨¦l se vio envuelto entremedio. Cre¨ªamos que era un vendedor m¨¢s. Rosa fue a pedirle la documentaci¨®n, y este se?or la apu?al¨® en la pierna¡±, cont¨®. ¡°El compa?ero y yo sacamos las armas para encararlo ya que se tiraba para nosotros. ?l retrocedi¨® y nos dijo ¡®ah¨ª os qued¨¢is¡¯ y salt¨® por un barranco que yo creo que ¨¦l pensaba que era m¨¢s bajo¡±, sigui¨®. Y explic¨® que tanto ¨¦l como su compa?ero se quedaron en el sitio, sin moverse, mientras el hombre les apuntaba con el pu?al hasta que ¡°se tir¨® para atr¨¢s, como los buzos¡±.
La causa por la muerte de Jos¨¦ Antonio Gonz¨¢lez, en Montju?c, recay¨® en el juzgado de instrucci¨®n 31 de Barcelona y formalmente sigue archivada. En su d¨ªa, los Mossos d¡¯Esquadra no tomaron declaraci¨®n a los polic¨ªas locales. Se basaron en su propia minuta y en un informe de la zona de la polic¨ªa cient¨ªfica. Buscaron testigos e im¨¢genes, sin ¨¦xito. En la autopsia que se practic¨® a la v¨ªctima se asegur¨® que la muerte hab¨ªa sido accidental, fruto de lo que hab¨ªan explicado los propios polic¨ªas.
Pero la jueza de Vilanova que instruye la causa de la muerte de Rodr¨ªguez ha tomado declaraci¨®n a dos polic¨ªas locales, que no formaron parte directamente en la actuaci¨®n. Ambos contaron que el hombre llevaba las esposas puestas cuando estaba en el suelo. Uno de ellos orden¨® que se las retirasen para intentar reanimarle y tomarle el pulso.
Los agentes intervinientes alegaron que al caer se levant¨® del suelo y volvi¨® a encararse y que por eso le esposaron, pero luego se desplom¨®. El jefe de aquella actuaci¨®n es el cabo Juan Jos¨¦ Leal, con un expediente pol¨¦mico en la Guardia Urbana, al que sancion¨® el Ayuntamiento por desobedecer a sus superiores.
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