Un hospital de primera frente al mar

Contaban quienes le hab¨ªan acompa?ado que el pr¨ªncipe Alexandre de M¨¦rode, entonces presidente del poderoso Comit¨¦ M¨¦dico del COI, no ocultaba su inquietud. Dudaba de que aquellos deteriorados pabellones pudieran dar una cobertura sanitaria de calidad a la familia ol¨ªmpica. Cuando, terminadas las obras, volvi¨® al Hospital del Mar, no ocultaba su satisfacci¨®n. Las reticencias se hab¨ªan convertido en entusiasmo.

De 26.000 metros cuadrados hab¨ªan pasado a 42.000. Sobre la misma estructura de pabellones se alzaba ahora un moderno y luminoso hospital, bien equipado y con magn¨ªficas vistas al mar. Albert Pineda y Manuel Brullet, los arquitectos responsables del proyecto, hab¨ªan tenido especial inter¨¦s en combinar la funcionalidad de un hospital moderno con el disfrute de un entorno privilegiado.

El Mar se convirti¨® en uno de los grandes hospitales universitarios de Barcelona, el centro de referencia para los 350.000 habitantes de Ciutat Vella y Sant Mart¨ª, y con el valor a?adido del Instituto Municipal de Investigaciones M¨¦dicas, que se ha convertido en un centro de referencia en la investigaci¨®n epidemiol¨®gica y ambiental. Miles de usuarios disfrutan todav¨ªa de unas salas de espera que tienen por horizonte el ancho mar, pero lo importante es que en sus dependencias se practica la medicina m¨¢s avanzada.

El mismo d¨ªa en que se decidi¨® la candidatura de Barcelona, en octubre de 1986, un grupo de m¨¦dicos del hospital deposit¨® una carta en el buz¨®n del domicilio particular del alcalde Pasqual Maragall. Le ped¨ªan que designara al Mar como hospital ol¨ªmpico. La verdad es que ten¨ªan muchas posibilidades de que eso estuviera ya en los planes del alcalde. El del Mar era uno de los dos hospitales municipales, hab¨ªa sido uno de los centros en lo que se hab¨ªa ensayado con ¨¦xito la muy necesaria reforma organizativa de los servicios municipales y era el que quedaba m¨¢s cerca del lugar donde se proyectaba la Villa Ol¨ªmpica. El ¨²nico problema era que para cumplir la misi¨®n necesitaba una inversi¨®n considerable.

El hospital fue remodelado con el compromiso de reservar 50 camas y el personal necesario para atender a los 24.655 miembros de la familia ol¨ªmpica. El Mar cumpli¨® con creces su cometido. Durante los Juegos atendi¨® a 954 pacientes, el primero de los cuales fue un ciclista norteamericano que se fractur¨® el f¨¦mur durante uno de los entrenamientos.

Pruebas antidopaje

Pero el lugar m¨¢s vigilado, protegido y el que vivi¨® mayores cotas de tensi¨®n fue sin duda el laboratorio antidopaje. Fue dirigido con mano de hierro por Jordi Segura, era el encargado de realizar las pruebas antidopaje de todos los atletas que participaban en las competiciones. Estaba dotado con las m¨¢s modernas t¨¦cnicas de detecci¨®n y el grado de excelencia alcanzado permiti¨® que su influencia se extendiera a los Juegos Ol¨ªmpicos celebrados con posterioridad.

Veinticinco a?os despu¨¦s, el Hospital del Mar acaba de vivir una nueva y necesaria ampliaci¨®n. Las costuras del centro hab¨ªan comenzado a ceder ante la enorme presi¨®n asistencial que soporta: 100.000 visitas anuales de la poblaci¨®n de Ciutat Vella y Sant Mart¨ª, a las que hay que a?adir miles de turistas que sufren alg¨²n percance durante su estancia en Barcelona. Hace unas semanas se inaugur¨® un edificio anexo de 15.000 metros cuadrados que alberga el nuevo servicio de urgencias, el servicio de obstetricia y ginecolog¨ªa ¡ªque atiende 1.600 partos anuales, muchos de ellos de riesgo¡ª y las nuevas instalaciones de radioterapia, con dos aceleradores lineales de ¨²ltima generaci¨®n.

La ampliaci¨®n se inici¨® en 2007, pero la crisis oblig¨® a interrumpir las obras. Se reiniciaron en 2015 gracias a que el Ayuntamiento de Barcelona aport¨® 34 de los 76 millones necesarios para continuarlas. Por unos d¨ªas, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, no pudo estrenar las nuevas instalaciones en el nacimiento de su hijo Gael. Pero quiso estar en la inauguraci¨®n. El del Mar es el gran legado sanitario que los Juegos han dejado a Barcelona.