Ir al cine gratis o por menos de 6,5 euros
El sector recurre al reestreno o a las proyecciones al aire libre para atraer a los espectadores
Jueves de agosto, nueve de la noche. En la playa de San Sebasti¨¢n de Barcelona, unas 2000 est¨¢n sentadas frente a una pantalla gigante. En unos minutos empezar¨¢ la proyecci¨®n de una pel¨ªcula que, en muchos casos, no se ha estrenado en las grandes salas de la ciudad. Es de un director poco conocido, de un pa¨ªs demasiado lejano o, sencillamente, es una pel¨ªcula poco convencional. Pero al fin esas 2000 personas van a poder verla, y de manera gratuita. Eso es lo que ofrece el ciclo de cine al aire libre Cinema Lliure: una ¡°experiencia f¨ªlmica nueva de inspiraci¨®n mediterr¨¢nea¡± que sirve como ¡°escaparate de verano de diferentes festivales de cine¡±, seg¨²n su directora y coordinadora de producci¨®n, Juliana Spadano. Cinema Lliure es una propuesta original, pero no ¨²nica. Al otro lado de Barcelona se organiza Sala Montju?c, ciclo de cine que incluye una actuaci¨®n musical antes de cada pase. Todo, por seis euros y medio.
Iniciativas veteranas
Este a?o, Sala Montju?c cumple su decimoquinto aniversario. Todo empez¨® con tres amigos, Mireia Man¨¦n, Nathalie Modigliani y Guillem Galera, y una idea: la de organizar en Barcelona un evento similar a los ciclos de cine estivales de La Vilette, en Par¨ªs. Lo m¨¢s complicado, explica Man¨¦n, fue encontrar un espacio. Finalmente, el Ayuntamiento de Barcelona les cedi¨® la fosa de Santa Eul¨¤lia del castillo de Montju?c. Las actuaciones musicales fueron evolucionando con el paso del tiempo. Primero formaban parte de un concurso de bandas, cuyo primer premio era grabar un disco. La cantante y compositora Clara Luna, que se present¨® al de 2007, guarda muy buen recuerdo de esa ¨¦poca: ¡°Yo acababa de empezar, y aunque no gan¨¦, una discogr¨¢fica se fij¨® en m¨ª y pude grabar mi primer disco¡±, explica. Este a?o, Luna actu¨® con el tr¨ªo femenino WOM, antes de La La Land. Tambi¨¦n formaban parte del cartel de 2017 cl¨¢sicos como El maquinista de la General o producciones nacionales como La pr¨®xima piel.
En 15 a?os, Sala Montju?c ha vivido de cerca la crisis de las salas de cine. ¡°Los primeros 10 a?os, pod¨ªamos programar lo que quisi¨¦ramos que siempre ten¨ªamos p¨²blico¡±, recuerda Man¨¦n. ¡°Pero hace unos cinco a?os s¨ª que empezamos a notar que hab¨ªa que programar cosas que a la gente le apeteciera ver¡±. Ese mismo verano, el de 2013, el CCCB presentaba un programa titulado Con humor en el marco de Gandules, otro de los ciclos de cine al aire libre que tienen lugar en la ciudad entre julio y agosto. ¡°Eran pel¨ªculas que reflejaban contextos de crisis, pero con cierta iron¨ªa¡±, afirma ?ngela Mart¨ªnez, jefa del servicio de audiovisuales del CCCB. El coste de una sesi¨®n, con aforo para 550 personas, ya asciende a 3.500 euros. La entrada es gratuita, explica Mart¨ªnez, porque Gas Natural se hace cargo del 50% del coste.
Apostar por los cl¨¢sicos
La programaci¨®n de Gandules de este a?o se titula Rebeldes y peligrosas y versa, seg¨²n su creadora, la cr¨ªtica Mar¨ªa Castej¨®n, sobre ¡°mujeres que se salen de la norma, pero que no son v¨ªctimas de nada¡±. Castej¨®n ha estado cerca de un a?o confeccionando el cartel, que incluye desde No soy ning¨²n ¨¢ngel, protagonizada por Mae West, hasta la ic¨®nica Instinto b¨¢sico.
Ciclos de verano a parte, la Filmoteca de Catalu?a es la instituci¨®n referente en difusi¨®n de cine cl¨¢sico y actual. En su caso, el reestreno no es un modelo adoptado por necesidad, sino por vocaci¨®n. La entrada cuesta entre tres y cuatro euros, cantidad que desciende hasta uno o dos euros si se adquiere un abono. Su director adjunto y programador, Octavi Mart¨ª, explica que comparten p¨²blico con salas como Verdi o M¨¨li¨¦s. Mart¨ª elogia la tarea de sus directores: ¡°Ahora hay m¨¢s empresarios cin¨¦filos porque el cine ya no es un negocio f¨¢cil como lo era en los 70¡±. Entonces, se?ala Mart¨ª, las salas se llenaban solas. ¡°Ahora hace falta que la sala busque su p¨²blico, su identidad¡±.
Salas que sobreviven a la crisis del audiovisual
Desde 2012, las cifras de espectadores en Catalu?a han bajado en picado. En tan solo un a?o, de 2012 a 2013, el cine perdi¨® casi tres millones de espectadores. Al a?o siguiente recuper¨® uno, pero para entonces 16 salas ya hab¨ªan bajado la persiana. Las que no lo hicieron tuvieron que buscar nuevos modelos de negocio para sobrevivir. El cine Mald¨¤ es ejemplo de ello. Una sola entrada, que entre semana cuesta una media de cinco euros, da derecho a ver todas las proyecciones del d¨ªa (normalmente, cinco o seis). ¡°Es un modelo que viene desde hace a?os, cuando en Barcelona hab¨ªa salas de reestreno. Despu¨¦s fueron cerrando¡±, cuenta Javier Escriv¨¤, gerente y programador del Mald¨¤. ¡°Ahora nos hemos estabilizado un poco, pero nos falta llegar a la cifra de espectadores de hace unos cinco o seis a?os. Cada a?o hacemos balance y si no perdemos o perdemos muy poco, continuamos. Pero es un sufrir¡±. Seg¨²n Escriv¨¤, su p¨²blico son mayoritariamente mujeres de entre 45 y 70 a?os.
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