A la sombra del Tel¨®n de Acero
En el recinto que lleva el nombre de la capital alemana hay tres fragmentos del Muro que dividi¨® Europa
¡°Cuando se muere la tarde / y agosto parece abrasarte, Madrid, / te buscar¨¦ entre las sombras del jard¨ªn, / parque Berl¨ªn¡±. La estrofa pertenece a la canci¨®n que V¨ªctor Manuel compuso en 1984 y que se llama igual que este espacio verde. La letra del cantante, sin embargo, no parece haber hecho famoso el lugar: ¡°Apenas viene gente a visitarlo que no sea del barrio¡±, dicen varios vecinos.
El parque de Berl¨ªn, situado en el distrito de Chamart¨ªn, fue construido antes de que se institucionalizara la costumbre de hermanar ciudades: Madrid y Berl¨ªn quedaron unidas para siempre por este lugar en 1967. Desde la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn, este parque acoge tres fragmentos del hormig¨®n del Tel¨®n de Acero, que separ¨® la ciudad alemana en dos partes.
El proyecto de dedicar este espacio a Berl¨ªn surgi¨® en 1966, cuando el alcalde del Berl¨ªn Occidental, el socialdem¨®crata Willy Brandt, anunci¨® una visita a Madrid. Las autoridades municipales eligieron unos terrenos pr¨®ximos al Colegio Alem¨¢n e iniciaron las obras. La casualidad hizo que el nuevo parque, de casi cinco hect¨¢reas, se inaugurara el 9 de noviembre de 1967, exactamente 22 a?os antes de la ca¨ªda del Muro. Se esperaba que el propio Brandt presidiera el acto inaugural, pero finalmente no acudi¨®; unos meses antes, hab¨ªa abandonado la alcald¨ªa para dirigir el Ministerio de Exteriores de Alemania Occidental. En su lugar asisti¨® el embajador de la Rep¨²blica Federal de Alemania en Espa?a, Helmut Allart, que acompa?¨® al alcalde franquista de la capital, Carlos Arias Navarro.
Aquel d¨ªa se descubri¨® un monolito de granito que sigue en pie. Est¨¢ coronado por la figura en bronce de un oso, s¨ªmbolo que comparten Madrid y Berl¨ªn. La estatua es obra del escultor Antonio Navarro Santaf¨¦ y parte de las 132.000 pesetas (630 euros) que cost¨® fueron abonadas por alemanes residentes en Espa?a. ¡°Antes, estos mont¨ªculos eran un prado donde pastaban las ovejas. No hab¨ªa calles asfaltadas y nos conoc¨ªamos todos. Era como un pueblo¡±, rememora Francisco Molina, de 65 a?os. Este funcionario jubilado lleva toda la vida en el barrio de Ciudad Jard¨ªn. Nadie mejor que ¨¦l para relatar la evoluci¨®n del parque. ¡°Ha cambiado muy poco. Los ¨¢rboles han crecido y se han plantado nuevas especies. En la fuente antes hab¨ªa patos y cisnes, pero desaparecieron cuando trajeron los restos del Muro¡±.
Estos retales de la historia fueron inaugurados por el alcalde Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez del Manzano en el primer aniversario de la ca¨ªda del Muro, el 9 de noviembre de 1990. Antes, un operario municipal se hab¨ªa afanado por borrar los grafitis de las piezas, aunque no consigui¨® su prop¨®sito. ¡°Los pueblos que no conocen su historia est¨¢n condenados a repetirla¡±, explica una madre a su hijo adolescente frente a los restos.
Beethoven y un h¨¦roe
Los hermanos Jaime y Jorge, de 14 y 12 a?os, han bajado al parque a jugar. Se han sentado en un banco para esperar a otros amigos. A sus espaldas emerge el busto de bronce que Madrid dedic¨® a ?lvaro Iglesias. ¡°No sabemos qui¨¦n es¡±, reconocen. Iglesias era un estudiante madrile?o de 20 a?os que muri¨® en abril de 1982 mientras intentaba rescatar a las personas que hab¨ªan quedado atrapadas en un incendio en la calle de Carranza. Salv¨® a tres personas y muri¨® tratando de rescatar a una cuarta. Un h¨¦roe an¨®nimo que comparte el enclave con el compositor alem¨¢n Beethoven.
Los datos
- Superficie: 4,9 hect¨¢reas
- Administraci¨®n: Ayuntamiento de Madrid.
- Horario: Abierto las 24 horas. Entrada gratuita.
- Puntos de inter¨¦s: Tres trozos originales del muro de Berl¨ªn, monumento a Beethoven, Oso de Berl¨ªn, busto de homenaje a ?lvaro Iglesias, senda bot¨¢nica, instalaciones deportivas y auditorio de m¨²sica.
- C¨®mo llegar: Avenida de Ram¨®n y Cajal, 2. Metro: Concha Espina (l¨ªnea 9). En autob¨²s, l¨ªneas 16, 29, 43, 52 y 120
Tambi¨¦n hay instalaciones deportivas y un auditorio donde se ofrecen recitales. En verano, hace las veces de cine al aire libre. ¡°Cuando esto se llena de verdad es en las fiestas de San Miguel, cuando se montan atracciones de feria¡±, revela Consuelo, una vecina que pasea con su perro.
Muchos visitantes acuden al parque para descubrir la senda bot¨¢nica, formada por una treintena de especies, aunque en el panel informativo solo aparecen 13. Para otros, la joya de la corona es el cuidado c¨¦sped. ¡°No estar¨ªa mal que pusieran unos quioscos¡±, dice Sara C¨¢rdenas, que toma el sol en bikini con dos amigas. La joven solicita tambi¨¦n que el Ayuntamiento delimite una zona para perros: ¡°No puede ser que te tiendas en el c¨¦sped y te encuentres cacas de perro¡±.
En el parque hay un restaurante acristalado que sirve un magn¨ªfico granizado. ¡°Agosto es el peor mes porque la gente del barrio se marcha de vacaciones¡±, apunta Rub¨¦n, un camarero. Y a?ade: ¡°Viene gente de otras partes de Madrid, y turistas, pero son los menos. Por desgracia, este sitio no aparece en las gu¨ªas de viaje¡±.
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