As¨ª era la vida de los terroristas en Alcanar
Los vecinos de la casa que sirvi¨® de laboratorio para los atentados vieron durante meses cargas y descargas
La urbanizaci¨®n Montecarlo est¨¢ a pocos kil¨®metros de Alcanar, el ¨²ltimo pueblo de Catalu?a en la frontera con la Comunidad Valenciana. A un lado tiene el mar, al otro una gran f¨¢brica de cemento que se sienta bajo el sol de las Tierras del Ebro. All¨ª lleg¨® a vivir hace algunos meses un grupo de chicos. Dos de ellos murieron el pasado mi¨¦rcoles en una explosi¨®n que dej¨® en ruinas la casa que hab¨ªan ocupado, y otro result¨® herido. La principal hip¨®tesis de la polic¨ªa es que ese chal¨¦ era el centro de operaciones para el doble atentado en Catalu?a, que podr¨ªa haber tenido peores consecuencias.
La urbanizaci¨®n se extiende en chal¨¦s y caminos de tierra solitarios y calurosos. El alcalde de Alcanar, Alfons Montserrat, describe con un gesto resignado el paraje: "No pasa nadie por aqu¨ª m¨¢s que los pocos vecinos que hay, y casi no hay alumbrado". El viernes, el primer edil de la poblaci¨®n confesaba que se trataba de una "explosi¨®n de poco calado". "No nos imagin¨¢bamos que tuviera relaci¨®n con los atentados", admit¨ªa.
La polic¨ªa cient¨ªfica y los Mossos d¡¯Esquadra tienen acordonada la zona mientras dura el operativo en busca de los explosivos y las bombonas de butano que, de no producirse el accidente, habr¨ªan dado m¨¢s herramientas a los terroristas. Desde Ripoll, planearon los atentados en La Rambla de Barcelona y en Cambrils, y desde Alcanar prepararon la artiller¨ªa.
La explosi¨®n ocurri¨® poco despu¨¦s de las 11 de la noche del mi¨¦rcoles. "Fue horrible, fue un ruido muy fuerte, mucho humo y polvo, est¨¢bamos en la terraza", explica Eric Groby, un vecino franc¨¦s. La onda expansiva hizo explotar los cristales del Hotel Montecarlo, al otro lado de la carretera, y el plato en el que cenaba otro vecino, Patrick Vinaros. "Estuvieron en la casa muchos meses, entraban, sal¨ªan, descargaban cosas, bombonas...", indica. "
Eran muy j¨®venes. Solo uno de ellos era algo mayor, uno que llevaba barba. El resto parec¨ªan tener 20 a?os". Lo cuenta Elian Fern¨¢ndez, una mujer francesa que pasaba sus vacaciones en la casa contigua, propiedad de unos amigos.
"Sab¨ªamos que el chal¨¦ donde aparecieron estos j¨®venes estaba en venta. As¨ª que nos sorprendi¨® ver que se instalaban all¨ª". Elian recuerda que acudi¨® a una inmobiliaria a preguntar si aquellos j¨®venes hab¨ªan comprado el chal¨¦, propiedad del Banco Popular. "Pero en la inmobiliaria nos dijeron que no, que segu¨ªa a la venta. Despu¨¦s miramos nuestro contador de luz por si nos estaban cogiendo electricidad, ya que ten¨ªan agua y luz. Pero no. La verdad es que no sabemos de d¨®nde sacaban el agua ni la electricidad".
Dedujo entonces Elian lo que concluyeron los investigadores posteriormente: que la casa estaba ocupada. "Lo que jam¨¢s pod¨ªamos imaginar es que dentro estaban preparando algo tan horroroso", dice Elian bajando la voz. Ni el Ayuntamiento ni los Mossos d¡¯Esquadra recibieron aviso o denuncia alguna.
En total, los reci¨¦n llegados eran 12, que conformaban, como despu¨¦s se sabr¨ªa, la c¨¦lula que preparaba los ataques que dejaron 14 muertos en Catalu?a. "Iban sobre todo en moto. Ten¨ªan tambi¨¦n un coche y una furgoneta, pero la furgoneta s¨®lo la usaba el mayor, el de barba", relata. "Eran muy discretos. Nunca hac¨ªan ruido o escuchaban m¨²sica alta. Ni siquiera gritaban. Cuando nos cruz¨¢bamos nos saludaban, pero con timidez".
El otro chal¨¦ contiguo al de los terroristas, curiosamente, tambi¨¦n estaba ocupado. En este caso por una familia de rumanos de etnia gitana que llevaba tiempo viviendo all¨ª. El hijo, Lorenzo, recuerda tambi¨¦n ver entrar y salir a los j¨®venes en moto. "Eran ¨¢rabes, eso lo recuerdo. Vest¨ªan normal y dec¨ªan ¡®hola¡¯ si nos ve¨ªan y ya est¨¢. Nunca hablaban de nada m¨¢s". Dice Lorenzo que "a veces estaban en la terraza, con el m¨®vil. Y otras veces boxeando. Hac¨ªan boxeo".
En la terraza, precisamente, estaba uno de los terroristas la noche del mi¨¦rcoles, cuando el chal¨¦ vol¨® por los aires. Lorenzo pas¨® justo por enfrente un minuto antes. "Regresaba a casa y le salud¨¦. Estaba con una camiseta blanca de tirantes y mirando el m¨®vil. Luego llam¨¦ a mi puerta y todo explot¨®". Eran las 23:17. Lorenzo acab¨® en el primer piso de su casa empujado por la onda expansiva. "Los cristales de casa reventaron y varias paredes se cayeron", cuenta.
M¨¢s de un centenar de bombonas
Los bomberos creyeron que aquella deflagraci¨®n fue causada por un escape de gas. La principal tarea era entonces la b¨²squeda de supervivientes, mientras la investigaci¨®n policial trabajaba con la hip¨®tesis de que los ocupantes manipulaban bombonas de gas para comercializarlo. M¨¢s tarde se baraj¨® la idea de que fuese un laboratorio de droga. Al d¨ªa siguiente, sin embargo, el atentado en Barcelona y una segunda explosi¨®n en la casa de Alcanar obligaron a los Mossos a revisar el caso: ampliaron la zona de seguridad y se centraron en la b¨²squeda de explosivos. En los ¨²ltimos d¨ªas, la polic¨ªa ha detonado de forma controlada algunos de los que quedaban entre las ruinas.
Se revelar¨ªa despu¨¦s que, lo que explotaron, fueron una parte de las 106 bombonas que los terroristas almacenaban en el chal¨¦. Algunas de ellas conten¨ªan TATP, un explosivo usado por el Estado Isl¨¢mico conocido como La madre de Sat¨¢n. Otras eran de butano, que deb¨ªan detonarse por simpat¨ªa. El comisario jefe de los Mossos d'Esquadra, Josep Llu¨ªs Trapero, explicar¨ªa horas m¨¢s tarde que los terroristas estaban preparando los explosivos para un gran atentado. Y fuentes de la investigaci¨®n sugieren, todav¨ªa bajo investigaci¨®n, que se llevar¨ªa a cabo con tres furgonetas cargadas con las bombonas.
Pero sali¨® mal. Y, ante el brusco cambio de planes, los integrantes de la c¨¦lula decidieron lanzarse a la desesperada. Uno de ellos se fue en furgoneta a La Rambla barcelonesa y otros cinco se dirigieron a Cambrils.
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