¡°Los socorristas no somos canguros¡±
El joven vigila este verano en una piscina en el Montseny
La piscina de monta?a en la que Nil Panyella hace de socorrista este verano no es una piscina cualquiera. Es la del Club Viladrau. Tiene a?os y solera. Cuatro generaciones de veraneantes de la localidad han extendido la toalla en sus orillas y han nadado en sus frescas y azules aguas (no todo el mundo puede ba?arse en agua de Viladrau). Esta piscina, enmarcada en un paisaje grandioso ¨Csi exceptuamos el lado que da al p¨¢del, sobre todo seg¨²n qui¨¦n juega-, tiene probablemente las mejores vistas que jam¨¢s haya tenido piscina alguna, el Montseny en todo su esplendor, y luce como si la hubiera pintado Hockney, de tan bonita: un triunfo de la luz. Traes al Ned Merrill/Burt Lancaster de El nadador y aqu¨ª se queda. Su historia de medio siglo, con momentos tan negros como cuando se sustituy¨® hace un par de a?os el precioso gresite por producto pl¨¢stico, se remonta a una ¨¦poca en que los veraneos eran de tres meses con tata, las fiestas se llamaban guateques y la gente bien ten¨ªa clase y no solo mucha cuenta corriente. Cuando se inaugur¨® la piscina, dice la leyenda, fueron varios los socios que se dieron de baja, por la inmoralidad de que hombres y mujeres se fueran a ba?ar juntos (al menos en la piscina de casa Torra lo hac¨ªan en d¨ªas alternos). En esta piscina, en la que se han iniciado relaciones que acabaron en el altar, vimos una vez, en el horizonte vertical de nuestra adolescencia, aparecer a Yuta en bikini: una revelaci¨®n; tambi¨¦n contemplamos a Carlos Nadal casi dejarse los dientes en el trampol¨ªn (ya retirado).
Le explico todo esto a Nil, que es un tipo cabal y bastante serio y parece dudar sobre si ha hecho bien en darme la entrevista. Es mediod¨ªa, estamos solos y yo cargo la m¨¢scara de buceo que he usado en Formentera y de la que me cuesta separarme, aunque me da un aspecto algo exc¨¦ntrico y dif¨ªcilmente vaya a ver un pulpo.
¡°Este lugar es s¨²per, desde luego, el paisaje es muy impresionante¡±, acuerda el joven. ¡°Y el ambiente es aqu¨ª muy tranquilo. Otras piscinas no tienen nada que ver: hay mucha agitaci¨®n, y en ellas har¨ªa falta m¨¢s de un socorrista. En esta te puedes apa?ar solo, pero tienes que estar siempre atento, concentrado al 100 %. Es un trabajo duro aunque a veces no lo parezca¡±. Nil Panyella, de 23 a?os, con el grado superior de Deportes, es de la vecina Seva y tiene pareja en Viladrau, por lo que le va muy bien estar destinado en esta piscina. Vigila desde Sant Joan, que es cuando tradicionalmente se abre la instalaci¨®n, y estar¨¢ toda la temporada, que en Viladrau acaba a principios de septiembre. Este verano est¨¢ haciendo bueno, aunque en el Montseny no puedes fiarte de que por la tarde no caiga un chaparr¨®n (como hoy mismo) y tengas que cambiar el ba?o por la chocolatada.
?Alg¨²n susto en lo que va de verano? ¡°Nada serio, heridas, un par de cortes. De lo fuerte, nada. Toquemos madera¡±. ?Qu¨¦ est¨¢ pasando este a?o que hay tanta gente que se ahoga en Catalu?a? ¡°Es por la afluencia, hay much¨ªsimas personas en las playas y las piscinas. Y no hay conciencia en general de los peligros. Muchos padres, por ejemplo, desconectan de los ni?os. En las piscinas piensan que el socorrista puede vigilarlos a todos. Pero el socorrista necesita la ayuda de los padres. No es un canguro. Debe actuar en caso de problemas pero la prevenci¨®n ata?e a todos. Si no ponen un ojo los padres el riesgo es grande¡±. Nil cree que habr¨ªa que tomarse con m¨¢s seriedad la piscina y se?ala la conveniencia de que m¨¢s gente tuviera formaci¨®n de primeros auxilios, como sucede en otros pa¨ªses europeos.
El socorrista pasa 8 horas diarias seguidas en la orilla de la piscina, de 11 a 19, con ratos de poca o ninguna afluencia de p¨²blico. Por muy bonito que sea el lugar, ?no se aburre? ¡°Cuando no hay nadie leo mucho, libros en ingl¨¦s, para mejorarlo. Y nado¡±. Tambi¨¦n observa los p¨¢jaros, que abundan. ¡°Es un trabajo muy duro psicol¨®gicamente¡±, insiste. ¡°Pasas horas sin hacer nada f¨ªsico, sometido a una gran tensi¨®n mental, muy concentrado. Y est¨¢ el sol, y el calor¡±. Afortunadamente tiene un lugar con sombra, bajo una vieja encina, que ha visto de todo. Le pregunto por los pensamientos que suscita este trabajo veraniego al borde de la piscina. ¡°Si eres de comerte el coco no es un sitio muy adecuado, porque tienes mucho tiempo para hacerlo. La cabeza se te dispara. Yo pienso en mil cosas, en el futuro¡¡±.
?Y qu¨¦ tal el trato con la gente? Esta es, no lo negaremos, una piscina bastante pija. Un socorrista ya sali¨® de aqu¨ª por piernas por unas palabras de m¨¢s con una mam¨¢ y ¡°no estar en su sitio¡± que es un concepto m¨¢s evanescente que el cloro. ¡°En general hay respeto, pero hay de todo¡±, apunta Nil con tacto. ¡°Una vez cerr¨¦ la piscina porque hab¨ªa una tormenta en ciernes y un padre salt¨® la valla y me dijo que ¨¦l se ocupaba de s¨ª mismo. Son situaciones dif¨ªciles de lidiar¡±. Nos quedamos observando los vencejos que vuelan rasantes sobre el agua turquesa y yo sigo desgranando mis recuerdos para el socorrista, que suspira.
¡°El verano huele a crema solar y naturaleza¡±
?D¨®nde ir¨ªas de vacaciones? Tengo poco margen porque tambi¨¦n soy monitor de esqu¨ª y snow, pero quiz¨¢ a Mallorca
?Qu¨¦ quieres ser de mayor? A ver si despego una marca de ropa que tengo, Lindak, sudaderas y tal, me gusta dise?arla
?A qu¨¦ huele el verano? ¡°?Aqu¨ª? A crema solar y naturaleza
?Eres m¨¢s de Gin tonic o tinto de verano? ?Tinto de verano?, ?cualquier otra cosa!
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