El n¨²mero de menores atendidas por violencia de g¨¦nero sube un 50%
La unidad especializada de atenci¨®n psicol¨®gica a adolescentes ha recibido en el primer semestre 106 casos
El n¨²mero de menores de edad v¨ªctimas de violencia machista atendidas por los servicios regionales ha crecido un 50% en los seis primeros meses, seg¨²n fuentes del Ejecutivo auton¨®mico. En el primer semestre de 2016 las psic¨®logas recibieron 70 casos y 172 personas ¡ªtambi¨¦n se atiende a los padres de las adolescentes¡ª, mientras que en el mismo periodo de este a?o se han disparado hasta los 106 casos y 254 personas. En su mayor¨ªa se trata de malos tratos psicol¨®gicos, aunque tambi¨¦n hay lesiones f¨ªsicas. En alg¨²n caso puntual tambi¨¦n se han registrado agresiones sexuales.
El n¨²mero de casos que ha recibido el programa No te cortes, dependiente de la Unidad especializada de atenci¨®n psicol¨®gica a mujeres adolescentes v¨ªctimas de violencia de g¨¦nero, ha ido en aumento. Este servicio se cre¨® en mayo de 2013, cuando estaba en el Gobierno regional Ignacio Gonz¨¢lez. En los ¨²ltimos siete meses de ese a?o, acudieron tan solo 45 personas (21 casos). Pero conforme ha ido pasando el tiempo y se ha conocido m¨¢s, la cifra ha crecido. As¨ª se ha pasado de 126 personas (54 casos) en 2014 a las 292 (120 casos) en el ¨²ltimo ejercicio.
Sin embargo, en el primer semestre de este a?o las cifras han crecido de forma ¡°preocupante¡±, seg¨²n reconocen las responsables del centro. Su paciente m¨¢s joven tiene 12 a?os y la mayor, 18. Si superan esta edad, ya pasan a otros servicios regionales. Las psic¨®logas atienden tres tipos de casos. En primer lugar, menores de edad que est¨¢n dentro de una relaci¨®n de pareja (en su mayor¨ªa, noviazgo) en la que exista violencia de g¨¦nero. En segundo, adolescentes que ya han acabado una relaci¨®n en la que se produjo violencia machista y que precisan de ayuda profesional para superar las secuelas o el acoso posterior. Por ¨²ltimo, tambi¨¦n da apoyo a los familiares de estas menores para que puedan asimilar y afrontar esta situaci¨®n.
Las especialistas reconocen que no existe un perfil fijo de menores. Las hay en todos los tramos de edad y en a todos los niveles socioecon¨®micos: ¡°Nos encontramos con chicas que tienen un poder adquisitivo bajo y gente con mucho dinero. Tambi¨¦n se produce en familias desestructuradas o muy complicadas y en otras con muy buenas relaciones familiares¡±, explica una psic¨®loga del centro que prefiere omitir su nombre para no ser reconocida por sus pacientes. ¡°Muchas veces, cuando llegan no se dan cuenta de que las estamos atendiendo por ser v¨ªctimas de violencia de g¨¦nero y piensan que se trata tan solo de una consulta psicol¨®gica¡±, a?ade la profesional.
Algunos de estos casos, dada su gravedad, han terminado en denuncia en el juzgado o en la fiscal¨ªa. ¡°Nunca nos saltamos a la menor. Si ella decide que no se inicie ese proceso, no podemos hacerlo. Eso s¨ª, algunas se dejan aconsejar y llegan hasta el final¡±, a?ade la facultativa.
Pero, ?c¨®mo ejercen los j¨®venes la violencia contra las menores? En general, estas adolescentes sufren estos episodios de violencia de g¨¦nero en su primer noviazgo. A veces, optan por hombres que son mayores que ellas. Estos suelen ejercer un control sobre ellas de forma lenta y sin que la v¨ªctima se percate de ello en la mayor¨ªa de los casos, seg¨²n la especialista. ¡°Lo hacen muy despacito. Pasan de una fase de enamoramiento a eliminar de manera sutil sus derechos y su yo como mujer¡±, reconoce la especialista.
Fase de luna de miel
Cuando se produce una agresi¨®n psicol¨®gica o f¨ªsica, los maltratadores hacen que la adolescente se sienta culpable y responsable de lo ocurrido. ¡°La mujer se cree cada vez m¨¢s peque?a. Luego, cuando se reconcilian, se da la fase de luna de miel en la que se vuelve al enamoramiento¡±, a?ade la profesional. De lo que muchas veces no se da cuenta la menor es que su pareja le va reduciendo su c¨ªrculo de amistades hasta que se queda solo con ¨¦l. En general, logra esa dependencia afectiva, por lo que la v¨ªctima tiene cada vez menos personas a las que recurrir. En casos extremos, la separaci¨®n tambi¨¦n se produce respecto de los familiares.
La duraci¨®n del tratamiento oscila mucho en funci¨®n de la edad de la menor, de las caracter¨ªsticas de su entorno y, sobre todo, de la fortaleza psicol¨®gica de la v¨ªctima. ¡°No es lo mismo trabajar con chicas que ya han acabado con la relaci¨®n que con las j¨®venes que no son conscientes de que est¨¢n sufriendo ese maltrato. Hemos tenido casos que los hemos resuelto en tres o cuatro meses y otros que han necesitado de dos a?os¡±, detalla la profesional.
El trabajo tambi¨¦n se centra en los familiares. Estos reciben formaci¨®n para saber c¨®mo afrontar un problema que les suele sobrepasar: ¡°Tienen que saber c¨®mo actuar si, por ejemplo, su hija se despierta de madrugada y se echa a llorar¡±.
Existen tres v¨ªas para llegar a este servicio. Se puede hacer a trav¨¦s de un correo electr¨®nico (vgjovenes@madrid.org) y mediante dos l¨ªneas telef¨®nicas: el 116111 de la Fundaci¨®n ANAR y el 012 Mujer. El servicio siempre es gratuito, seguro y confidencial. En la primera entrevista deben ir los padres o, al menos, el que tenga la patria potestad. ¡°La reincidencia de las pacientes se da, pero en ese caso las estrategias contra los maltratadores son m¨¢s eficaces en estos segundos casos. Es cierto, que a nivel emocional es m¨¢s dif¨ªcil desvincularse y a veces vuelven con sus maltratadores¡±, concluye la psic¨®loga.
Internet y el m¨®vil dan mayor control al maltratador
Internet, las redes sociales y el tel¨¦fono m¨®vil se han convertido en dos nuevos elementos de control para los maltratadores, seg¨²n reconoce una psic¨®loga de la unidad de atenci¨®n a mujeres adolescentes v¨ªctimas de violencia de g¨¦nero. A trav¨¦s de esa ¡°cultura de la inmediatez¡±, el novio exige a su pareja saber en todo momento qu¨¦ hace, d¨®nde se encuentra y con qui¨¦n est¨¢.
¡°Es un cuchillo de doble filo. Se ejerce ese control hacia la menor y se utilizan todas las herramientas que tienen a su alcance. El maltratador suele instalarse en la cultura de ¡®lo quiero todo y lo quiero ya¡±, reconoce la profesional. Para eso, algunos programas de mensajer¨ªa instant¨¢nea, como Whatsapp, lo favorecen al ponerse en azul el doble clic, lo que supone que se ha le¨ªdo lo escrito.
¡°El m¨®vil genera una gran violencia psicol¨®gica. Se pueden pedir fotos para saber d¨®nde se encuentra o qui¨¦n acompa?a a la menor. Adem¨¢s, muchas veces cogen los propios terminales y chequean todas las conversaciones y las relaciones¡±, afirma la psic¨®loga. Esa actitud va acompa?ada muchas veces de bloqueo o la eliminaci¨®n de muchos contactos o temas tan particulares como el cambio de las fotos de los perfiles.
¡°Se va acotando y restando el grupo de amistades en esas redes sin que muchas veces la menor se d¨¦ cuenta. De esta forma, no tiene amigos a los que contar lo que la est¨¢ pasando, con los consiguientes problemas que ello genera¡±, concluye.
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