El im¨¢n de Ripoll: ¡°Me dieron una paliza y estuve en coma¡±
Abdelbaki es Satty envi¨® cartas al fiscal y al Defensor del Pueblo por la ¡°injusticia¡± de su encarcelamiento
El im¨¢n de Ripoll, Abdelbaki es Satty, fabul¨® durante el proceso judicial que afront¨® por intentar introducir 121 kilos de hach¨ªs en Espa?a. El juez de Ceuta que, en 2011, le conden¨® a cuatro a?os y un mes de c¨¢rcel, no crey¨® ni una palabra suya. Abdelbaki carg¨® la culpa sobre tres hermanos marroqu¨ªes ¡ªque acabaron absueltos¡ª y les acus¨® de obligarle a transportar la droga. ¡°Me metieron en una furgoneta, me dieron una paliza y me dejaron abandonado en una granja. Estuve cuatro d¨ªas ingresado en el hospital y en coma¡±, relat¨® en la vista oral. Pero ni les denunci¨® en su d¨ªa ni aport¨® una sola prueba de su paso por el hospital, se?ala el fallo.
Los hechos probados en la sentencia son los que siguen: la tarde del 1 de enero de 2010, el d¨ªa que cumpl¨ªa 37 a?os, los perros de la Guardia Civil detectaron el hach¨ªs en una furgoneta de su propiedad. Abdelbaki estaba solo, a punto de embarcar en el transbordador que cubre la ruta Ceuta-Algeciras. Le detuvieron. Pero el traficante, luego convertido en im¨¢n de Ripoll y art¨ªfice de los atentados de Barcelona y Cambrils, dio versiones contradictorias para eludir su responsabilidad.
Como imputado, aleg¨® que no sab¨ªa nada de la droga. Y cont¨® una historia alternativa. Los tres hermanos, explic¨®, le hab¨ªan dejado 6.000 euros para comprar la furgoneta. Un mes antes de ser detenido, le ¡°enviaron¡± a una cuarta persona a la que deb¨ªa prestar el veh¨ªculo. Despu¨¦s, el futuro im¨¢n la sigui¨® usando en Marruecos sin darse cuenta de que ¡°llevaba el hach¨ªs¡±. En el juicio, en cambio, admiti¨® que hab¨ªa transportado la droga, pero que lo hab¨ªa hecho por miedo. ¡°Llev¨¦ la droga bajo amenazas. Me han mandado a Marruecos por la droga. Y me han dicho: ¡®Como no vuelvas, te matamos a ti y a tu familia¡±. Para mayor embrollo, la supuesta paliza habr¨ªa ocurrido no entonces sino antes, en junio de 2009.
Abdelbaki proporcion¨® la identidad y la direcci¨®n de los tres hermanos, que viv¨ªan en Cambrils (Tarragona). El juez les llam¨® a declarar como imputados. El fiscal les consider¨® corresponsables del tr¨¢fico de drogas y solicit¨® para ellos la misma pena que para ¨¦l, m¨¢s de cuatro a?os. Los tres ten¨ªan antecedentes; en alg¨²n caso, por tr¨¢fico de drogas, explican fuentes judiciales. El titular del juzgado de lo penal n¨²mero 2 de Ceuta, sin embargo, les absolvi¨®.
Durante el juicio, a Abdelbaki se le hicieron ver las ¡°notables contradicciones¡± ¡ªson palabras del juez en la sentencia¡ª entre lo dicho en fase de instrucci¨®n y lo alegado en la vista oral. Pero el im¨¢n tambi¨¦n tuvo explicaci¨®n para ello. Jam¨¢s dijo que no supiera nada de la droga. Le hab¨ªan entendido mal. ¡°Fue por error de la traductora. Se ha equivocado¡±, aleg¨®. La ¡°inverosimilitud¡± que el magistrado aprecia en toda su declaraci¨®n viene marcada tambi¨¦n por otros detalles. En el juicio, la cantidad prestada por los hermanos para comprar la furgoneta ya no era de 6.000 euros, sino de 13.000.
Abdelbaki permaneci¨® en prisi¨®n por tr¨¢fico de drogas desde el 2 de enero de 2010 ¡ªun d¨ªa despu¨¦s de ser detenido en Ceuta¡ª hasta abril de 2014. La mayor parte de ese tiempo lo pas¨® en la c¨¢rcel de Castell¨®n I, aunque las primeras semanas estuvo en Ceuta.
Mientras permaneci¨® en prisi¨®n provisional a la espera de juicio, Abdelbaki denunci¨® la ¡°injusticia¡± a la que se sent¨ªa sometido. Escribi¨® cartas exponiendo su versi¨®n de los hechos ¡ªla culpabilidad de los hermanos marroqu¨ªes, las amenazas, etc¨¦tera¡ª tanto al Defensor del Pueblo como a la Fiscal¨ªa General del Estado. Aleg¨®, entre otras cosas, que los tres hermanos le estaban haciendo llegar amenazas a prisi¨®n. Las dos instituciones respondieron que el caso estaba pendiente de juicio y que, por tanto, nada pod¨ªan hacer.
Se ignora si su condena o su paso por prisi¨®n sirvieron para acelerar su proceso de radicalizaci¨®n. Lo cierto es que ya antes, en Vilanova (Barcelona), hab¨ªa estado en contacto con un im¨¢n radical. Se trata de Mohamed Mrabet, que presid¨ªa la mezquita Al Furkan y que fue detenido en la Operaci¨®n Chacal en 2005. La polic¨ªa le atribuy¨® la direcci¨®n de una red que envi¨® a muyahidines (combatientes) a Irak y Afganist¨¢n. En su casa, los agentes hallaron documentaci¨®n de Abdelbaki Es Satty. Aunque no lleg¨® a ser imputado en la causa, el juez autoriz¨® la intervenci¨®n de su tel¨¦fono.
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