La danza y el fuego
El colof¨®n de Los Veranos de la Villa mezcla pirotecnia y coreograf¨ªa en el Parque Tierno Galv¨¢n
¡°Cuidado: peligro de explosi¨®n¡±, se lee en el cartel de la verja. No es de extra?ar, en este lugar fabrican artefactos chisporroteantes: torbellinos, silbatos, meteoros, volcanes, fugaces, intermitentes, colas de caballo, farfallas, medusas, rel¨¢mpagos. Encaramada a una colina en el municipio de Villarejo de Salvan¨¦s, a unos 50 kil¨®metros al sudeste de la capital, est¨¢ la f¨¢brica de Pirotecnia Vulcano, rodeada de un oc¨¦ano de campos.
M¨¢s que una una f¨¢brica con grandes naves peque?os talleres se diseminan por los 60.000 metros cuadrados de terreno. Acogen un cupo m¨¢ximo de materiales explosivos ¡ªestablecidos por ley, que es muy r¨ªgida con esta actividad, por sus peligros¡ª. As¨ª, si hay un accidente en un taller, toquemos madera, no salta todo por los aires. En este tranquilo lugar se crean esos fuegos que pintan sue?os lis¨¦rgicos en el cielo nocturno. No faltan sue?os que pintar: de aqu¨ª a final de septiembre la empresa tiene 95 espect¨¢culos programados. Una noche celebran 13 simult¨¢neamente en diferentes pueblos de Espa?a. Y el domingo 3 ponen el colof¨®n a Veranos de la Villa.
Precisamente ayer estaban planeando poner a la pirotecnia a bailar, con la ayuda de una core¨®grafa y todo. La iniciativa fue de Maral Kekejian, directora de Veranos, que puso en contacto a la core¨®grafa Cuqui Jerez con la empresa Vulcano. ¡°Al principio flip¨¦ un poco, porque no conoc¨ªa nada de este mundo¡±, dice Jerez. Casualmente, su ¨²ltimo estreno en el Mercat de les Flors (en Barcelona) era una coreograf¨ªa con miles de objetos de todo tipo lanzados al aire, trazando trayectorias y sin nadie en escena.
¡°Me dijeron que lo m¨ªo era como una pieza de fuegos artificiales anal¨®gica¡±, dice la artista ¡°as¨ª que este proyecto no era tan diferente: cosas que vuelan, algo totalmente ef¨ªmero". El resultado ser¨¢ el broche, el pr¨®ximo domingo, de la programaci¨®n veraniega del Ayuntamiento de Madrid. La cita es en el Parque Enrique Tierno Galv¨¢n, a las 21 horas. Antes, se anima a los ciudadanos participantes a celebrar un picnic en el c¨¦sped del parque. En los almacenes de Vulcano las diferentes "unidades pirot¨¦cnicas" ya esperan en silencio a salir a bailar al son del Romeo y Julieta de Prokofiev. El a?o pasado, en el mismo marco, fue la primera ocasi¨®n de mezclar ambas disciplinas, con la m¨²sica de El p¨¢jaro de fuego, de Igor Stravinsky.
?C¨®mo se juntan una core¨®grafa y un pirot¨¦cnico? "Al comienzo era un poco locura, porque ninguno conoc¨ªa la disciplina del otro", dice Jos¨¦ Luis Jim¨¦nez, propietario de Vulcano y segunda generaci¨®n de pirot¨¦cnicos, "pudimos entendernos gracias a un simulador inform¨¢tico de fuegos artificiales y ahora creo que estamos cambiando la forma de hacer estos espect¨¢culos. Es algo completamente nuevo, es otra cosa". Quiz¨¢s aqu¨ª se este haciendo historia, creando escuela. "Te metes en el espect¨¢culo, van sucediendo cosas fuera de lo habitual, se rompe la simetr¨ªa can¨®nica de este tipo de eventos", apunta el pirot¨¦cnico, "hemos aprendido mucho de esta experiencia para nuestros otros proyectos".
Es algo as¨ª como una sinestesia. "Se trata de dar textura y desplegar la m¨²sica en el espacio", dice la core¨®grafa. La elecci¨®n de la partitura se hace teniendo en cuenta varios criterios pero sobre todo "que tenga diferentes partes que puedan generar una dramaturgia coherente y que con los efectos disponibles se pudiera llenar de contenido. Elijo m¨²sica de ballet cl¨¢sico porque estas partituras suelen ser m¨¢s narrativas".
Cada una de las escenas tiene su propio car¨¢cter, basado en el color o las formas pirot¨¦cnicas. "La idea es traducir de lo que percibimos con un sentido a lo que percibimos con otros", dice Jerez, "ver cu¨¢les son esas transferencias". La pieza, adem¨¢s, no busca la espectacularidad constante: si bien hay momentos de gran actividad, hay otros de calma y silencio, todo al servicio de la dramaturgia que se pretende crear. "De hecho, esto no es un espect¨¢culo de fuegos artificiales, sino una pieza esc¨¦nica con fuegos artificiales", precisa la core¨®grafa.
La pirotecnia ha cambiado mucho desde que en los a?os ochenta Jose Luis (padre y pionero) se estableciera en estas tierras, portador de un saber del que pr¨¢cticamente no existe literatura y se transmite oralmente de generaci¨®n en generaci¨®n. "Lo que sab¨ªamos lo ten¨ªamos escrito en un libreta y la guard¨¢bamos debajo de la almohada mientras dorm¨ªamos, para que eso no lo supiera nadie", explica el fundador de la empresa. Antes eran castillos de palos, surtidores, chisperos, es decir fuegos est¨¢ticos y en tierra que acompa?aban la llegada de los santos patronales, luego se comenzaron a lanzar al aire y ahora ya se utilizan tecnolog¨ªas modernas que permiten programar los lanzamientos y realizar espect¨¢culos m¨¢s complejos. El domingo se lanzar¨¢n a la noche madrile?a 2.400 unidades y se usar¨¢n 265 kilos de pirotecnia repartidos en 200 metros de frente, todo en 31 minutos: "Ser¨ªa imposible hacer un espect¨¢culo de estas dimensiones manualmente", confirma Jim¨¦nez. Seg¨²n la composici¨®n qu¨ªmica y la forma del proyectil se producen diferentes formas y colores, y diferentes impresiones en el espectador: la magia de los fuegos.
A pesar de los cambios tecnol¨®gicos, la fabricaci¨®n de las unidades sigue siendo casi artesanal. Un trabajador (de los 26 que tiene la empresa) en su peque?o taller rellena con la p¨®lvora y los otros compuestos las carcasas, las manos tiznadas de negro material. Lo que nos muestran es la traca, pero de verdad: la ruidosa retah¨ªla de explosiones que se usan para cerrar algunos de estos shows. Afuera, bajo el sol, est¨¢n los olivos, cuyas copas tambi¨¦n parecen una explosi¨®n de verde vegetal.
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