Entre ¡®Bella Ciao¡¯ y la m¨²sica cinematogr¨¢fica
La noche musical en el centro de la ciudad mostr¨® una oce¨¢nica variedad estil¨ªstica
Tres voces femeninas delicadas como el cristal y potentes como el acero en la Catedral, envueltas por la canci¨®n popular italiana. Una peque?a multitud viendo c¨®mo se hermanaba el hip-hop con una brass-band en la Rambla del Raval, la rumba resonando en el Moll de la Fusta y un peque?o espect¨¢culo audiovisual made in France llenando ojos y o¨ªdos en la plaza Dels ?ngels. Cuatro ejemplos de lo que son¨® y pas¨® en el segundo d¨ªa de fiesta, donde la chavaler¨ªa volvi¨® a concentrarse masivamente tanto en el Parc del F¨®rum como en la playa del Bogatell para seguir ejemplos de m¨²sica de fusi¨®n con artistas como Amparanoia y Txarango. Una noche completa en la que el centro de la ciudad mantuvo un tono tranquilo y s¨®lo el escenario del Raval con el proyecto Rebel Babel Ensemble se vio tan lleno como el propio escenario, ocupado por dos bandas de metal. Los coches pasaban estrechados por el p¨²blico en una noche m¨¢s de fiesta. Y van dos.
En la Catedral el prodigio tom¨® forma de canci¨®n popular italiana, y el espect¨¢culo Bella Ciao entorno a la popular¨ªsima composici¨®n de esperanza y lucha tomo forma con el grupo de Ricardo Tessi, acompa?ado por voces tan hermosas como la de Lucilla Galeazzi. Una demostraci¨®n de vida de la m¨²sica popular que se abri¨® y cerr¨® con la composici¨®n que aguanta como la clave de una b¨®veda la importancia y actualidad de ese cancionero. El p¨²blico, adulto y sentado, despidi¨® el espect¨¢culo en pie y enardecido con una canci¨®n id¨®nea para entonarse en tiempos convulsos. La m¨²sica siempre acompa?a en momentos importantes y el tema, se col¨® reiteradamente en la velada. La mayor parte de la asistencia era local, tal y como pas¨® con la celebraci¨®n de los 25 a?os de rumba desde las Olimpiadas que se celebr¨® en el Moll de la Fusta. Muchacho y Los Sobrinos actuaron antes de que Los Manolos cerrasen noche, y lo hicieron sin que los turistas llegasen a descubrir el escenario. Era raro encontrarse en un rinc¨®n barcelon¨¦s casi sin su presencia. Tal parece que para ellos la rumba s¨®lo vive en las terrazas de las cafeter¨ªas y bares de la ciudad, donde se la cantan los rumberos que all¨ª se buscan la vida con unas coplas. Se perdieron una de las estampas de la noche, los fuegos artificiales coloreando el mar mientras sonaban las rumbitas de Muchacho y su familia de amigos.
Y mientras en el Moll de la Fusta los extranjeros escaseaban, en la Rambla del Raval, los artistas en escena se dirig¨ªan a la concurrencia tambi¨¦n en ingl¨¦s, para implicar en el espect¨¢culo a todo el mundo. Los anglos, familiarizados con la m¨²sica de banda de metales, en escenario estaban la Banda del Taller de M¨²sics y otra formaci¨®n de metales, esta polaca, se entregaron a la causa y la Rambla se ondul¨® con el ritmo. La fusi¨®n entre recitados y metales no se tuvo que ajustar con f¨®rceps, pero la intenci¨®n de su motor, Rapsusklei, qued¨® ah¨ª, legitimada por la entrega de la asistencia. M¨¢s tarde, los locales Oso Leone ofrecieron un concierto elegant¨ªsimo en la plaza Dels ?ngels, el coraz¨®n del BAM con permiso del Raval. El folk pop vaporoso de los mallorquines encaj¨® en el ¨¢nimo del p¨²blico, que sigui¨® el cincelado de las canciones aparcando temporalmente la expansi¨®n festiva, adormecida con canciones preciosas que nac¨ªan en la penumbra de un escenario apenas iluminado por la pantalla de v¨ªdeo.
Y el escenario fue el gran protagonista del concierto que cerr¨® la programaci¨®n de la plaza Dels ?gels. Chassol, un nuevo talento de la m¨²sica francesa, propuso un espect¨¢culo en el que parte del sonido se produc¨ªa en la pantalla de v¨ªdeo, donde diferentes personas bien constru¨ªan la melod¨ªa silbando o tocando la flauta. Esa melod¨ªa era desarrollada por el propio Chassol con teclados y por un bater¨ªa. La idea, result¨® llamativa, pl¨¢stica, delicada y bien resuelta, pero el tono cinematogr¨¢fico de la m¨²sica, la pr¨¢ctica suspensi¨®n de ritmo y la ausencia de estructuras pop sugirieron que aquel no era el lugar id¨®neo para la propuesta, interesante pero poco agradecida para ser seguida de pie. El p¨²blico, que ya quer¨ªa bailar, se arrancada a la menor oportunidad, e incluso Chassol hubo de sugerir gestualmente que se tuviese paciencia, que las canciones necesitaban su desarrollo. Curiosamente, el enardecimiento se traslad¨® a la Catedral, donde poco m¨¢s tarde el ¡°Bella Ciao¡± recordaba al p¨²blico en pie la pertinencia de la canci¨®n popular. Hay cosas que nunca mueren.
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