El l¨ªder jesu¨ªtico que se pone siempre de perfil
Junqueras es, por encima de todo, un independentista convencido que ha arrastrado a la antigua Converg¨¨ncia a abrazar el secesionismo sin complejos
Antes que independentista soy dem¨®crata, y antes que dem¨®crata soy buena persona¡±, se defini¨® Oriol Junqueras (Barcelona, 1969) el pasado 19 de septiembre en un mitin en El Prat de Llobregat (Barcelona) en el que clam¨® por construir un nuevo Estado. Apenas unas horas antes, el presidente de Esquerra Republicana sentenci¨® que el recurso de la Generalitat ante el Tribunal Supremo contra la intervenci¨®n de sus cuentas comportaba la suspensi¨®n de la medida acordada por el Ministerio de Hacienda. No era cierto, pues el Govern ni siquiera lo hab¨ªa solicitado a los jueces. Y, horas antes, Junqueras interrumpi¨® una entrevista en Catalunya R¨¤dio a la ministra de Sanidad, Dolors Montserrat, porque esta le hab¨ªa pedido que ¡°volviera a la legalidad¡± y no incumpliera la ley de estabilidad presupuestaria gastando dinero en el refer¨¦ndum. ¡°Controlando el paracetamol no detendr¨¢n la voluntad de los catalanes de votar¡±, clam¨® el vicepresidente catal¨¢n.
Son tres hechos dispares ocurridos un mismo d¨ªa que ayudan a entender a Junqueras, el l¨ªder con mayor proyecci¨®n social y pol¨ªtica en Catalu?a y que es, por encima de todo, un independentista convencido que ha arrastrado a la antigua Converg¨¨ncia a abrazar el secesionismo sin complejos y llevarlos a secundar su estrategia si quer¨ªan mantenerse en el poder. La situaci¨®n catalana no se entiende sin el papel central que ha jugado un hombre que es feliz haciendo de pay¨¦s y que se afili¨® a Esquerra en septiembre de 2011, apenas seis meses antes de ser encumbrado a la direcci¨®n y acabar con las luchas cainitas internas.
ERC gobern¨® con las fuerzas de izquierda en los dos tripartitos, de 2003 a 2010. En apenas dos a?os, Junqueras pas¨® de hacer programas de historia en TV3 a ser el jefe de la oposici¨®n en Catalu?a, mientras los suyos apoyaban los recortes de la Generalitat en sanidad y servicios sociales sin apenas sufrir desgaste pol¨ªtico, una habilidad y una constante de su trayectoria.
Consolidado en la centralidad de la pol¨ªtica, con el PDeCAT renegando de su pasado a causa de la corrupci¨®n, Junqueras acept¨® a rega?adientes la lista electoral de Junts pel S¨ª en 2015 y despu¨¦s no le qued¨® m¨¢s remedio que sentarse en el Govern de Carles Puigdemont. En estos casi dos a?os ha cultivado una apariencia dialogante con el Gobierno central que no se ha traducido en m¨¢s autogobierno de Catalu?a, labr¨® una aparente buena relaci¨®n con la vicepresidenta Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa que se acab¨® diluyendo y hasta hace unas semanas no asumi¨® las competencias de procesos electorales y se resisti¨® hasta el final a firmar el decreto de convocatoria del refer¨¦ndum. Junqueras en estado puro.
Cuidadoso en las formas y culto, desde las filas del PDeCAT y la CUP le atribuyen un innegable car¨¢cter jesu¨ªtico si se compara su discurso con ciertas actuaciones. As¨ª, con motivo de las elecciones municipales del 24 de mayo de 2015, Esquerra anim¨® a colocar la bandera estelada en los Ayuntamientos catalanes. Junqueras era entonces alcalde de Sant Vicen? dels Horts (Barcelona) y no iz¨® la ense?a independentista. ¡°No es la bandera de todos los catalanes¡±, se justific¨® d¨ªas antes, pero, a finales de agosto, no tuvo reparos en defender que se acudiera con la estelada a la manifestaci¨®n contra el terrorismo en Barcelona.
En otro de esos actos de fe, en 2012, Junqueras pidi¨® al Govern, del que no formaba parte, que reforzase la Agencia Tributaria de Catalu?a para facilitar que los ciudadanos ¡°insumisos¡± pudieran pagar los impuestos a la Generalitat. Tres a?os despu¨¦s, una de las primeras actuaciones como consejero de Econom¨ªa fue pedir que siguieran pagando a la Agencia Tributaria espa?ola porque la Generalitat carec¨ªa de competencias.
Otro dem¨¦rito que se le atribuye es el de decir a su interlocutor lo que parece que quiere escuchar. ¡°Es que yo soy cristiano¡±, se justific¨® ante un alto responsable de una entidad bancaria que tiene por costumbre, como ¨¦l, acudir a misa. El origen de su buena sinton¨ªa con la Iglesia hay que buscarlo en su infancia, cuando, seg¨²n su biograf¨ªa oficial, unas monjas italianas que dirig¨ªan una guarder¨ªa en Sant Vicen? dels Horts convencieron a sus padres para que estudiara en el Liceo Italiano de Barcelona, algo que a principios de los setenta no estaba al alcance de muchos. Su buena relaci¨®n con la Iglesia perdura todav¨ªa. El pasado verano, mantuvo una larga reuni¨®n con el abad de Montserrat, Josep Maria Soler, que d¨ªas atr¨¢s hab¨ªa firmado una declaraci¨®n de apoyo al di¨¢logo entre el Gobierno y la Generalitat junto con el abad de Poblet.
Ha sabido cultivar una imagen campechana combinada con la de estadista, aunque en los escasos viajes realizados al extranjero no le ha recibido ning¨²n mandatario de relieve. No como a su predecesor, el consejero Andreu Mas-Colell, que se reun¨ªa con representantes del Sistema de la Reserva Federal estadounidense. El discurso pol¨ªtico que Junqueras repiti¨® durante a?os es que Catalu?a sufr¨ªa un d¨¦ficit fiscal anual de 16.000 millones, hasta que el exministro socialista de Hacienda Josep Borrell desbarat¨® ese mantra en el libro Los cuentos y las cuentas de la independencia, con datos de as balanzas fiscales que public¨® el propio Mas-Colell.
Pese a todo, Esquerra nunca tuvo un l¨ªder tan carism¨¢tico, ni tan cercano a la victoria, aunque el discurso oficial reza que lo que ellos desean es la independencia y no piensan en elecciones. A la espera de lo que ocurra despu¨¦s del refer¨¦ndum y de los procesos judiciales en marcha, ante una parte de la sociedad catalana se dibuja como el futuro president seis a?os despu¨¦s de encaramarse al frente de su partido y aprovechar como nadie los vientos favorables de la historia
El desaf¨ªo independentista catal¨¢n
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