¡°Le vamos a dar la Cruz de Sant Jordi a Rajoy¡±
Tractores de payeses rodean algunos centros de votaci¨®n en Lleida, donde una orden religiosa abri¨® un monasterio
Eulalia Cuspinera, de 82 a?os, fue la primera persona en votar ayer en el Institut d¡¯Estudis Ilerdencs en el centro hist¨®rico de Lleida. Fuera aguardaba una fila de cientos de personas. ¡°He votado porque soy catalana. Espero que sea un d¨ªa de armon¨ªa en el que se respete lo que opine cada uno¡±, celebraba. Como ella, sus nueve hijos ten¨ªan previsto participar en el refer¨¦ndum ilegal de independencia. ¡°?Acaso esta se?ora es una terrorista?¡±, requer¨ªa Carles Oncins, apoderado de Esquerra Republicana de 46 a?os. Unos pocos minutos antes, una pareja de Mossos d¡¯Esquadra hab¨ªa dado su consentimiento a que comenzara la votaci¨®n tras hablar durante varios minutos con el abogado designado como intermediario.
La jornada dej¨® un herido grave por un infarto en la capital provincial y un reguero de heridos tras varias cargas policiales. La tensi¨®n tambi¨¦n fue m¨¢xima en municipios como Alcarr¨¤s. ¡°A las nueve de la ma?ana han llegado 60 antidisturbios de la Guardia Civil y han optado por cargar de forma desmesurada contra gente en actitud pac¨ªfica¡±, criticaba Miquel Serra, alcalde desde 2011 de esta localidad de 9.300 habitantes y muy pr¨®xima a Arag¨®n. ¡°Que yo mismo he sido golpeado. Que han herido a gente de 80 a?os yendo contra todos de forma indiscriminada¡±, incid¨ªa. Fuera del centro cultural municipal habilitado como sede electoral, una barrera humana de cientos de personas se amontonaba alrededor de la entrada del edificio.
Mesas electorales improvisadas
La apertura de la docena de colegios electorales que EL PA?S recorri¨® por Lleida capital y la provincia estuvo marcada por la improvisaci¨®n. Los organizadores del refer¨¦ndum no lo escond¨ªan. ¡°Avanzamos de inc¨®gnita en inc¨®gnita¡±, reconoc¨ªa el presidente de una mesa electoral. Los responsables de estas fueron en muchas ocasiones voluntarios que ejerc¨ªan de vocales de presidentes. La cuesti¨®n es que hubiera tres en cada mesa para poder comenzar la votaci¨®n.
Antes de que amaneciera las personas presentes en el Institut P¨²blic Joan Or¨® de la capital se distra¨ªan alrededor de juegos de mesa; mientras, otros escuchaban la radio. ¡°La cuesti¨®n es matar el tiempo y la ansiedad. Encima yo estoy muy destemplada¡±, confiaba Mari Tere. A unos metros un matrimonio entreten¨ªa con otro juego a sus dos hijos.
La ¡°misi¨®n¡±, seg¨²n una de las presentes, era evitar que las fuerzas de seguridad se llevaran la urna. Un grupo de hombres improvis¨® al mediod¨ªa una barricada en la calle por la que hab¨ªan intentado irrumpir los agentes. Como refuerzo, una decena de tractores de payeses cort¨® las calles adyacentes al centro de votaci¨®n, haciendo imposible que se acercaran los coches patrulla.
La misma t¨¢ctica se sigui¨® en Torre de Segre, a unos cinco kil¨®metros de Alcarr¨¤s. La diferencia era que el alcalde, Josep Ram¨®n Branzuela, del PSC, no facilit¨® ning¨²n complejo del Ayuntamiento. Los partidarios de la independencia pudieron votar en la esuela de primaria del pueblo de 2.300 habitantes. Alrededor de ¨¦l tambi¨¦n se colocaron varios tractores a modo de fort¨ªn. ¡°Seguro que vienen, seguro que vienen¡±, porfiaba no obstante V¨ªctor, que prefiri¨® no dar m¨¢s datos personales. Dentro de la escuela, la gente bailaba sardanas mientras la cola para votar a favor de la independencia avanzaba despacio.
La participaci¨®n en el refer¨¦ndum de las monjas del monasterio de Vallbona de les Monges emocion¨® al independentismo catal¨¢n. Las responsables del recinto de la orden cisterciense femenina, justificaron su decisi¨®n porque, en palabra de una de las religiosas, ¡°defienden la democracia y poder expresarse¡±. Medio centenar de personas aguardaba a la entrada del edificio, el ¨²nico habilitado de la zona para votar, comiendo y bebiendo productos locales y aguardando la llegada de la Guardia Civil ¡°para impedir que se llevara la urna¡±. Ana, una voluntaria, daba la bienvenida al ¡°centro espiritual de Catalu?a¡±.
¡°Rajoy ha ido haciendo independentistas por el camino. Le daremos la Cruz de Sant Jordi¡±, ironizaba Montse Grau. A sus 61 a?os, insist¨ªa en que los participantes en el refer¨¦ndum no eran ¡°un grupo de cuatro exaltados¡±. A su lado asent¨ªa con la cabeza Maite, que prefer¨ªa no dar sus apellidos. De 57 a?os, casi 40 los ha vivido en la zona de Vallbona de les Monges. ¡°?Hemos venido a las cinco y media de la ma?ana y no nos mover¨¢n! ?Pero qu¨¦ se cree Rajoy, que estamos aqu¨ª abducidos todos por las monjas?¡±, proclamaba durante el almuerzo con el resto de ¡°guardianes de la urna¡±. La caja de pl¨¢stico permanec¨ªa en una habitaci¨®n a pocos pasos de la calle bajo un cuadro de la Virgen y una cruz.
El desaf¨ªo independentista
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