Marta Torrecillas: ¡°No hubo di¨¢logo. Pasaron por encima de la gente y les agredieron¡±
Una interventora en un centro de votaci¨®n denuncia la violencia policial
Marta Torrecillas, de 33 a?os, vio llegar a la Polic¨ªa Nacional al colegio Pau Claris de Barcelona como quien ¡°ve venir un hurac¨¢n¡±. El centro se ha hecho famoso por unas im¨¢genes, ya virales, en las que un agente salta y patea a personas sentadas en una escalera. Cuando le avisaron de que se acercaban los furgones de antidisturbios, ella corri¨® al primer piso, donde hab¨ªa gente mayor. ¡°Sab¨ªamos que se iban a llevar las urnas, quer¨ªamos resistir pac¨ªficamente e insistimos en que nadie se encarase¡±, explica.
Las im¨¢genes de lo que le ocurri¨® a ella despu¨¦s tambi¨¦n se han viralizado. Todo pasa muy r¨¢pido. Marta mira hacia un punto ¡ªque despu¨¦s aclara que es donde est¨¢ la urna¡ª, rodeada de agentes. Uno se percata de su acreditaci¨®n de la Generalitat, que lleva colgada al cuello, la agarra, mientras ella y varias personas gritan ¡°?ey, ey, ey!¡±, y la tira al suelo. Marta se coge de la mano de otra persona en el suelo y dos polic¨ªas intentan separarles, mientras uno de ellos agarra la mano derecha de Marta, se la retuerce. Luego, con la ropa ya subida por la intervenci¨®n, la arrastra escaleras abajo, cogida por la mano. En ese momento es cuando, seg¨²n cuenta Marta, le estruja varios dedos de la izquierda. En las im¨¢genes no se aprecia con claridad. El agente levanta a Marta, que baja un par de escalones y se sienta. Luego la levanta de nuevo y la empuja al exterior.
¡°En el momento en el que el polic¨ªa vio mi credencial, quiso arranc¨¢rmela¡±, recuerda por tel¨¦fono, afectada, sobre el inicio de la intervenci¨®n. Y la narra de retah¨ªla: ¡°Hice resistencia pac¨ªfica, no me mov¨ªa de all¨ª, y me arrastraron y tiraron por las escaleras. El polic¨ªa me cogi¨® la mano, la mu?eca y me empez¨® a petar los dedos uno a uno. Me tir¨® hacia abajo, me tir¨® por el pecho, y me empuj¨® hacia fuera. ¡®?No te queremos aqu¨ª!¡±.
¡°En ning¨²n momento dijeron: desalojen, tenemos que entrar. No hubo di¨¢logo. Pasaron por encima de la gente y les agredieron. A una persona mayor le hicieron una herida en la cabeza¡±, sigue. Y critica la actitud de los polic¨ªas cuando ya se hicieron con las urnas. ¡°Tiraron la mesa donde estaba al suelo. Dieron golpes a las sillas, y rompieron un armario¡±. Tampoco entiende por qu¨¦ rompieron ¡°en la cara¡± de la gente el acta de constituci¨®n de la mesa, o por qu¨¦ acabaron quit¨¢ndole su acreditaci¨®n y rasg¨¢ndola. ¡°Percibimos que iban m¨¢s all¨¢¡±, lamenta.
24 horas despu¨¦s de lo sucedido, con la mano vendada y la orden de tres d¨ªas de reposo, Marta explica que ha ido recoloc¨¢ndose: ¡°Ayer sent¨ªa mucha rabia y frustraci¨®n. Pero hoy siento pena¡±. No comprende que ¡°se haya llegado a este extremo¡± por no entender ¡°que hay una parte de la poblaci¨®n que quiere ejercer su derecho al voto¡±. Y critica que desde el Gobierno espa?ol ¡°solo se quiera manipular informaci¨®n y sacar las porras¡±. ¡°Llegados a este punto, la pol¨ªtica pierde toda su esencia¡±, lamenta.
Al final no tiene los dedos rotos, como cre¨ªa y cont¨® en un audio desesperado, que tambi¨¦n se hizo viral. ¡°No hac¨ªa nada m¨¢s que defender a la gente mayor, con los brazos abiertos. Han pegado a gente mayor, me han cogido, me han tirado por las escaleras, me han dado patadas y me han roto los dedos de la mano expresamente, uno a uno, en medio de las escaleras, con la ropa levantada. Me han tocado los pechos y re¨ªan. Y me han pegado y eso mientras lo grababa todo el mundo. Expl¨ªcalo Laura, explica lo que est¨¢n haciendo, que se entere todo el mundo. Y me han roto los dedos de la mano uno a uno expresamente. Eso es mucha maldad¡±, se la oye decir, entre sollozos.
Marta est¨¢ acumulando datos antes de presentar la denuncia. Una vez realizada la entrevista, este diario ha pedido el parte m¨¦dico, del que sigue a la espera. Interior no ha dado su versi¨®n.
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