Las ciudades se rebelan contra la obesidad

En un bar de la ciudad, un refresco azucarado es m¨¢s barato que un zumo de naranja natural. Era una queja de Joan Rib¨®, el alcalde de Valencia. Pero este viernes recurr¨ªa exactamente al mismo ejemplo Yolanda Manuel, concejala de salud de Maputo (Mozambique). El sobrepeso afecta a 2.000 millones de personas en todo el mundo, y la obesidad a casi 700. Y las ventas de esos productos ultraprocesados altos en grasas y az¨²cares ¡ªy casi siempre m¨¢s baratos que los frescos¡ª ha crecido en unos veinte kilos por persona al a?o en los pa¨ªses desarrollados, seg¨²n varios estudios. Regidores y concejales de todo el mundo reunidos este fin de semana en Valencia llaman a las ciudades a tomar partido en la alimentaci¨®n de sus vecinos.

Por eso, las iniciativas para fomentar el consumo de productos locales, u obtenidos en las proximidades de la ciudad, deber¨ªan ser una prioridad de los alcaldes, seg¨²n Jos¨¦ Graziano da Silva, director general de la FAO (agencia de la ONU para la alimentaci¨®n y la agricultura). "La apertura de mercados a los agricultores, como est¨¢ haciendo Valencia, es una de las formas que tienen los ayuntamientos para intervenir en la distribuci¨®n", ha apuntado Graziano en la cumbre de alcaldes.

"Hacen falta acciones regulatorias para proteger la capacidad de los individuos de elegir una alimentaci¨®n saludable", ha se?alado Rib¨® en el acto de apertura. Actuaciones como el etiquetado de los productos que informe de su contenido nutricional o la vigilancia del despliegue publicitario de la comida menos saludable que, seg¨²n el regidor valenciano, "incide especialmente en la poblaci¨®n infantil".

Pero medidas como estas son a veces competencia de los Estados o gobiernos nacionales. Y sin embargo, los responsables municipales reunidos en la capital valenciana insisten en tomar protagonismo. Todos ellos son firmantes del Pacto de Mil¨¢n, que reclama?que los sistemas de producci¨®n y distribuci¨®n "proporcionen alimentos saludables y asequibles a todas las personas". Y este viernes, dos a?os despu¨¦s de aquel documento, han hecho una declaraci¨®n en la que reivindican su papel en la lucha contra la malnutrici¨®n (por exceso o por defecto), el desperdicio de alimentos, la pobreza y los efectos del cambio clim¨¢tico.

Adem¨¢s de sobre acercar los productos frescos a las zonas urbanas, en el encuentro se ha hablado del potencial de los servicios municipales para influir en las dietas de los vecinos. Decenas de urbes, desde Antananarivo (Madagascar), Se¨²l (Corea del Sur) o Ede (Holanda) han explicado que compran productos frescos locales ¡ªo producidos en las propias escuelas¡ª para los servicios de comedor de colegios, hospitales, y otros centros de responsabilidad local.

La reuni¨®n de Valencia, la tercera desde la firma del Pacto en 2015, ha servido tambi¨¦n para que los responsables locales de todo el mundo compartan sus experiencias en este sentido. Como los huertos urbanos, el cultivo en parques y balcones, o las labores de sensibilizaci¨®n sobre la importancia de una alimentaci¨®n equilibrada.

Para Giuseppe Sala, alcalde de Mil¨¢n, la importancia de las ciudades en estos asuntos es creciente e "innegable". Y por eso cree que deben pedir m¨¢s recursos y competencias. El secretario de Estado de Cooperaci¨®n, Fernando Garc¨ªa Casas, ha dicho que las urbes han de ser "focos de progreso" para garantizar, entre otras cosas, el acceso de todos sus habitantes a comida sana.