Madrid captura 700 mapaches en las riberas de los r¨ªos desde 2007
La especie invasora tiene una alta tasa de reprducci¨®n y carece de depredadores naturales
El mapache, un carn¨ªvoro americano que se ha convertido en especie invasora, se reproduce en libertad en las riberas de los r¨ªos madrile?os. Se encuentra, sobre todo, en las cuencas del Jarama y del Henares y ha llegado hasta Guadalajara. La Comunidad de Madrid los apresa con trampas en vivo desde hace 10 a?os, aunque la primera vez que se detect¨® su presencia fue en 2004. Seg¨²n la Consejer¨ªa de Medio Ambiente, los datos oficiales de capturas hasta 2016 alcanzan los 633 ejemplares, que con los que se atrapen este a?o sobrepasar¨¢n los 700. Los investigadores piden m¨¢s recursos y coordinaci¨®n con otras comunidades para poner freno a su expansi¨®n.
No es un peluche, aunque lo parezca. Ni es tan amigable, aunque de beb¨¦ sea encantador. El mapache es un animal silvestre, que nunca se debe adquirir como animal de compa?¨ªa. ¡°Es el caso t¨ªpico de una especie que llega a un pa¨ªs como mascota y alcanza el medio natural¡±, explica Francisco Jos¨¦ Garc¨ªa, bi¨®logo y miembro de la Sociedad Espa?ola para la Conservaci¨®n y Estudio de los Mam¨ªferos (SECEM). En la actualidad, su comercializaci¨®n est¨¢ prohibida, pero el tr¨¢fico entre particulares es complicado de detectar, indica Garc¨ªa.
El aspecto encantador de este carn¨ªvoro americano y sus habilidades conduce a las personas a adquirirlo, pero ¡°o bien se escapan o los due?os los sueltan hartos de ellos, porque a partir del a?o se vuelven m¨¢s territoriales y hura?os¡±. Una decisi¨®n que supone un gran error.
En Madrid se detect¨® la especie en libertad por casualidad, cuando se estaba estudiando la poblaci¨®n de nutria en 2004. No se actu¨® hasta tres a?os m¨¢s tarde, lo que provoc¨® una expansi¨®n que era predecible dada su alta tasa de reproducci¨®n. En la actualidad, han colonizado todo el r¨ªo Henares hasta Guadalajara, y parte del Jarama, de tal forma que alcanzan el Tajo. Tambi¨¦n se ha detectado la especie en el r¨ªo Manzanares. El equipo de captura de la Comunidad de Madrid, encabezado por el bi¨®logo Jos¨¦ Luis Gonz¨¢lez, est¨¢ actuando desde hace unos 20 d¨ªas en el r¨ªo Jarama, en las inmediaciones del aeropuerto. ¡°Pens¨¢bamos que estaba limpio, pero hemos atrapado unos diez mapaches¡±, indica.
El Gobierno regional no conoce el n¨²mero de mapaches en libertad, pero desde que comenz¨® su captura (hace diez a?os) han atrapado hasta 2016 un total de 633 mapaches, seg¨²n datos oficiales. Junto a los que capturen este a?o, la cifra subir¨¢ a m¨¢s de 700. Los cient¨ªficos echan en falta mayores recursos y una coordinaci¨®n con otras comunidades. ¡°Si se controla la poblaci¨®n en Madrid y no se hace en Guadalajara o viceversa, no sirve de nada¡±, sostiene Gonz¨¢lez.
Dif¨ªcil convivencia?
Los problemas de convivencia en una casa se inician cuando los mapaches comienzan a generar hormonas y se comportan como lo har¨ªa cualquier mam¨ªfero territorial. ¡°Pueden atacar a alguien o se dedican a marcar su zona con orines, con lo que la casa comienza a oler mal y se ensucia, de tal forma que su presencia puede empezar a resultar inc¨®moda¡±, explica el investigador del SECEM.
Y as¨ª llegan a un medio que no est¨¢ preparado para recibirlos. A la ausencia de depredadores naturales se une su alta capacidad de reproducci¨®n, con una media de cuatro cr¨ªas al a?o (entre dos y ocho por hembra). Y adem¨¢s hay que contar con su inteligencia. ¡°Tienen una gran capacidad de manipulaci¨®n y pueden abrir puertas de armarios, casas, neveras... adem¨¢s de que aprenden de lo que ven y lo aplican en otras situaciones¡±, explica Garc¨ªa.
Esta habilidad ha provocado que los equipos de control tengan que adaptar los sistemas de captura. ¡°Son tremendamente h¨¢biles y llegan a abrir las jaulas metiendo la manita para presionar con el dedo¡±, comenta el bi¨®logo Gonz¨¢lez. El hecho es que est¨¢n ah¨ª y hay que capturarlos a pesar de que ellos ¡°no tienen culpa de nada¡±. El equipo comienza con la detecci¨®n de los lugares donde se encuentran, casi siempre en las riberas de los r¨ªos. ¡°Dejan unas huellas muy caracter¨ªsticas y construyen letrinas para los excrementos¡±, explica. Una vez descubierta una colonia, instalan las trampas donde se capturan en vivo. Seg¨²n van quedando menos es m¨¢s complicado, ¡°porque han aprendido¡±.
Despu¨¦s se les traslada al Centro de Recuperaci¨®n de Animales Salvajes (CRAS) donde se les toman muestras para el seguimiento de enfermedades, una de las grandes preocupaciones que existen con estos mam¨ªferos. Los que est¨¢n sanos se ceden a centros de educaci¨®n ambiental, mientras que los que est¨¢n enfermos se sacrifican. ¡°Son animales muy descarados que se acercan mucho a los hombres y las enfermedades que portan son muy serias¡±, a?ade Gonz¨¢lez. Explica que procuran no mirarlos cuando trasladan las trampas porque ¡°da pena como te observan¡±.
Los cuatro ejemplares colonizadores
Un estudio gen¨¦tico de la especie realizado en Madrid y Guadalajara por el Instituto de Recursos Cineg¨¦ticos (IREC) en 2012 concluy¨® que la poblaci¨®n de mapaches en libertad de Madrid surgi¨® a partir de tan solo cuatro ejemplares, y la de Guadalajara a partir de dos. ¡°Alguien solt¨® una camada y esos han generado los m¨¢s de 700 que se han capturado¡±, aclara Francisco Jos¨¦ Garc¨ªa, bi¨®logo y miembro de la Sociedad Espa?ola para la Conservaci¨®n y Estudio de los Mam¨ªferos (SECEM). El mapache tiene una alta tasa de reproducci¨®n y se ha adaptado sin problemas al medio.
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