La m¨¢s bella desolaci¨®n

Un reto bien interesante. El holand¨¦s Dotan es un ¨ªdolo masivo en su tierra y un artista ya reconocido por media Europa, pero jam¨¢s hab¨ªa pisado suelo espa?ol y su estreno absoluto ten¨ªa lugar el s¨¢bado en la Costello, una sala que en estas noches de lleno apenas alcanza los 120 ocupantes. El espigado cantautor tuvo que apa?¨¢rselas solo con un segundo guitarrista y cantante, pero el resultado fue fascinante y el silencio y expectaci¨®n, sobrecogedores. Sucede cuando las emociones surgen desde las mismas entra?as, y a fe que este fue el caso en un concierto que termin¨® con la ¨²ltima canci¨®n (Ghost) entre el p¨²blico.

Dotan es autor de m¨²sica hermosa, sombr¨ªa e indisimuladamente triste, un coraz¨®n devastado que contrapone a la melancol¨ªa una sonrisa incontenible y su arrollador encanto personal. Las presentaciones son deliciosas y permiten ahondar en el car¨¢cter de este seductor nato. Tanto como para que, por ejemplo, Hungry figure entre las canciones m¨¢s escuchadas en las bodas holandesas pese a relatar, en una escucha atenta, la imposibilidad del amor. O para que la muy ¨ªntima Swim to you, nana a la hermana adoptiva del artista, suene entra?able pero nada cursi.

En la l¨ªnea de otros creadores de po¨¦tica ensimismada, desde Fink a James Vincent McMorrow, Bon Iver o Benjamin Francis Leftwich, Dotan Harpenau dispone de una voz l¨ªrica, rotunda, preciosa y de tesitura envidiable, desde la gravedad de Gone al falsete de Bones. Tantas cosas cuentan sus canciones que acaban generando una estrecha sensaci¨®n de intimidad: ese tipo fr¨¢gil que se define en 7 Layers como ¡°un extra?o en mi propia piel¡±, el hombre atribulado ante esas relaciones que se desprenden o ni siquiera llegan a prender. Hay a?oranzas en este cancionero, pero, sobre todo, la evidencia de que la desolaci¨®n puede resultar realmente bella.