Nuevos patriotas

La madrugada del 12 de octubre sucedi¨® un hecho que me impact¨® de forma especial. Aquel jueves, la noche de fiesta en la sala Razzmatazz de Barcelona finaliz¨® con el p¨²blico cantando Els Segadors?y alzando el brazo formando las cuatro barras con los dedos, como gustaba tanto hacer a Artur Mas. Razzmatazz, la antigua Zeleste, es donde muchos disfrutamos de nuestros primeros encuentros con la m¨²sica internacional m¨¢s transgresora o m¨¢s indie. Razzmatazz era un puente que conectaba Barcelona con una red global cultural que iba m¨¢s all¨¢ de identidades nacionales. El ap¨¢trida barcelon¨¦s, el individuo que rechazaba formar parte de una naci¨®n y al que le daba igual ser ciudadano de un Estado o de otro, pero que si se identificaba con algo era con su ciudad, siempre ha estado en minor¨ªa. Hoy lo est¨¢ mucho m¨¢s.

Escritores, m¨²sicos, actores, ilustradores o agentes culturales de Barcelona que viven del mercado espa?ol han abrazado la causa independentista. Personas que tambi¨¦n trabajan en castellano, personas para las que su patria era una buena edici¨®n de Blackie Books o de Anagrama, un disco de Los Planetas, una peli de los Trueba o que se re¨ªan de las miserias nacionales de unos y de otros. Seguro que contin¨²an gozando de estas opciones culturales, pero ahora lo hacen mientras te inundan las redes sociales con fotograf¨ªas de antidisturbios zurrando a una se?ora, con las ocurrencias de Julian Assange, increpaciones al PP, PSOE, C¡¯s, a EL PA?S, ¨²ltimamente tambi¨¦n a la Uni¨®n Europea y, sobre todo, con im¨¢genes de las masas desfilando con banderas. No es que antes no les preocuparan la pol¨ªtica y sus causas nobles, pero el hecho nacional, estas masas envueltas en banderas y colores nacionales, les generaban suspicacias; ahora son hiperactivos defensores de ello.

La falta de garant¨ªas del 1 de octubre o la vulneraci¨®n del Estado de derecho con la ley de transitoriedad jur¨ªdica no son importantes al lado de las cargas policiales, la corrupci¨®n del PP, la monarqu¨ªa o la detenci¨®n de los Jordis. As¨ª ve la situaci¨®n una gran parte de esta progres¨ªa barcelonesa antes libre de identidades y de las siglas de la Transici¨®n. Han abrazado la creaci¨®n de una rep¨²blica catalana como un ideal democr¨¢tico pese a que hace dos d¨ªas pod¨ªan considerar la idea de un Estado-Naci¨®n como una cosa convencional, incluso retr¨®grada. Nada garantiza que el nuevo Estado sea mejor que el de los vecinos, es m¨¢s, todo apunta a que en sus primeros a?os la situaci¨®n econ¨®mica ser¨ªa desastrosa, pero esto no es importante si se puede huir de Espa?a, un pa¨ªs ¡°mucho peor que Corea del Norte o Turqu¨ªa¡±, como dijo en un mitin del 30 de septiembre el presidente de la Asociaci¨®n Catalana de Municipios (ACM), Miquel Buch. Tiempo atr¨¢s, personas como Buch eran consideradas por esta progres¨ªa como alocados nacionalistas; ahora repiten las mismas consignas.

Las se?ales del cambio hace a?os que se detectan. Como cuando el admirado Josep Ramoneda explic¨® que en las elecciones de 2015 vot¨® por la CUP y que en un refer¨¦ndum votar¨ªa por la independencia. Si el nacionalismo cultural catal¨¢n ha optado eminentemente por ERC y la CUP, estos nuevos patriotas han votado sobre todo por los Comunes. Tampoco es una excepci¨®n Ramoneda: votaron por los antisistema muchas personas de la cultura barcelonesa con una vida privilegiada, gente que pasaron el puente del Pilar en su segunda residencia y que, entre instagrams de sus paseos por la Cerdanya o de un ¨¢gape en la costa de Menorca, continuaban difundiendo mensajes revolucionarios.

El hom¨®nimo de este progre barcelon¨¦s en Madrid, oyente de Radio 3, abonado a las actividades de La Casa Encendida y lector de Ignacio Escolar, contin¨²a pasando de patrias y sentimientos nacionales. Por esto muestra apoyo al progre catal¨¢n y le da la raz¨®n: el PP es muy malo, la mafia del 78, un sistema corrupto, etc¨¦tera. Pero entonces, el progre de Madrid comenta al progre de Barcelona que algo mal habr¨¢ hecho la Generalitat, y el progre de Barcelona responde que quiz¨¢ s¨ª pero que, sobre todo, est¨¢ la voluntad democr¨¢tica del pueblo, y le alerta de que la prensa espa?ola le lava el cerebro. Para confirmarlo busca en Facebook aquella cadena que ha compartido veinte veces con unas palabras de Miguel de Unamuno de 1907: "Merecemos perder Catalu?a. Esa cochina prensa madrile?a est¨¢ haciendo la misma labor que con Cuba. No se entera. Es la b¨¢rbara mentalidad castellana, su cerebro cojonudo¡±. El interlocutor de Madrid le da la raz¨®n, claro, pero ¨ªntimamente piensa que algo falla al otro lado, algo que seguramente tiene que ver con otras palabras de Unamuno, de 1906: ¡°Los espa?oles de las dem¨¢s regiones han estado constantemente ponderando y exaltando la laboriosidad e industriosidad de los catalanes ¡ªson los dem¨¢s espa?oles los que han hecho el dicho de ¡®los catalanes, de las piedras sacan panes¡¯¡ª, y con esto les han recalentado y excitado esa nativa vanidad que con tanta fuerza arraiga y crece bajo el sol del Mediterr¨¢neo. Y esa vanidad, esa petulante jactancia y jactanciosa petulancia que se masca en el aire de Barcelona, hace que las gentes sencillas y modestas ¡ªel castellano, a vuelta de otros defectos, es sencillo y es modesto hasta en su altivez¡ª, al encontrarse en aquel ambiente de agresiva petulancia, se sientan heridas y molestas¡±.