¡°La chica de la foto¡±
La acusada del crimen de la Guardia Urbana declara que un 'ex' difundi¨® una imagen sexual suya para vengarse
Rosa Peral se acab¨® convirtiendo en la ¡°chica de la foto¡±. La imagen hab¨ªa corrido como la p¨®lvora: a sus amigos, a su familia, a sus compa?eros de trabajo... De mail a mail, de tel¨¦fono a tel¨¦fono, de comisar¨ªa a comisar¨ªa... ¡°La gente segu¨ªa pregunt¨¢ndome si era la chica de la foto, la ten¨ªan incluso en los ordenadores. Me se?alaban y me daban de lado¡±, cont¨® este jueves. Para intentar ponerle fin, un a?o y medio despu¨¦s de que se enviase una foto de ella practicando una felaci¨®n desde su correo electr¨®nico a todos sus contactos, Peral denunci¨®.
Este jueves se celebr¨® la vista contra su examante, Oscar Soaz, al que acusa de hacerlo. Pero las cosas han cambiado mucho desde aquella imagen, que se envi¨® el 23 de febrero de 2008 a las siete y media de la tarde. Peral acudi¨® al juicio en defensa de su honor desde prisi¨®n, donde fue encerrada en mayo acusada de haber matado a su pareja, con la ayuda de otro amante. Peral es guardia urbana, igual que su novio muerto, el amante con el que supuestamente le mat¨® y el subinspector Oscar Soaz, al que acusa de haber hecho correr esa foto, despu¨¦s de que ella pusiese fin a la relaci¨®n sentimental que manten¨ªa con ¨¦l.
Vestida de negro, con camisa blanca, maquillada, y muy seria, Peral respondi¨® a todas las preguntas sobre un tema que admiti¨® que ¡°no era de su agrado¡±, que la avergonzaba, y que la hab¨ªa obligado incluso a ir al psic¨®logo cuando ocurri¨®. ¡°No se lo hab¨ªa dicho a nadie hasta ahora, porque no es una cosa que me resulte agradable tenerlo que decir¡±, declar¨® ante la jueza sobre la ayuda psicol¨®gica. Sin llegar a perder el aplomo, Peral se emocion¨® tras las preguntas incisivas y reiterativas del abogado de la defensa sobre su vida sentimental. ¡°Aqu¨ª no estamos enjuiciando tramas esp¨²reas¡±, cort¨® por lo sano la jueza.
Soaz, un hombre alto y espigado, nadador y con fama de ser un buen profesional en la Guardia Urbana, cont¨® que desde 2007, cuando Peral lleg¨® en pr¨¢cticas a la comisar¨ªa de la Guardia Urbana, iniciaron una relaci¨®n, que ¨¦l defini¨® como ¡°afectiva sexual¡±. ¡°Una relaci¨®n muy t¨®xica y muy mala¡±, la describi¨® Peral. Los dos admitieron que entre ellos acordaron el juego sexual de hacerse fotograf¨ªas ¨ªntimas, con el compromiso de no enviarlas a nadie. Soaz dijo que las tomaban indistintamente con el m¨®vil o la c¨¢mara de ¨¦l; Peral lo limit¨® a la c¨¢mara fotogr¨¢fica de Soaz.
El fin de sus encuentros desat¨® lo que se ha bautizado en los medios como una pornovenganza. Soaz declar¨® que ¨¦l fue quien acab¨® con los escarceos sexuales. ¡°Ella se enfad¨® mucho, me dijo que no quer¨ªa verme de nadie del brazo y que me iba a acordar de ella¡±, declar¨®. Peral dijo que fue ella quien puso fin a la relaci¨®n y Soaz quien jur¨® vengarse: ¡°Quer¨ªa que dejara ya a mi pareja, s¨ª o s¨ª¡±. Y no lo hizo.
En la sala, con algunas dificultades de sonidos, se reprodujo una conversaci¨®n grabada por la mujer. ¡°S¨ª, yo solo¡±, se oye decir a un hombre, despu¨¦s de que ella le pregunte de forma repetida si hab¨ªa usado su correo electr¨®nico, del que sab¨ªa las claves, para enviar la fotograf¨ªa a todos sus contactos, acompa?ado de un texto (¡°es vejatorio, me deja a m¨ª como una puta¡±, lament¨® Peral sobre el escrito).
Soaz dijo no reconocerse en esa voz. Tampoco se reconoci¨® en la imagen que se le mostr¨®, la que se difundi¨® y que convirti¨® a Peral en ¡°la chica de la foto¡±. ¡°No reconozco el pene que se ve en esa fotograf¨ªa como m¨ªo¡±, declar¨® Soaz. Pero Peral insisti¨® en que era ¨¦l y asegur¨® que comprobarlo no costar¨ªa mucho porque el hombre ten¨ªa una cicatriz caracter¨ªstica. En ning¨²n momento se ha llevado a cabo una pericial para comprobar que Soaz es quien sale en la fotograf¨ªa
La fiscal¨ªa pide tres a?os de prisi¨®n para Soaz por un delito contra la intimidad, en la modalidad de descubrimiento y revelaci¨®n de secretos. O bien, como alternativa, una pena de dos a?os por un delito contra la integridad moral. El juicio se ha suspendido hasta el 9 de noviembre, cuando est¨¢n citados dos testigos. Peral ha regresado a prisi¨®n.
?Qui¨¦n mat¨® al polic¨ªa local de Barcelona?
El caso del asesinato de Pedro Rodr¨ªguez, guardia urbano en Barcelona y pareja en ese momento de Rosa Peral, sigue teniendo un interrogante abierto: ?Qui¨¦n le mat¨®?. Las pruebas que hasta el momento est¨¢n sobre la mesa no aclaran si fue Peral, o su amante, Albert L¨®pez. Los dos siguen en prisi¨®n desde mayo, cuando confesaron que hab¨ªan ayudado a ocultar el cad¨¢ver de Rodr¨ªguez, pero se culparon mutuamente de ser los autores materiales del asesinato.
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