Demasiado coraz¨®n

Termina la sesi¨®n-hist¨®rica Hist¨®rica y, emocionados, diputados y alcaldes y exdiputados y exalcaldes indepes se abrazan por los pasillos como si no hubiera un ma?ana. Y tal vez sea cierto que no habr¨¢ un ma?ana. Solo hay que escuchar lo que viene de Madrid. Pero ahora, en el Parlament se vive el presente, No Future, lo que ha pasado tiene algo de punkie, aunque a unos cuantos ilustres no les cuadre el adjetivo. Celebran el nacimiento de la Segunda Rep¨²blica catalana y media (la primera la proclam¨® Maci¨¤ el 14 de abril de 1931 y dur¨® tres d¨ªas hasta trocar en Generalitat; la media son los ocho segundos en que Puigdemont dijo lo que dijo antes de la marcha atr¨¢s), una 2,5 Rep¨²blica que llega con ¨¦pica y selfies: m¨¢s de uno y de cuatro inmortalizan el momento al estilo instagramer.

Pero no todo son abrazos del presente, la incertidumbre por el futuro inmediato se cuela en alguna conversaci¨®n. Esta sesi¨®n se ha vivido como un partido de f¨²tbol de ¨²ltima jornada, esos que se juegan todos a la misma hora y tienen a los futbolistas con un ojo en el suyo y una oreja en el del rival. O sea, el Senado.

Llevo d¨ªas pensando en la pel¨ªcula Rebelde sin causa, donde dos coches se lanzan a una carrera hacia el abismo esperando que frene antes el otro, y pierda. Aqu¨ª no ha frenado nadie. ?Estamos en el abismo? No s¨¦, pero un diputado me conf¨ªa que solo desde ese abismo es posible empezar a negociar. Y no contento con eso, remata: ¡°Y pienso que esto terminar¨¢ bien¡±. Bueno, me consta que es creyente, y eso ayuda.

Tambi¨¦n me cuentan que se debaten dos opciones para reaccionar a la acci¨®n de la justicia espa?ola: visibilizar la detenci¨®n de miembros del Govern para poner en evidencia al Estado, o resistir a las detenciones con gente en la calle. O sea, martirio o Maidan, y a confiar en que el Estado se meta en un fregado que desemboque en una especie de Vietnam, lo que fue Vietnam para EE UU. En ambos casos, claro, hay que esperar que el mundo se sensibilice. Como con Vietnam: manis de estudiantes, sentadas y cantantes folk. Y el pueblo, a la resistencia, y no solo un rato.

Esta sesi¨®n singular, dec¨ªa, ha tenido la ¨¦pica prevista. El portavoz de la CUP, Carles Riera, se ha remontado a la Guerra dels Segadors de 1640 ¡ª¡°venim de lluny¡±¡ª y ha propugnado una Rep¨²blica feminista y socialista ¡ªalzando el pu?o, ante el Govern de Junts pel S¨ª¡ª y ha advertido de que el nuevo estado nace en un contexto de lucha y resistencia¡­Vietnam. Marta Rovira ha evitado referencias hist¨®ricas, pero ha proclamado que el camino ¡°no ser¨¢ f¨¢cil ni gratuito¡±¡­Vietnam.

Y Ciudadanos y el PP, al nacionalismo catal¨¢n, le han opuesto¡­ nacionalismo espa?ol. Han hablado de pasaportes ¡ªc¨®mo sufren en C¡¯s por los pasaportes¡ª, y el portavoz pepero Alejandro Fern¨¢ndez ha lanzado unos elogios a Espa?a que parec¨ªan salir de un poema de Ramiro de Maeztu o de Juanita Reina. Ha afirmado que ¡°Espa?a siempre ha sido reconciliaci¨®n¡±. Ya ves t¨². Por dos veces, en el pleno de la independencia de Catalu?a ha sonado ¡°?viva Espa?a!¡±. No lo recuerdo haber o¨ªdo ni en tiempos de Vidal Quadras.

Y ha sido entonces, o quiz¨¢ antes o m¨¢s tarde, cuando me ha venido a la mente una canci¨®n de mi juventud: la cantaba un tipo curioso llamado Willy de Ville. Se llamaba Demasiado coraz¨®n.