Esto en pantalla

Esta columna se arruga en papel, se yergue en versi¨®n electr¨®nica y se dibuja en acuarelitas que pretenden acompasar sus p¨¢rrafos, es tambi¨¦n un programa de televisi¨®n. Caf¨¦ de Madrid en pantalla es Caf¨¦ desde Madrid y cumple 26 cap¨ªtulos en este mes de diciembre. Se transmite a trav¨¦s de la ancha red de la televisi¨®n p¨²blica mexicana; y tambi¨¦n por ese inmenso mar que se llama internet (www.unavozcontodos.gob.mx). Valgan estos p¨¢rrafos para intentar el contagio y celebrar que el programa ha sido reconocido con el Premio de la Asociaci¨®n Iberoamericana de Periodistas y Comunicadores como la mejor serie cultural iberoamericana y el de la voz, premiado como Mejor Narraci¨®n al Aire con el prestigioso Premio Pantalla de Cristal 2017.

La voz al aire le habla al vac¨ªo y a millones de personas que han paseado p¨¢rrafos y pabellones, calles y callejones de la Villa del Oso y el Madro?o a trav¨¦s de los programas donde una columna period¨ªstica se encarna en pantalla para pasear con Antonio Mu?oz Molina por el bosque entra?able que llamamos Parque de El Retiro o conversar con Miguel de Cervantes Saavedra en un viejo corral de comedias para brindar por ¨¦l en la dorada C¨¢tedra de Nebrija en Alcal¨¢ de Henares o sincronizar la s¨ªncopa de un jazz bluseado con Pepe Rivero al piano. Aqu¨ª se han prolongado tertulias con el fantasma de Alfonso Reyes y Ram¨®n G¨®mez de la Serna en una mesa al fondo del Gran Caf¨¦ de Gij¨®n y donde el periodista Rub¨¦n Am¨®n bord¨® una deliciosa faena verbal en pleno ruedo de Las Ventas o Jes¨²s Ruiz Mantilla y su orquesta invisible en el gran restaurante Salvador.

Caf¨¦ desde Madrid intenta la multiplicaci¨®n de la cr¨®nica como g¨¦nero que se ensancha con la vista y los o¨ªdos de los lectores que lo sintonizan, con el aroma caliente de los variados temas y paisajes; sea el p¨¢ramo vecino a El Toboso en la Mancha, poblado de molinos que parecen gigantes o sea la cibern¨¦tica redacci¨®n del mejor peri¨®dico posible donde cuatro periodistas de veras hablan en pantalla del oficio de comunicar historias verdaderas y verificadas en esta ¨¦poca te?ida de tanta falsa verdad, mentira suelta o paparrucha, que se disuelven en la neblina humeante de un aroma. Medir la grandeza desde el punto de penalti en el Bernab¨¦u o recordar las noches que amanecen en Museo Chicote, alfombrado de claveles o hablar de la vida misma con Ray Loriga a deshoras de Malasa?a: todo eso es el Caf¨¦ que nos une todos los s¨¢bados y que promete seguir en el intento por dibujar en acuarela, pintar en p¨¢rrafos o proyectar en pantalla a los muertos y vivos que abrevan de la grandeza de una ciudad entra?able, generosa y hospitalaria que regala una inmensa sonrisa con cada atardecer.