Compromiso con Barcelona
Hagamos los deberes que esta ciudad necesita para continuar con una trayectoria de ¨¦xito empezada hace 30 a?os y que no puede ponerse en riesgo por una cuesti¨®n pol¨ªtica
No pudo ser. Sab¨ªamos que era dif¨ªcil, pero no imposible. Ha ganado ?msterdam, una ciudad global que goza de magn¨ªficas infraestructuras, de un ecosistema de innovaci¨®n cient¨ªfica y tecnol¨®gica muy avanzado, de una sobrada capacidad para acoger a miles de visitantes y de una calidad de vida envidiable para muchas ciudades europeas. Igual que Barcelona. Entonces, ?por qu¨¦ se ha decidido trasladar la Agencia Europea de Medicamentos a ?msterdam?
La respuesta est¨¢ ya en boca de todos y no merece la pena perder m¨¢s tiempo y energ¨ªa en darle vueltas. Los ciudadanos estamos ya agotados. En su lugar, sugiero que a partir de ahora, los barceloneses y aquellos a quienes elegimos para que nos representen en las instituciones, concentremos nuestros esfuerzos en culminar una obra que se inici¨® hace tres d¨¦cadas, en 1986, con la nominaci¨®n de Barcelona como sede de los Juegos Ol¨ªmpicos de 1992.
Desde entonces, Barcelona ha llevado a cabo la mayor transformaci¨®n urbana que ha tenido lugar en Europa: la ciudad se ha abierto al mar, ha regenerado sus barrios, se ha dotado de infraestructuras modernas, ha mejorado sus conexiones ha ampliado su oferta de cultura y ocio y se ha reivindicado como una de las mejores ciudades del mundo para acoger ferias y congresos.
Gracias a la ambici¨®n y el liderazgo de quienes nos precedieron, Barcelona es hoy una ciudad relevante en el mundo y forma parte de un grupo muy reducido de apenas unas 50 ciudades globales con capacidad para atraer talento e inversi¨®n. Barcelona se ha convertido en definitiva en una ciudad moderna, tolerante, din¨¢mica y de vanguardia de la que sus ciudadanos nos sentimos especialmente orgullosos. Este trabajo, sin embargo, no ha culminado y, a pesar de que contamos con los activos -cient¨ªficos, culturales, educativos e industriales- suficientes para aspirar a ser globales, es necesario que la ciudad reciba el impulso para que se consolide como una de las capitales del mundo.
En eso est¨¢bamos hasta hace apenas un par de meses y desde ese punto hemos de volver a arrancar de nuevo para no frustrar las aspiraciones y ambiciones de tantos y tantos barceloneses que ve¨ªan en la EMA la oportunidad de seguir siendo relevantes.
Desde este mismo momento, de nuevo de la mano, el sector privado y el sector p¨²blico tienen la obligaci¨®n de ejercer el liderazgo y de definir con ambici¨®n qu¨¦ quiere ser Barcelona en los pr¨®ximos a?os, m¨¢s all¨¢ de la siguiente cita electoral y con una visi¨®n de largo plazo.
Definamos las infraestructuras que nos hacen falta (corredor mediterr¨¢neo, L¨ªnea 9, trenes de cercan¨ªas, acceso al puerto); pongamos en valor nuestros activos culturales (el modernismo, el g¨®tico, el Rom¨¢nico, el Picasso, el Mir¨®, el Liceu, el Palau, el MNAC, ¡) y escribamos -como, por cierto, ha hecho ?msterdam- un relato cultural que sea atractivo para nuestros visitantes; removamos los obst¨¢culos ¡ªfiscales, burocr¨¢ticos, idiom¨¢ticos¡ª que sufre el talento internacional cuando llega a Barcelona y aspiremos a atraer a los mejores cient¨ªficos y no solo a los mejores futbolistas; decidamos qu¨¦ turismo queremos evitando de una vez por todas hablar mal del turismo y gestionando en positivo uno de los ejes principales de nuestra econom¨ªa; apostemos abiertamente por atraer inversi¨®n internacional aplicando recursos e inteligencia a la promoci¨®n de Barcelona como hub de emprendimiento tecnol¨®gico y capital mundial del mobile; en definitiva, hagamos los deberes que esta ciudad necesita para continuar con una trayectoria de ¨¦xito empezada hace 30 a?os y que no puede ponerse en riesgo por una cuesti¨®n pol¨ªtica.
Y lo tenemos que hacer por dos razones: en reconocimiento a quienes tuvieron la visi¨®n hace 30 a?os y como compromiso frente a las nuevas generaciones, que no nos perdonar¨¢n que dejemos perder m¨¢s oportunidades como esta.
Gonzalo Rod¨¦s es presidente de Barcelona Global.
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