M¨¢s de 18.000 ni?as est¨¢n en riesgo de sufrir mutilaci¨®n genital en Espa?a

Unas 18.400 ni?as est¨¢n en riesgo de sufrir mutilaci¨®n genital femenina (MGF) en Espa?a. Son menores de 14 a?os residentes en territorio espa?ol pero originarias de pa¨ªses donde esta pr¨¢ctica est¨¢ arraigada. La Fundaci¨®n Wassu UAB, una organizaci¨®n cient¨ªfica que act¨²a para promover el abandono de la mutilaci¨®n genital, public¨® ayer una actualizaci¨®n del Mapa de la MGF en Espa?a con datos de 2016 y constat¨® que el n¨²mero de ni?as en riesgo ha crecido un 63,85% entre 2008 y 2016, aunque ha bajado ligeramente con respecto al mapa de 2012. La organizaci¨®n alerta de la necesidad de aplicar estrategias preventivas y formar a los profesionales de la salud para concienciar a las familias de que abandonen esta pr¨¢ctica, con importantes consecuencias para la salud.

Seg¨²n el estudio de Wassu UAB, en Espa?a hay cerca de 70.000 mujeres que proceden de pa¨ªses donde se practica la mutilaci¨®n genital femenina. Se trata de un 5,2% m¨¢s que en 2012. Esta pr¨¢ctica est¨¢ extendida por 28 pa¨ªses del ?frica subsahariana, Oriente Pr¨®ximo y Asia. Seg¨²n Unicef, 200 millones de mujeres en el mundo han sido mutiladas y tres millones de ni?as est¨¢n en riesgo de ser sometidas a esta intervenci¨®n, considerada en muchas culturas como un ritual de pureza e iniciaci¨®n a la vida adulta.

Catalu?a es la comunidad donde residen m¨¢s ni?as en riesgo: 6.295, el 34% del total de Espa?a. Esta cifra, no obstante, es inferior a la registrada en 2012 (6.699). Madrid ocupa el segundo lugar con 2.128 menores y Andaluc¨ªa, con 1.741, est¨¢ en tercer lugar. La mayor¨ªa de estas menores proceden de Nigeria, Senegal, Gambia y Mal¨ª.

Entre 2012 y 2016, el n¨²mero de menores en riesgo dentro del territorio espa?ol se ha reducido ligeramente (0,35%). Pero este dato no necesariamente es una buena noticia, apuntan desde Wassu UAB. Adriana Kaplan, art¨ªfice del mapa y directora de la fundaci¨®n, sostiene que la crisis econ¨®mica ha derivado en que ¡°vengan menos mujeres por reagrupaci¨®n familiar, por lo que la tasa de fecundidad, baja¡±. Adem¨¢s, agrega, se ha perdido informaci¨®n de muchas ni?as que, aunque sus padres sean originarios de alguno de los pa¨ªses donde se practica la MGF, ellas ya han nacido en Espa?a. Como el estudio se ha hecho a partir del padr¨®n municipal, si las menores nacen en Espa?a, no se puede saber el origen familiar con este registro.

Pero la investigadora advierte de que hay otro elemento a tener en cuenta: ¡°Nos consta que hay muchas ni?as que han regresado a su pa¨ªs¡±. Solo en Catalu?a, detalla Kaplan, han retornado a su pa¨ªs de origen unas 400 menores gambianas. La investigadora lo achaca, en buena medida, a la acci¨®n ¡°coercitiva y punitiva¡± de los Mossos d¡¯Esquadra.

Mal uso del protocolo

Pese a que Catalu?a cuenta con un protocolo de atenci¨®n y prevenci¨®n de la MGF, la investigadora alerta de que ¡°no se est¨¢ aplicando bien¡±. El documento prioriza una formaci¨®n y seguimiento de los profesionales de la salud para abordar las situaciones en riesgo y, en ¨²ltimo caso, si fallan todas las otras medidas preventivas, la intervenci¨®n policial. Sin embargo, agrega, los mossos est¨¢n actuando como primer eslab¨®n de la cadena. ¡°Retiran pasaportes antes de viajar, hacen actuaciones punitivas... Sospechamos que las ni?as han sido enviadas a ?frica de nuevo para evitar la retirada del pasaporte¡±, apunta. Seg¨²n la fundaci¨®n, se han realizado 357 intervenciones policiales preventivas (retirada de pasaportes antes de un viaje a sus pa¨ªses de origen) en Catalu?a desde 2008. En el resto de Espa?a, dice Kaplan, ninguna. ¡°No hay voluntad pol¨ªtica. Hay una voluntad represora y se est¨¢n cometiendo delitos uniformados¡±, denuncia.

Wassu UAB dispone de un observatorio transnacional a medio camino entre Barcelona y Gambia (donde la prevalencia de la mutilaci¨®n es del 76%) y ha desarrollado una metodolog¨ªa para abordar la lucha contra esta pr¨¢ctica en los pa¨ªses de origen a trav¨¦s de la llamada ¡°cascada de conocimiento¡±, haciendo llegar la evidencia cient¨ªfica a todos los estratos sociales, desde gobernantes hasta parteras tradicionales y l¨ªderes culturales. ¡°Hicimos estudios en los que demostramos que esta pr¨¢ctica tiene consecuencias para la salud a corto plazo (infecciones, sangrados) y a largo plazo, en cuanto a morbilidad y mortalidad maternoinfantil. Las mujeres mutiladas tienen cuatro veces m¨¢s posibilidades de sufrir complicaciones en el parto¡±, avisa Kaplan.