Carr¨¨re, reportero literario
Tres libros re¨²nen la obra period¨ªstica y algunas de las novelas de no ficci¨®n del autor de 'Lim¨®nov¡¯
Hay un instante en el que uno detecta que algo no marcha, que la realidad no es la realidad. Esa es la esencia de la literatura de Philip K. Dick, ¡°el hombre que lo hab¨ªa entendido todo¡±, seg¨²n Emmanuel Carr¨¨re (Par¨ªs, 1957), uno de los escritores del momento. Y un poco con esa misma filosof¨ªa de su admirado colega aborda Carr¨¨re buena parte de su obra narrativa, cargada de novelas de no ficci¨®n (El adversario, Lim¨®nov¡), pero tambi¨¦n la period¨ªstica, g¨¦nero ante el que se asoma ¡°lleno de incertidumbres ante la complejidad de la realidad¡±. En cualquier caso, lo afronta como pura literatura, como queda bien patente en Conviene tener un sitio adonde ir (Anagrama), selecci¨®n de su mejores reportajes y art¨ªculos realizados entre 1990 y 2015.
¡°Entiendo el periodismo, y especialmente el reportaje, como una forma de la literatura, como la novela, la poes¨ªa o el ensayo; un trabajo literario, pero de no-ficci¨®n¡±, asegura en Barcelona, donde ha reflexionado sobre ello en el ciclo Converses a La Pedrera, que coorganizan la Fundaci¨® Catalunya La Pedrera y la editorial Arc¨¤dia. Carr¨¨re parece tener muy bien trazada la siempre pol¨¦mica frontera entre realidad y ficci¨®n y literatura y periodismo. ¡°Es evidente que es no-ficci¨®n, pero destino a ello todos los recursos del arte de la narraci¨®n de los que soy capaz y que, para m¨ª, pueden ser comunes a la ficci¨®n y a la no-ficci¨®n¡¡±, afirma. Pero ah¨ª acecha el peligro deontol¨®gico, que ¨¦l disipa pronto. ¡°Ha de haber un contrato t¨¢cito con el lector de que est¨¢s haciendo periodismo, por lo que no puedes inventarte nada; hay que ser honestos, la exigencia de verdad ha de ser m¨¢xima¡±, sentencia. ?Inventa, en su caso, ante la realidad? ¡°No; pero cuando alguna vez lo he hecho, lo especifico: creo que el lector ha de saberlo y as¨ª lo he hecho constar en obras como Lim¨®nov o El adversario".
Si lo hizo sobre aquella ¨²ltima, publicada en 2000, inevitablemente comparada con A sangre fr¨ªa de Truman Capote y que relata el asesinato de toda su familia por parte de un hombre que llevaba una vida de impostor ante ella, el lector espa?ol puede volver a comprobarlo porque forma parte de un volumen (junto a Una novela rusa y De vidas ajenas), que Anagrama acaba de compilar. Lo ha hecho pocas semanas antes de lanzar en sus Nuevos Cuadernos Anagrama, y bajo lo que parece un oto?o Carr¨¨re, su reportaje Calais, visita al infernal circo de esa localidad donde se hacinan inmigrantes ilegales que sue?an en vano poder saltar a Inglaterra.
¡°Fue un encargo de un tema que yo nunca hubiera escogido por ya muy trillado, pero fueron tres semanas apasionantes¡±, recuerda. Y lo fueron porque le dio la vuelta al enfoque y mir¨® intramuros de la ciudad: c¨®mo encajaban sus habitantes aquel drama humanitario. Lo de las tres semanas no es un periodo azaroso. ¡°Suelo destinar ese tiempo a mis reportajes; la primera es para entrevistarme con los contactos de mis amigos, con gente como yo, en el fondo; las otras dos son para alejarme de mi campamento base natural y acercarme a gentes e ideas con las que no comparto nada; mi inter¨¦s es intentar escuchar a todos¡±. Con esa filosof¨ªa, dice, se enfrentar¨ªa a un hipot¨¦tico reportaje sobre las relaciones Catalu?a-Espa?a: ¡°Intentar¨ªa escuchar a los dos bandos que, precisamente, creo que no se hablan demasiado¡±, zanja.
Dejando pr¨¢cticamente en cada una de las 33 entregas retazos autobiogr¨¢ficos que facilita una de las marcas estil¨ªsticas de la casa, la presencia del yo (¡°puede parecer narcisismo, pero tambi¨¦n es humildad: es lo que yo he visto u o¨ªdo; es s¨®lo un punto de partida para llegar al mundo exterior¡±, se defiende), Carr¨¨re aborda en Conviene tener un sitio adonde ir desde una entrevista frustrada a Catherine Deneuve a la compleja vida del matem¨¢tico Alan Turing, pasando por trabajos que en algunos casos ser¨¢n embriones de sus futuras novelas de no ficci¨®n, como El ¨²ltimo de los demonios (Lim¨®nov) o El h¨²ngaro perdido (Una novela rusa, investigaci¨®n sobre un abuelo suyo asesinado quiz¨¢ por nazi). Tambi¨¦n permite ver su formaci¨®n lectora: desde la disecci¨®n de un Daniel Defoe que jug¨® con el periodismo y la literatura como Capote a la Janet Malcolm de El periodista y el asesino, la que dijo que todo buen periodista debe acabar traicionando a sus fuentes. ¡°Ese libro es estupendo, pero estoy totalmente en desacuerdo: se puede tener una relaci¨®n honesta con tus fuentes, nada complaciente, pero s¨ª justa y de intentar comprenderlas¡ Buscar la honestidad deber¨ªa ser un m¨ªnimo sindical del periodismo¡±, sentencia quien el d¨ªa 25 recibir¨¢ el premio FIL en la Feria del Libro de Guadalajara, en M¨¦xico.
Y, claro, est¨¢ Dick, el que ha dado pie a Blade Runner. ?Sigue pensando que es un genio, como afirmaba con el coraz¨®n al descubierto en 1975? ¡°Fue prof¨¦tico y crecer¨¢ con el tiempo: las preguntas que hoy nos hacemos sobre el mundo virtual o la transhumanidad y el v¨¦rtigo que eso nos produce, Dick ya las vio y plante¨®; y no se ha escrito nada mejor¡±. Realidades.
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