M¨²sica amable para sentirse feliz
Texas present¨® su nuevo material sin olvidar que su sentido est¨¢ en el viejo
?Est¨¢is felices? Repet¨ªa cada cierto tiempo. Era una pregunta casi tautol¨®gica pues ella misma, Sharleen, parec¨ªa superada por el apoyo de la sala entera, que la llamaba guapa como si el p¨²blico fuesen adolescentes ante su ¨ªdolo. Y no lo eran, eran personas ya talludas, algunos ni j¨®venes en los noventa, cuando Texas triunfaba en su primera ¨¦poca. Y la pregunta era tambi¨¦n innecesaria porque la m¨²sica del grupo escoc¨¦s, viviendo ahora una segunda juventud, tiene pocas utilidades m¨¢s all¨¢ de provocar diversi¨®n, una sensaci¨®n de alegr¨ªa reforzada por la propia Sharleen, una simp¨¢tica charlatana que en escena trasmite la sensaci¨®n de estar viviendo su gran momento. A menos de drama interior intenso, con Texas es dif¨ªcil no poner cara de ser feliz. Por un ratito, al menos.
Dos horitas en el caso del concierto en Razzmatazz, donde se vio a una banda aseada que son¨® estupendamente recreando ese pop-rock con resabios de m¨²sica negra v¨ªa soul, que acaban definiendo la propuesta de la banda escocesa. Es tanta su pasi¨®n por la m¨²sica negra que se acabaron poniendo un poco en evidencia al versionar a Al Green por medio de un Tired of Being Alone que son¨® desle¨ªdo aunque amable. Ese es el punto de Texas, la m¨²sica amable, canciones con gancho defendidas con convicci¨®n que equilibran su falta de profundidad con una agradable puesta en escena y unos estribillos afables que se consumen solos. No es necesario ning¨²n manual. Pas¨¢rselo bien es casi la ¨²nica opci¨®n posible.
Y el p¨²blico no lo hizo s¨®lo con las canciones cl¨¢sicas del grupo, composiciones como?When we are togheter, In Our Lifetime, Summer son o el celeb¨¦rrimo I Don¡¯t Want A Lover, sino tambi¨¦n con composiciones m¨¢s recientes, ya del nuevo siglo, el de la reaparici¨®n de la banda. No fueron muchas, la verdad sea dicha, apenas unas cinco de un total de veinte, The Conversation, Midnight y Tell that girl entre ellas, pero cuando un grupo retorna no suele obviar la costumbre de recuperar su pasado. De hecho es lo que se espera, la certeza de recordarse a uno mismo a?os ha con el suave b¨¢lsamo de la m¨²sica como cicatrizante, si es que llega a necesitarse. Y como Sharleen est¨¢ igual que siempre, con ese flequillo pill¨ªn que tanto juego le da, y dado que su voz se mantiene en forma y que ella es simp¨¢tica, una simp¨¢tica mujer de car¨¢cter podr¨ªa intuirse, todo rueda. Todo rod¨®. Tras subir a un seguidor al escenario para cantar y bromear con ¨¦l en So called friend y agradecer a otro, tendi¨¦ndose sobre las tablas para besarle, un presente que le entreg¨®, el concierto acab¨® entre v¨ªtores con la segunda versi¨®n de la noche, el Suspicious mind¡± Fiesta completa. M¨²sica amable para ser feliz.
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