Discusi¨®n p¨²blica

Conviene recordar que la democracia no solo implica el reconocimiento de derechos fundamentales como la libertad de expresi¨®n, el derecho de asociaci¨®n o la igualdad de todas las personas ante la ley, la celebraci¨®n frecuente de elecciones multipartidistas libres y la posibilidad de alternancia en el ejercicio del poder gubernamental, sino tambi¨¦n la discusi¨®n p¨²blica argumentada y el compromiso de los medios de comunicaci¨®n, tanto los p¨²blicos como los privados, en la difusi¨®n de informaciones veraces, en la reproducci¨®n fidedigna de los diferentes puntos de vista existentes en la sociedad y en la promoci¨®n de espacios de debate pol¨ªtico plural en los que se traten los temas de manera rigurosa y comprensible y los participantes se comporten de manera respetuosa.

Jean Dr¨¨ze y Amartya Sen (Una gloria incierta) subrayaron el valor de la discusi¨®n p¨²blica en democracia: ¡°Los problemas sociales y econ¨®micos no son siempre f¨¢ciles de ver y de entender, y un ejercicio riguroso del razonamiento p¨²blico puede jugar un papel clave tanto en expandir la comprensi¨®n p¨²blica como en ampliar la pol¨ªtica ilustrada¡±. Y Amartya Sen (India contempor¨¢nea) puso de relieve la eficacia del voto cuando previamente se ha producido la discusi¨®n p¨²blica: ¡°El razonamiento p¨²blico brinda a los ciudadanos la oportunidad de participar en debates p¨²blicos e influir en las decisiones p¨²blicas. El voto puede verse solo como una manera ¡ªaunque muy importante¡ª de llevar a la pr¨¢ctica esos debates, cuando la oportunidad de votar se combina con la de hablar y escuchar sin temor alguno¡±.

Ante la convocatoria de elecciones multipartidistas o de consultas pol¨ªticas espec¨ªficas, se deber¨ªa enfatizar la importancia de los debates p¨²blicos entre los candidatos y las candidatas de las diferentes formaciones pol¨ªticas o entre los y las portavoces de las diversas opciones en disputa. Un debate p¨²blico no es un conjunto de mon¨®logos. Los candidatos y candidatas o los y las representantes de alternativas pol¨ªticas divergentes han de explicar con precisi¨®n el contenido de sus propuestas y sus previsibles consecuencias, pero tambi¨¦n han de contrastar, de manera argumentada y rigurosa, sus propuestas con las que formulen sus adversarios electorales. El objetivo deber¨ªa ser que la ciudadan¨ªa pueda ejercer su voto con conocimiento y de manera responsable.

Lamentablemente, la discusi¨®n p¨²blica en Espa?a y en Catalu?a est¨¢ muy lejos de esos par¨¢metros democr¨¢ticos. Y todo apunta a que en los pr¨®ximos meses y a?os este problema se puede agravar. Por ello, es una necesidad urgente que se resalte la importancia que tiene o deber¨ªa tener la deliberaci¨®n y el debate p¨²blico en los sistemas pol¨ªticos democr¨¢ticos, tanto en las instituciones del Estado (parlamentos, plenos municipales...) como en y entre los diferentes grupos pol¨ªticos y sociales (partidos, sindicatos, asociaciones, entidades, plataformas de acci¨®n...), en Internet, en las redes sociales y en los medios de comunicaci¨®n, especialmente si se aspira a aumentar la comprensi¨®n de la poblaci¨®n sobre los problemas que se han de resolver (pobreza, paro, precariedad, violencia machista, contaminaci¨®n medioambiental, corrupci¨®n, reforma constitucional...). Tambi¨¦n es necesario dar a conocer los diferentes intereses y puntos de vista existentes, y las consecuencias de las diversas propuestas presentadas, que es un requisito imprescindible para construir una democracia participativa. Y adem¨¢s, estos espacios de discusi¨®n p¨²blica deber¨ªan estar conectados e interrelacionados, creando ¨¢mbitos e instrumentos que lo hagan posible.

Enric Prat Carvajal es historiador y profesor de Ciencia Pol¨ªtica en la UAB.