Miramar, la antigua real casa de campo que podr¨ªa ser un hotel
Un estudio oficial propone dotar al palacio de usos tur¨ªsticos para rentabilizar sus instalaciones
Fue estancia estival de la reina Mar¨ªa Cristina a finales del XIX, tambi¨¦n colegio internado del pr¨ªncipe Juan Carlos (hoy rey em¨¦rito) a mediados del siglo pasado. El Palacio Miramar de San Sebasti¨¢n, uno de los dos grandes iconos de la Belle Epoque que a¨²n conserva la ciudad, situado en un emplazamiento paisaj¨ªstico inigualable desde el que se domina la bah¨ªa donostiarra, podr¨ªa cambiar completamente su uso si prospera la propuesta de destinar una parte de sus estancias a hotel y restaurante de lujo. Miramar est¨¢ llamado a ser el pr¨®ximo culebr¨®n ciudadano, centro del debate pol¨ªtico y social, como antes ocurri¨® por ejemplo con la construcci¨®n del Kursaal, la peatonalizaci¨®n de La Concha o la reforma del estadio de Anoeta.
La controversia se ha abierto en cuanto ha trascendido que un estudio encargado por la Sociedad Kursaal, por encargo del Ayuntamiento de San Sebasti¨¢n y la Diputaci¨®n de Gipuzkoa, aconseja incluir el Palacio Miramar en la oferta de eventos y congresos que ofrece la ciudad. ?C¨®mo? La propuesta plantea, entre otras acciones, abrir un hotel y un restaurante en sus instalaciones, ahora infrautilizadas y de propiedad municipal. El palacio abarca una superficie de 34.136 metros cuadrados donde se encuentran el hist¨®rico edificio, un parque, jardines y diversos edificios.
El Palacio Miramar cumple 125 a?os desde que la reina Mar¨ªa Cristina decidi¨® que en el promontorio que se alza sobre el Pico del Loro se construyese su Real Casa de Campo. En 1892 se hizo realidad su deseo, tras gastar de su patrimonio entre tres y cuatro millones de pesetas de la ¨¦poca. A su muerte, lo hered¨® Alfonso XIII, que solo lo pudo disfrutar como residencia real un solo verano, puesto que el rom¨¢ntico edificio, de estilo cottage ingl¨¦s, fue incautado en 1931 por el Gobierno de la Rep¨²blica (el presidente Alcal¨¢ Zamora pas¨® cinco d¨ªas en Miramar en 1932), hasta que tras la Guerra Civil volvi¨® en 1941 a manos de la familia real. Pero su uso qued¨® casi en la nada, salvo cuando en los a?os 50 se convirti¨® en el internado donde estudiaban el pr¨ªncipe Juan Carlos de Borb¨®n, su hermano Alfonso y otros alumnos.
En 1968 fue declarado monumento Hist¨®rico-art¨ªstico y cuatro a?os despu¨¦s lo adquiri¨® el Ayuntamiento de San Sebasti¨¢n por 102,5 millones de pesetas, lo que posibilit¨® el uso op¨²blico de los jardines que rodean el palacio, que todos los a?os acoge los Cursos de Verano de la Universidad del Pa¨ªs Vasco (UPV). Hasta hace unos meses alberg¨® el Conservatorio Superior de M¨²sica del Pa¨ªs Vasco, hasta que los alumnos han podido estrenar la nueva sede de Musikene en otro punto de la ciudad.
La propuesta de habilitar una parte de las instalaciones de Miramar para la actividad hotelera y restauradora ha abierto un cisma entre las formaciones pol¨ªticas del Consistorio. El PNV y el PSE, socios de gobierno, apoyan con sus matices que se explore esta v¨ªa. Los nacionalistas son partidarios de rentabilizar econ¨®micamente las posibilidades que ofrece el palacio: "Hay que pensar en ingresos y retornos si se quiere autofinanciar toda la infaestructura. Hace falta actividad restauradora para autosostener [el edificio]", comenta Miren Azkarate (PNV). Los socialistas quieren conocer con detalle las ventajas e inconvenientes de incorporar el palacio al circuito tur¨ªstico de la ciudad. La nota discordante la ha puesto el diputado foral de Cultura, el socialista Denis Itxaso, quien se ha negado en rotundo a convertir Miramar en un hotel: "Con las m¨¢s de 2.000 plazas hoteleras nuevas que van a emerger en el entorno de San Sebasti¨¢n en los pr¨®ximos a?os, nada justifica que se emplee un patrimonio p¨²blico para construir un nuevo hotel, menos a¨²n si se tiene en cuenta el entorno patrimonial protegido en el que est¨¢ ubicado", ha afirmado Itxaso.
El PP no se opone "siempre que se respete sus espacios hist¨®ricos y se mantenga el uso p¨²blico del palacio", opina el edil Jos¨¦ Luis Arr¨²e. Son frontalmente contrarios EH Bildu e Irabazi (Podemos). Amaia Almirall critica que la apertura de un hotel parte de "una visi¨®n puramente economicista" que supondr¨ªa "hipotecar un impresionante espacio". Y Amaia Mart¨ªn, de la formaci¨®n morada, lamenta que el alcalde, Eneko Goia, y su equipo "no busquen otras alternativas que no conlleven privatizar espacios libres" de Miramar.
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