El Andy Warhol de Oriente Medio
El egipcio Chant Avedissian exhibe su obra iconoclasta en Casa ?rabe
Cuando el periodista Nigel Ryan fue a entrevistar a Chant Avedissian a su estudio de El Cairo para la publicaci¨®n Al-Ahram Weekly, esperaba la t¨ªpica conversaci¨®n sopor¨ªfera de otro artista soberbio y solipsista. Sin embargo, el encuentro termin¨® en una sesi¨®n de fotos desopilante, en la que entrevistado y entrevistador posaron disfrazados con ropas tradicionales mongolas y coreanas, y del ej¨¦rcito de la Uni¨®n Sovi¨¦tica.
Esto sucedi¨® hace 20 a?os, y es una muestra de la imprevisibilidad que siempre ha rodeado a Chant Avedissian, armenio de origen, nacido en El Cairo en 1951 y de educaci¨®n cristiana. Su obra colorista y multifac¨¦tica navega entre la tradici¨®n y el pop art, y la protagonizan muchas veces personajes de la far¨¢ndula y pol¨ªticos, lo que le ha valido el apodo de El Andy Warhol de Oriente Medio. La ¨²ltima colecci¨®n estar¨¢ expuesta en la Casa ?rabe, a propuesta de la galer¨ªa Sabrina Amrani, hasta el 25 de febrero.
En su dilatada carrera, Avedissian ha tocado muchos palos: desde exposiciones en innumerables salas de prestigio como el British Museum, el National Museum of African Art o el Troppenmuseum en ?msterdam, hasta encargos heterodoxos como decorar las alas de los aviones de British Airways. Avedissian siempre ha mirado hacia el Este, al lado opuesto de Occidente, para buscar inspiraci¨®n: las simples formas de una puerta de un poblado nubio, por ejemplo, las convierte en est¨¦ticas geometr¨ªas que integra en sus cuadros, junto a ep¨ªtomes de la modernidad como famosas cantantes egipcias o el propio Gamal Abdel Nasser, expresidente de Egipto que trat¨® de llevar el socialismo al mundo ¨¢rabe. Sus bases son la tela, la madera y el cart¨®n corrugado, y emplea a menudo plantillas sobre las que estarce sus pinturas con meticulosidad abrumadora.
Hace unos a?os tuvo una mala experiencia con una marchante, que se enriqueci¨® a costa de sus obras. Esto, unido a su precaria salud actual, lo ha recluido en su peque?o estudio cairota, donde reh¨²ye los circuitos art¨ªsticos habituales. ¡°Me gustar¨ªa enfatizar que siempre trabaj¨¦ solo, con sus lados buenos y malos¡±, responde por correo electr¨®nico, y da su visi¨®n del sector: ¡°Hoy en d¨ªa, los pintores o artistas a veces tienen f¨¢bricas para producir su arte. El concepto del artista ha cambiado. Hay una escena basada en dinero y armamento. En las exposiciones de arte, moda y armas, se suele juntar la misma ¨¦lite. Este no es mi mundo, porque yo no soy parte de esa ¨¦lite¡±.
El artista, que muchas veces inserta iconograf¨ªa social en sus obras, aporta su visi¨®n de Oriente Pr¨®ximo, donde vive como cristiano. ¡°El mundo occidental tiene d¨¦cadas de retraso, o siglos, en la manera que nos ve. La calidez de los restaurantes libaneses, persas o palestinos, con sus men¨²s ex¨®ticos, en Nueva York, Madrid o Londres, ha opacado el conocimiento real de estos pa¨ªses y su gente. Las fronteras deben abrirse en ambos lados, y los estudiantes revolucionarios europeos no deben viajar al Este solo para llevar justicia, sino tambi¨¦n para aprender m¨¢s sobre el otro y, por lo tanto, sobre ellos mismos¡±.
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