El pol¨ªmata Puig i Cadafalch
El Museo de Historia de Catalunya dedica una gran exposici¨®n al arquitecto, arque¨®logo, historiador y pol¨ªtico en el 150 aniversario de su nacimiento
A un individuo cuya sabidur¨ªa abarca conocimientos de campos diversos, tanto cient¨ªficos como human¨ªsticos, se le aplica el calificativo de pol¨ªmata. La mayor¨ªa de los fil¨®sofos de la Antig¨¹edad lo fueron. Tambi¨¦n personajes del Renacimiento como Leonardo Da Vinci y, en ¨¦poca m¨¢s reciente, Josep Puig i Cadafalch (1867-1956), autor de un buen n¨²mero de famosos edificios, pero tambi¨¦n arque¨®logo que impuls¨® las excavaciones de yacimientos como Emp¨²ries a partir de 1908, historiador que ¡°descubri¨®¡± el rom¨¢nico catal¨¢n y destacado pol¨ªtico. Este a?o, al final del 150 aniversario de su nacimiento y del centenario de su nombramiento como presidente la Mancomunidad, la primera forma de autogobierno de catal¨¢n del siglo XX, el Museo de Historia de Catalu?a y el Arxiu Nacional de Catalu?a han inaugurado en la sede del primero la exposici¨®n Puig i Cadafalch. Arquitecto de Catalu?a (hasta el 15 de abril) que hace referencia a la faceta por la que es m¨¢s conocido pero tambi¨¦n a su empe?o en construir un pa¨ªs moderno equiparable a otras naciones del momento.
En la historia de este pol¨ªmata hay un antes y un despu¨¦s de 2006. Fue en ese a?o cuando se localiz¨® parte de su archivo personal y pol¨ªtico tras una pared en su vivienda de la calle Proven?a. El hallazgo permite resituar al personaje y darle una mayor dimensi¨®n que la que hasta ese momento ten¨ªa como arquitecto de edificios modernistas. La muestra, comisariada por la profesora Mireia Freixa y el arquitecto Eduard Riu, esboza una especie de perfil biogr¨¢fico global del personaje a partir de toda esta documentaci¨®n que arranca con las primeras obras realizadas en su Matar¨® natal, que mucho tienen que ver con la idea de modernidad, ya que fue el creador del alcantarillado moderno de la capital del Maresme. All¨ª levant¨® algunos de los edificios m¨¢s destacados de la ciudad como la casa Coll i Reg¨¤s, una especie de hermana peque?a de la casa Amatller que poco despu¨¦s construir¨ªa en el c¨¦ntrico y burgu¨¦s paseo de Gr¨¤cia barcelon¨¦s.
La exposici¨®n, sobria en museograf¨ªa, quiz¨¢ por la falta de recursos econ¨®micos (110.000 euros) seg¨²n los comisarios, est¨¢ planteada como un despacho de arquitectura donde se repasan los principales proyectos, a partir de los dibujos del autor, de las im¨¢genes de ¨¦poca y las actuales. En ellas se pueden ver muchos proyectos realizados como la casa Serra, la casa Tarrades o de les Punxes, el Palau del Bar¨® de Quadres, la casa y la f¨¢brica Casaramona, la casa Macaya, la casa Guarro, la casa Mart¨ª (sede de Els Quatre Gats) y la casa Rosa Alemany. Otras, como la casa Trinxet, acabaron fruto de la especulaci¨®n urban¨ªstica del desarrollismo. Su derribo fue, curiosamente, el comienzo de la revitalizaci¨®n de este arquitecto que durante d¨¦cadas estuvo en el olvido. Tambi¨¦n se explican proyectos no realizados, como un gran templo de acero y luz en Buenos Aires o un proyecto para el tribunal internacional de La Haya, que no se impuso en el concurso europeo convocado.
La muestra, destacan los comisarios, permite romper con muchos t¨®picos sobre ¨¦l, como que era un ¡°neomedievalista que recuperaba el g¨®tico nacional. No es cierto. Era un autor ecl¨¦ctico que utiliza muchos elementos n¨®rdicos o italianos¡±.
La exposici¨®n permite ver c¨®mo su obra continu¨® durante el Noucentismo y particip¨® de forma activa en la modernizaci¨®n de Barcelona, monumentaliz¨¢ndola con obras como la plaza de Catalunya ¡°el 70% de la plaza actual es Puig i Cadafalch¡±, subraya Freixas o la Avenida Maria Cristina para la Exposici¨®n Internacional de 1917, que luego fue transform¨¢ndose hasta la de 1929, aunque ¨¦l ya estaba fuera del proyecto tras ser destituido por la dictadura de Primo de Rivera.
Junto al apartado donde se puede ver su participaci¨®n en proyectos como la excavaci¨®n de Emp¨²ries, mostrando una cr¨¢tera griega que aparece dibujada en el cuaderno de campo del director de los trabajos Emili Gandia o el cuaderno utilizado durante la expedici¨®n para redescubrir el rom¨¢nico del Pirineo en 1907, se expone una de las joyas de la muestra c¨®mo es su despacho original: una enorme mesa de trabajo donde est¨¢n sus compases, sus escuadras y cartabones, adem¨¢s de los planos originales de muchos de sus proyectos. Estos trabajos coinciden con el momento en el que Puig es elegido en 1917 como presidente de la Mancomunitat sustituyendo a Prat de la Riba dando inicio a una modernizaci¨®n de Catalu?a a partir de la renovaci¨®n de las infraestructuras viarias y culturales, educativas y sanitarias.
¡°Se?or Puig i Cadalamierda¡±
Antes de la aparici¨®n de los envenenados mensajes que recorren la red circulaban an¨®nimos amenazantes escritos de pu?o y letra y enviados en sobre con su sello y todo. Puig i Cadafalch recibi¨®, como presidente de la Mancomunitat, unos cuantos, tanto de los sindicatos como del anticatalanismo. "Se?or Puig y Cadalamierda. Est¨¢ usted condenado a muerte. El d¨ªa 17 de mayo cumplea?os de S.M. morir¨¢ usted envenenado. La Mano Negra" se puede leer en uno de ellos. En otro, le aseguraban que le hab¨ªan seguido por la calle, "suerte que alg¨²n santo le proteg¨ªa" y en un tercero dirigido a "Puig y Cagafals" escriben: "Vosaltres los regionalistas de la Lliga sou una colla de chiflats, que aneu cap a Sant Boy, hi falta gent". Puig que guardaba absolutamente todo "ten¨ªa s¨ªndrome de Di¨®genes", seg¨²n los comisarios, tambi¨¦n conserv¨® el resto de su vida todos estos an¨®nimos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.