La comida ¡®proces¨ªstica¡¯ de Navidad

Estimado polit¨®logo, pues la terapia, en mi casa, y en estos d¨ªas, no. ¡°Yo soy el cabeza de mesa y suelo moderar¡±, me cuenta un votante de Catalunya en Com¨². ¡°Cuando digo basta es basta. Mi madre es catalana, antigua convergente contraria al proc¨¦s, ahora vota a Miquel Iceta. Mi hermana es independentista y apoya a Carles Puigdemont a muerte. Mi sobrina mayor es de ERC y su hermana de la CUP. Mi cu?ado ya no viene a las comidas navide?as, aunque sigue votando a Ciudadanos. A las dos en punto en la mesa. Men¨²: escudella y, de segundo, ternera con bolets. Por supuesto, turrones y neulas. No falta la tieta convergente dudosa. Este a?o el viaje m¨¢s reciente de una parte de la familia ha sido a Bruselas, pero no nos trajeron chocolate. La familia no bebe mucho, pero el debate siempre es encendido. En la ¨²ltima cena, uno abandon¨® la mesa¡±.

A?oro Noche de Paz, que suena a ciencia ficci¨®n pero que es ¡ªfue¡ª una aplicaci¨®n para el m¨®vil que se activaba cuando o¨ªamos en la mesa palabras que hab¨ªamos proscrito. Independencia ya estaba incluida. La aplicaci¨®n naci¨® en 2014 pero no ha resistido el paso del tiempo, probablemente porque su lista negra de palabras no ten¨ªa suficientes gigas.

El proc¨¦s es un tema vetado, me cuenta otro comensal. ¡°A mi padre siempre le encanta hablar de pol¨ªtica. Mis padres son castellanos (¨¦l de Segovia y ella de Guadalajara) y la pol¨ªtica siempre les ha atra¨ªdo un mont¨®n sin llegar a militar en ning¨²n sitio. Como viv¨ªamos en L¡¯Hospitalet, todo lo que nos rodeaba era PSC. No s¨¦ muy bien si por ideolog¨ªa o por llevar la contraria, ellos optaron en un primer momento por votar a UCD, al CDS, hicieron alguna incursi¨®n en CiU (nunca lo entender¨¦) llegaron a votar al PP y ahora a Ciudadanos. Son una familia trabajadora. Mi hermana y yo somos ya segunda generaci¨®n de inmigrantes y (yo como m¨ªnimo) m¨¢s de izquierdas. En casa siempre hemos discutido de pol¨ªtica de hecho discutimos hasta el 1 de octubre. En ese momento, justo despu¨¦s de los palos, han enmudecido totalmente¡±.

Un votante de la CUP dice tener la calma asegurada en sus comidas familiares, bendito ¨¦l. ¡°En mi mesa, con un men¨² de mar y monta?a, todos han hecho el clic: son indepes. Los convergentes dejaron CiU y ahora son de ERC y los de ERC pasaron a la CUP. Hablamos de pol¨ªtica, pero sin discusiones. La m¨¢s movida de las comidas fue hace dos a?os porque no nos pon¨ªamos de acuerdo en si tocaba investir a Artur Mas. Unos valoraban la figura del convergente como l¨ªder independentista; el resto dec¨ªa que el proc¨¦s podr¨ªa seguir sin ¨¦l. Ahora ya no nos acordamos de Mas, todos estamos con Puigdemont¡±.

¡°Mi familia, como buena familia moderna, est¨¢ m¨¢s fragmentada que una partida de Risk¡±, reconoce un votante hu¨¦rfano de Iniciativa que se define como ¡°un progre barcelon¨¦s cl¨¢sico¡±. ¡°M¨²ltiples divorcios convierten la agenda navide?a en un rompecabezas y en un reparto de roles calculad¨ªsimo entre padres y sus segundos o terceros matrimonios, aparte de las relaciones con los padres y madres de tu pareja. Tanta fragmentaci¨®n tambi¨¦n se replica en el tema. Como ya nos conocemos todos y cada uno sabe de qu¨¦ pie cojea el otro, y discusiones las ha habido, y muchas, en el pasado, de unos a?os ac¨¢, el asunto ha dejado de tocarse. Si el cu?ado o el t¨ªo de turno decide meterlo con calzador para provocar al personal, siempre hay alguien que luce un driblaje digno de Ronaldinho y consigue que la discusi¨®n cambie de tercio. La abuela es la que la acaba liando a?o tras a?o; ella es franquista, pero franquista en el sentido de que lo vivi¨® en la flor de la vida, sus a?os m¨¢s plenos, f¨ªsica y emocionalmente. Mi abuela, claro, tiene que enfrentarse cada a?o a alguna cuesti¨®n que le cortocircuita, que si el poliamor, que si el ni?o puede elegir otro sexo...¡±.

Despu¨¦s de escuchar a mi amigo hasta casi envidio su unidad familiar cupera. Tengo una lista de normas que pienso imponer para que no se me desmadre ¡ªy no es una indirecta¡ª la concurrencia. Ya he advertido que ni chistes ni amigos invisibles ni regalos ingeniosos; hablemos del Bar?a, o mantengamos a los ni?os recitando versos navide?os tres horas y media hasta que los cu?ados vayan abandonando el recinto.