El torbellino identitario barre
Una parte decisiva del electorado ha cambiado de voto para priorizar su identificaci¨®n nacional por encima del eje derecha-izquierda
No, la mayor¨ªa parlamentaria de izquierdas que anunciaban los sondeos preelectorales no se materializ¨® a la hora de la verdad, el d¨ªa 21. Fue abortada en las dos ¨²ltimas semanas de campa?a por el torbellino identitario desatado por la crisis constitucional. El conjunto de los cuatro partidos que se reclaman de este espacio ideol¨®gico ¡ªERC, PSC, CeC-Podem y CUP¡ª, no alcanza la mayor¨ªa de votos; se quedan en el 47,16% del total. Los tres partidos del centro derecha ¡ªCiudadanos, Junts per Catalunya y PP¡ª, suman un poco m¨¢s, el 48,4%. El sistema electoral premia a los ganadores: 61 esca?os para la izquierda, 74 para la derecha. Son proporciones similares a la lectura del resultado que se ha impuesto como can¨®nica, tal como lo consigna la prensa internacional: 47,5% de votos y 70 esca?os para el bloque independentista (JxCat, ERC y CUP), claramente ganador, frente a un 43,4% y 47 esca?os para el bloque unionista (Ciudadanos, PSC y PP). En medio, un 7,4% de los votos y 8 esca?os para Catalunya en Com¨²-Podem, que ha quedado emparedado entre ambos.
Los partidos de la izquierda han perdido adem¨¢s otras batallas muy significativas, cada uno la suya particular. Esquerra aspiraba a arrebatar a JxCat, los sucesores de Converg¨¨ncia, la primac¨ªa entre los independentistas. No lo ha conseguido. El PSC aspiraba a recuperar su puesto como primera fuerza en el ¨¢rea de Barcelona, donde ha sido claramente derrotado tanto por Ciudadanos como por ERC y JxCat. No ha ganado en ning¨²n municipio. Los comunes de Ada Colau han frenado en seco las expectativas levantadas tras ganar la alcald¨ªa de Barcelona en las municipales de 2015 y ser la fuerza m¨¢s votada en Catalu?a en las legislativas del mismo a?o. En estas ha retrocedido 1,5 puntos.
La CUP ha perdido sus batallas con ERC y con CeC-Podem, de quienes aspiraba a recoger voto radical. A pesar del fuerte aumento de la participaci¨®n, tanto CeC-Podem como la CUP obtuvieron menos votos en cifras absolutas que en las anteriores elecciones al Parlament, adem¨¢s de retroceder en porcentaje. El castigo es bastante severo para ambos. CeC-Podem recibi¨® 43.000 votos menos que hace dos a?os y qued¨® sin esca?o en las provincias de Lleida y Girona. El estrago fue a¨²n mayor en la CUP: perdi¨® 144.000 votos, casi la mitad de los que gan¨® en 2015, y se qued¨® sin esca?o en Lleida y Tarragona.
La mayor¨ªa de derechas se fragu¨® en las ¨¢reas metropolitanas de Barcelona y Tarragona, con puntas de hasta el 38% de los votos en Badalona, Santa Coloma de Gramenet y Ripollet, Son las ¨¢reas donde se concentra la mayor proporci¨®n de poblaci¨®n con or¨ªgenes en otras partes de Espa?a. Un partido de la derecha liberal, Ciudadanos, se ha impuesto ah¨ª como primera fuerza, present¨¢ndose como adalid del espa?olismo nacionalista en oposici¨®n frontal a la izquierda catalanista. En la capital de Catalu?a, sin embargo, el alza de Ciudadanos no impidi¨® que la izquierda se impusiera con el 49,5% de los votos, frente al 48,5% de los partidos de derechas. En el eje identitario, los independentistas superaron con el 45,7% de votos a los unionistas, que se quedaron en el 43,4%.
Quienes piensan que los conflictos nacionales son un asunto de las derechas y sostienen que las izquierdas no han de implicarse en ellos han sido otra vez desmentidos por la realidad. Los ciudadanos no les siguen. Cuando hay un choque entre nacionalismos, escogen su bando. Cada uno de ellos tiene su derecha y su izquierda, y cada elector se alinea con aquel que considera como el suyo. El resultado ha sido que, en un contexto de polarizaci¨®n extrema, una parte de los electores que en anteriores convocatorias se inclinaban por los partidos de la izquierda, que se definen todos como catalanistas, han decidido su voto en funci¨®n del eje identitario y han engrosado en esta ocasi¨®n la bolsa electoral de un partido del nacionalismo espa?ol de derechas. Son los que han pasado de votar socialista o Podemos a votar Ciudadanos. El cambio en el signo ideol¨®gico del voto se ha hecho saltando por encima del eje social. No en bloque, desde luego, pero s¨ª en una proporci¨®n muy significativa. Y reforzando una inflexi¨®n que se inici¨® ya en las auton¨®micas de 2015. El factor que enturbia esta perspectiva es que el crecimiento de Ciudadanos no se ha dado solo a costa de la izquierda catalanista. Ha sido tambi¨¦n fruto del espectacular hundimiento del PP, que ha perdido casi todo su electorado en Catalu?a, en un anticipo de lo que le puede ocurrir en el resto de Espa?a en pr¨®ximas elecciones.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.