Rosal¨ªa, flamenco sin normas para un Premio Ruido

Rosal¨ªa Vila no es solo una gran artista. De flamenco o quiz¨¢ de algo parecido que no acertamos a definir. Rosal¨ªa es, sobre todo, una debilidad. Entre los periodistas especializados, los malasa?eros hirsutos y, en general, esa modernidad documentada que arregla el mundo justo antes de que cierren los bares. Un nombre propio que se ha convertido en sin¨®nimo por antonomasia del poder¨ªo sutil, del cante jondo intergeneracional. Una chiquilla de 24 a?os que le dedica un disco entero a la muerte, esa certeza en su caso tan remota, y logra resultar veros¨ªmil. El ¨¢lbum en cuesti¨®n se titula 'Los ?ngeles', lo rubrica junto al productor Ra¨¹l Fern¨¢ndez Refree y anoche se alz¨® en una abarrotada sala El Sol con el Premio Ruido de la cr¨ªtica al mejor elep¨¦ del difunto 2017.

"Es una cantaora que, por suerte, no necesita vestirse de faralaes para ser aut¨¦ntica", certific¨® la organizaci¨®n. Los Ruido son una iniciativa de la joven Periodistas Asociados de M¨²sica (PAM), un colectivo de plumillas y fot¨®grafos de la meloman¨ªa que se mira en el espejo de los Mercury brit¨¢nicos y el Polaris canadiense. Debutaron hace dos inviernos galardonando a Ni?o de Elche (otro ejemplo de ultraheterodoxia flamenca, como la ganadora de esta temporada) y el a?o pasado viraron sus preferencias hacia los gallegos Tri¨¢ngulo de Amor Bizarro. Esta vez han crecido hasta una fiesta que agot¨® las entradas y en la que, adem¨¢s de la propia Rosal¨ªa y Refree, actuaron Mar¨ªa Arnal y Marcel Bag¨¦s, Cala Vento, Biznaga y Rufus T. Firefly. Todos ellos ostentaban la condici¨®n de finalistas, junto a Vetusta Morla, Los Planetas, Roc¨ªo M¨¢rquez, Pablo und Destruktion, Exquirla y C. Tangana.

El propio Refree, ojillos vivarachos y barba desordenada, era uno de los muchos invitados del sector que pululaban por el s¨®tano de El Sol durante los proleg¨®menos, genuinamente espa?oles: la hora de la carteler¨ªa, 20.30, se traslad¨® hasta las 21.24. Ese fue el momento en que la periodista y maestra de ceremonias Mar¨ªa Ballesteros, presidenta de la PAM, pis¨® el escenario para felicitar a los 11 finalistas, dedicar la gala a Eva Garc¨ªa (trabajadora de la industria musical desaparecida ayer) y dar paso a tres piezas de los narc¨®ticos Arnal y Bag¨¦s, una voz razonablemente tradicional abrazada por guitarras experimentales.

Vila, de negro riguroso, y Refree -el mismo hombre que ya reinvent¨® a S¨ªlvia P¨¦rez Cruz o Kiko Veneno- ofrecieron sus tres canciones sentados, como si se encontraran en el tablao m¨¢s impuro e iconoclasta de la ciudad. Y consiguieron el milagro del silencio, ese que Ballesteros hab¨ªa reclamado, casi implorado, en ocasiones incontables. La quietud y los Ruido son una paradoja terminol¨®gica, como los premios y las unanimidades. Pero Rosal¨ªa se march¨® anoche con la estatuilla y un consenso muy amplio, el de los artistas que se erigen en acontecimiento.