Un problema de corrupci¨®n
El ¡®caso Palau¡¯ no es un da?o colateral de esa rentable ¡°causa general¡± contra el independentismo: ERC y la CUP no est¨¢n siendo investigadas por corruptas
El pasado 15 de enero se publicit¨® la sentencia del caso Palau. Unos d¨ªas antes, Artur Mas hab¨ªa dimitido como presidente del PDeCAT. Llegado el lunes de autos, el otrora locuaz ex presidente de la Generalitat despach¨® sus explicaciones con una entrevista a la Ag¨¨ncia Catalana de Not¨ªcies. El hombre de profundas convicciones liberales, que siempre hab¨ªa cre¨ªdo que lo mejor era someterse a ruedas de prensa multitudinarias y multiling¨¹es, opt¨® por recurrir a la hospitalidad de un canal del que la Generalitat de Catalunya posee el 70% de la propiedad y la Corporaci¨® Catalana de Mitjans Audiovisuals el 30% restante. As¨ª pas¨® el engorroso tr¨¢mite de dar explicaciones de esos ¡°como m¨ªnimo¡± 6,6 millones de euros en mordidas que su partido se llev¨®, de acuerdo con la sentencia, gracias a adjudicaciones de obra p¨²blica.
Pero la hemeroteca es dura. Hay impagables fotos de familia ¡ªenvejecidas a base de efecto sepia¡ª en las que aparece la guardia pretoriana convergente en actitud solidaria con el ex tesorero de CDC Daniel Os¨¢car. Fotos de grupo en el Parlament o en las puertas de la Ciutat de la Just¨ªcia ¡ªde cuya construcci¨®n sac¨® tajada el partido¡ª, donde Os¨¢car est¨¢ flanqueado por Jordi Turull, hombre de confianza de la familia Pujol y de Mas, luego consejero de la Presidencia y ahora ex¨¦geta de Carles Puigdemont; Oriol Pujol, mano derecha de dos expresidentes y secretario general de CDC hasta que tuvo que dimitir por el caso ITV; y Francesc S¨¢nchez, liquidador de CDC y hombre de las finanzas. Es la imagen de la solidaridad grupal con el fiel funcionario de partido ahora condenado a cuatro a?os y cinco meses por el cobro de comisiones para Converg¨¨ncia. Todo se hizo para bien, pues Daniel Os¨¢car asegur¨® ante el juez que los convenios entre el Palau de la M¨²sica y la Fundaci¨®n Trias Fargas de CDC ¡ªFerrovial mediante¡ª ten¨ªan el noble fin de ¡°difundir la cultura catalana¡± y ¡°evitar que en las fiestas mayores de los pueblos "no pusieran solo m¨²sica andaluza, sino tambi¨¦n sardanas¡±.
A juicio de los convergentes, todo este maldito embrollo ha guardado hist¨®ricamente mucho parecido con casos anteriores. Jordi Pujol advirti¨® en 2010 de las similitudes entre el caso Banca Catalana y el caso Palau. ¡°En estas cosas yo ya tengo experiencia¡ Y al final nada de nada¡±, sentenci¨® cansado de maniobras arteras. En mayo de 1984, el longevo presidente de la Generalitat ya se presentaba como v¨ªctima del Gobierno central y la fiscal¨ªa: ¡°Han hecho una jugada indigna; a partir de ahora de ¨¦tica y de moral hablaremos nosotros, no ellos¡±, proclam¨® ante sus seguidores en la plaza de Sant Jaume con motivo de la querella presentada por el caso Banca Catalana. Obviamente todo fue dicho antes de que en 2014 confesara la productiva ¡°deixa de l'avi Florenci¡±. Pero en 1984, miles de personas le creyeron y salieron a la calle en su defensa, cuando en realidad la familia del president gan¨® dinero con la bancarrota: cobr¨® 84 millones de pesetas en dividendos il¨ªcitos y vendi¨® acciones a una sociedad instrumental para cobrar otros 25 millones. El rescate bancario cost¨® a los contribuyentes 345.000 millones de pesetas, seg¨²n explica el periodista Pere R¨ªos en su libro Banca Catalana: caso abierto (Ediciones Pen¨ªnsula, 2015).
En el a?o 2009 otra vez la fiscal¨ªa se conjur¨® con los socialistas para impedir la victoria electoral de Converg¨¨ncia, seg¨²n el relato oficial. Y todo ello a pesar de tener pruebas de lo contrario, pues en 2006 Artur Mas y Jos¨¦ Luis Zapatero pactaron ponerle bridas al PSC para que no volviera a ocupar la presidencia de la Generalitat si CiU ganaba en diputados. En noviembre de 2010 Mas aseguraba en el Ateneu: ¡°Todo esto es una burbuja que quedar¨¢ en nada; cortadme el cuello si la Generalitat es una administraci¨®n corrupta bajo un Gobierno de CiU¡±. ¡°A tres semanas de las elecciones se les ve el plumero; hagan lo que hagan el cambio llegar¨¢ a Catalu?a porque el pueblo lo quiere¡±, concluy¨®.
La sentencia del pasado lunes 15 de enero ha cortado el cuello de Mas. A pesar de que el PDeCAT ha sido presidido por el ahora dimisionario, es ¡°una nueva formaci¨®n¡± sin nada que ver con CDC. Ellos, expertos en autocr¨ªtica, nacieron para borrar el pasado y surfear el proc¨¦s. Pero por mucho que insistan, el cas Palau no es un da?o colateral de esa rentable ¡°causa general¡± contra el independentismo: Esquerra y la CUP no est¨¢n siendo investigadas por corruptas. En Catalu?a, esa enfermedad end¨¦mica tiene predilecci¨®n por la derecha.
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