Verm¨² de autor con dos chicos intensos

Nada puede ir mal en un concierto que cuenta con el disco de Nick Drake Pink Moon amenizando la espera en la sala. Y menos a¨²n si sus protagonistas son dos alumnos de la canci¨®n de autor tan avezados como Txetxu Altube y Jorge Marazu, nombres cada vez m¨¢s familiares y mucho m¨¢s que emergentes. Ambos compartieron este s¨¢bado la primera entrega de Los Matinales de EL PA?S, en una ubicaci¨®n de estreno para estos menesteres diurnos: ese The Secret Society Club que, con el nombre de Medias Puri, se ha convertido en una de las salas de fiesta m¨¢s cuquis de la ciudad.

Altube y Marazu, mesetario del Parque de las Avenidas y castellano recio abulense, comparten filiaci¨®n?cantautoril y aportan una complementariedad muy atractiva. Dos voces excelentes, la una m¨¢s t¨¦rrea y la otra m¨¢s armada; dos flamantes discos reci¨¦n aterrizados en la estanter¨ªa,?Tras el Hurac¨¢n y?Lum¨ªnica. Y dos discursos similares, aunque sean de alguna manera el haz y el env¨¦s: el coraz¨®n desangelado y el plet¨®rico, el invierno y la primavera, la h¨²meda bruma y los campos de girasol. La sensibilidad a flor de piel de dos muchachos capaces de abrir el alma a espuertas.

Txetxu, que ya acreditaba una trayectoria importante al frente de Los Madison, ha consolidado un estilo muy caracter¨ªstico, con un pie en Springsteen (o Quique Gonz¨¢lez, obvio) y el otro en el piso mojado de las calles dublinesas. El viol¨ªn, los pitos y flautas colorean el discurso de un hombre que se confiesa "muy intenso, lo que mola solo a ratos". Y que llega a titular una pieza?Dejar de Luchar Contra M¨ª para admitir, aunque sea con prop¨®sito de enmienda: "soy pesimista, cobarde, me dejo caer".

No le falt¨® intensidad, ni mucho menos, a Marazu en la segunda mitad de este c¨®ctel de autores a la hora del verm¨². Al de ?vila, a quien casi no se le conoce sin sus caracter¨ªsticos vaqueros rajados por las rodillas, le bast¨® el formato de tr¨ªo para crear un ambiente ardoroso, sobre todo gracias al pellizco el¨¦ctrico que aportan las guitarras de su productor, segundo vocalista y m¨¢ximo escudero, Toni Brunet. La balada contemplativa y el arrebato a lo Jeff Buckley pueden incluso confluir en esa preciosidad a dos velocidades titulada?Cometa o en la ahora reinventada?Recuerdo cr¨®nico. El ep¨ªlogo fraternal lleg¨® con Escandinavia (Marazu) y?Comp¨¢s de espera (Altube), los siete m¨²sicos en escena, las voces y los repertorios entrelazados. Eran las 15.08 y los est¨®magos imploraban una triste aceituna, pero la emoci¨®n siempre merece la pena.