Paseo ilustrado por la ciudad de los muertos

Alguien ha colocado a Antonio Flores, que toca la guitarra, una pulsera del Atl¨¦tico de Madrid. Muy cerca, su madre, Lola Flores, la Faraona, baila rodeada de flores, flores y flores. Un poco m¨¢s all¨¢ est¨¢ el mausoleo donde descansa la familia. Esta juerga flamenca hecha estatua es uno de los lugares m¨¢s queridos y visitados del Cementerio de Nuestra Se?ora de la Almudena. Los artistas, madre e hijo, fallecidos con la diferencia de solo un par de semanas en 1995, permanecen dando alegr¨ªa para siempre a un sitio no particularmente alegre, aunque hermoso en su misterio y decadencia.

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El mayor cementerio de Europa

Hasta donde se pierde la vista se suceden, como en un puzle, nichos, l¨¢pidas, cruces, mausoleos; el enorme camposanto, fundado en 1884, tiene 120 hect¨¢reas, ¡°que viene a ser la extensi¨®n del casco hist¨®rico de Segovia¡±, dice Carlos Sanza, secretario general de la Empresa Municipal de Servicios Funerarios y Cementerios de Madrid. El mayor recinto funerario de Europa Occidental, una aut¨¦ntica ciudad de los muertos por la que cruza un autob¨²s urbano, hay quien hace running, y en la que reposan una buena lista de celebrities pret¨¦ritas. Es decir, los protagonistas de la Historia: pol¨ªticos, pensadores, artistas y hasta periodistas. "Es un inmenso museo al aire libre", en palabras de Fernando S¨¢nchez, gerente de la empresa. De hecho, hay 300 tumbas protegidas por su singularidad.

¡°La empresa se remunicipaliz¨® en 2016 y desde entonces tratamos de poner en valor este patrimonio cultural que tienen los ciudadanos", dice Sanza. Por eso entre este fin de semana y el 30 de junio se celebrar¨¢n 64 visitas guiadas gratuitas siguiendo cuatro itinerarios diferentes "Estas visitas, que ya est¨¢n cosechando gran ¨¦xito en las inscripciones, nos servir¨¢n de term¨®metro para conocer los gustos de los visitantes y programar pr¨®ximas ediciones", cuenta Sanza.

"Madrid es una ciudad de m¨¢s de un mill¨®n de cad¨¢veres", escribi¨® D¨¢maso Alonso en Los hijos de la ira. El viejo poeta se refer¨ªa a los vivos en su verso, pero por La Almudena, seg¨²n c¨¢lculos de la empresa, han pasado en torno a tres millones de finados (hay quien sube la cifra a cinco). Curiosamente Alonso es uno de ellos, una de las voces que, metaf¨®ricamente, se escuchan al pasear por este sitio. O el trote de los caballos erguidos de la espectacular tumba del domador y empresario circense Jos¨¦ Mar¨ªa Gonz¨¢lez, una de las m¨¢s llamativas. Cerca, contrasta con la sobriedad del sepulcro de Tierno Galv¨¢n, el Viejo Profesor, homenajeado con frecuencia.

No todo son grandes nombres, tambi¨¦n hay peque?as historias: en la tumba llamada de Los Pekineses se ven las estatuas de dos perros de esa raza: resulta que los animales del fallecido primero desaparecieron y luego aparecieron al lado de su tumba. Dentro de lo arquitect¨®nico destaca el gran p¨®rtico, con elementos modernistas y neomud¨¦jares, que perfectamente representa la entrada en otro mundo, o la estilizada capilla, mezcla de art d¨¦co y art noveau.

Tal vez el lugar con m¨¢s densidad de celebridades sea el cementerio civil. La primera ocupante fue Maravillas Leal que, por suicida (ten¨ªa solo 20 a?os), inaugur¨® esta parte que ahora comparte con izquierdistas, masones (abundan los compases y las escuadras en las l¨¢pidas), republicanos y todo tipo de librepensadores y ateos, como P¨ªo Baroja o Francisco Giner de los R¨ªos, fundador de la Instituci¨®n Libre de Ense?anza. Pol¨ªticos lejanos en el tiempo como Pi i Margall o Nicol¨¢s Salmer¨®n todav¨ªa reciben flores frescas. Al lado de Pasionaria, en el mausoleo de Pablo Iglesias (senior, el fundador del PSOE), una postal reza: "Los socialistas no mueren, los socialistas se siembran". En el caso de Iglesias lo que aparecen son rosas rojas arrojadas sobre el cemento gris de la eternidad.

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