¡°?Shane!, ?Shane! ?Vuelve! ?Adi¨®s, Shane!¡±
Arranca el homenaje al fallecido Javier Coma en la Filmoteca de Catalu?a con el pase de ¡®Ra¨ªces profundas¡¯, una de sus pel¨ªculas favoritas
¡°?Shane!, ?Shane! ?Vuelve! ?Adi¨®s, Shane!¡±. Las emotivas l¨ªneas finales del western Shane, de George Stevens, bautizado en espa?ol Ra¨ªces profundas,pudieron o¨ªrse anoche en la primera sesi¨®n del homenaje que la Filmoteca de la Generalitat dedica al estudioso del cine, la novela negra, el comic y el jazz, Javier Coma, fallecido en febrero de 2017. Sonaron muy pertinentes las emocionadas palabras de despedida del ni?o Joey al adusto pistolero herido que desaparece en el horizonte dejando una huella imborrable en todos los que lo conocieron y quisieron.
La pel¨ªcula, una de las favoritas de Coma, se proyect¨® tras un coloquio en el que participaron su hija S¨ªlvia, dos de los compa?eros de tertulia del fallecido, Joan de Sagarra y Enrique Vila-Matas (un tercero, Juan Mars¨¦, lo hizo mediante un texto que ley¨® Sagarra) y el director de la Filmoteca, Esteve Rimbau.
Numerosos amigos de Coma asistieron al arranque del homenaje que contin¨²a hoy con el pase de La jungla del asfalto, presentada por Paco Camarasa, y seguir¨¢ con otras sesiones hasta el d¨ªa 27.
¡°Si hubo un Shane en mi vida fue mi padre, siempre lo admir¨¦", dijo S¨ªlvia Coma
Sagarra dijo que el homenaje es un tributo ¡°a una figura importante de la lo que se dio en llamar la cultura de masas¡±, alguien que ¡°lo sab¨ªa todo de Hollywood, la novela negra, el jazz y el c¨®mic¡±, y al que es de justicia honrarle. Pero sobre todo, recalc¨®, es el recuerdo de un amigo. Rememor¨® las tertulias que compart¨ªan en el bar del Majestic, en el Sandor y despu¨¦s en el Jos¨¦ Luis, y c¨®mo conoci¨® en las aulas de Derecho en los a?os cincuenta al luego autor de tantos y tantos libros (como La caravana del western, Cine b¨¦lico, o los diccionarios de cine negro y de aventuras). Dijo Sagarra que aquellas tertulias, en las que se hablaba de cine, libros y canciones, los convert¨ªan a ellos en hijos o nietos de las de La pu?alada. ¡°?C¨®mo disfrutamos con Javier!¡±, se exclam¨®.
En el hermoso escrito que ley¨® de Mars¨¦, este recordaba su primera conversaci¨®n con Coma que vers¨® sobre John Ford y sus westerns. El favorito de Coma era Centauros del desierto, y el de Mars¨¦, El hombre que mat¨® a Liberty Valance, m¨¢s que nada para discutir. En un momento de la charla, cuando Mars¨¦ sosten¨ªa que Ford hab¨ªa certificado la muerte de la mitolog¨ªa del Far West, Coma le dijo: ¡°Te olvidas de Shane¡±. Sent¨ªa una gran admiraci¨®n por el filme ¡°deslumbrante¡± y su enfoque nediante los ojos de un ni?o.
Mars¨¦ record¨® a trav¨¦s de Sagarra el primer encuentro con Coma, en el que ya pudo constatar ¡°los s¨®lidos conocimientos que ten¨ªa sobre la cultura popular de EE UU¡±. La escena de Shane en que Alan Ladd se encuentra con Jack Palance, seg¨²n el relato de Mars¨¦, estuvo marcada por el hecho de que el segundo pod¨ªa pilotar un bombardero, como le dijo al director George Stevens, pero no sab¨ªa montar a caballo. As¨ª que se cambi¨® la secuencia en que deb¨ªa entrar en el pueblo al galope y lo hizo al paso, lo que caracteriz¨® de manera inmortal al pistolero Jack Wilson por su amenazadora parsimonia. A Javier Coma le hubiera encantado oir la historia contada por Mars¨¦ y sin duda habr¨ªa tenido mucho que a?adir.
S¨ªlvia Coma consider¨® el homenaje el m¨¢s emocionante que se pod¨ªa haber hecho. ¡°Si hubo un Shane en mi vida fue mi padre, siempre lo admir¨¦; cuando era peque?a dejaba la puerta entreabierta para que pudiera ver las pel¨ªculas que no ten¨ªa permitidas por mi edad¡±. Ley¨® algunos fragmentos de su padre sobre Shane, como en el que razonaba porqu¨¦ el pistolero no pod¨ªa ser John Wayne y consideraba el filme como una forma que tuvo Stevens de narrar las ra¨ªces profundas de Am¨¦rica. ¡°Shane tiene el final m¨¢s injusto del cine¡±, dijo. Y todos asentimos.
¡°Un pozo de sabidur¨ªa cinematogr¨¢fica¡±
Enrique Vila-Matas explic¨® su propio primer encuentro con Coma en la barra del Giardinetto y las conversaciones en que naci¨® la amistad. Se identific¨® el autor de Doctor Pasavento con la mirada del ni?o de Shane, precisamente (dijo que vio por primera vez la pel¨ªcula a los 6 a?¨®s en Llavaneres), en especial cuando asist¨ªa a las tertulias llenas de humo de sus amigos diez a?os mayores en las que se estaba por principio en contra de todo. "Yo no era un erudito del cine y me impresionaba mucho aquello. Javier era un pozo de sabidur¨ªa cinematogr¨¢fica y una enciclopedia viviente". Y todo un car¨¢cter. Record¨® Vila-Matas la ocasi¨®n en que a un amigo estadounidense que llev¨® a las tertulias, Coma le espet¨®: "En tu pa¨ªs, despu¨¦s de Scott Fitgerald ?ha habido alguien m¨¢s?
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