El contrabandista caballero
Erri de Luca a¨²na en su nueva novela, ¡®La natura expuesta¡¯, el drama de la inmigraci¨®n ilegal, la solidaridad y el sentido hoy de lo sagrado y lo profano
Bien podr¨ªa ser el propio Erri de Luca el protagonista de su ¨²ltima novela, La natura expuesta (Seix Barral). Es un hombre que ha sobrepasado ya los sesenta, de pocas palabras, voz queda, viejo escultor ahora minero de carb¨®n que graba ra¨ªces secas o piedras que luego malvende a los turistas veraniegos y que se dedica a pasar por la monta?osa frontera a inmigrantes ilegales; pero, justo tras dejarlos en el otro lado, les devuelve el dinero que le han pagado. ¡°No inducir en tentaci¨®n; si induces a la tentaci¨®n la mitad de la culpa es tuya¡±, se dice el personaje, ¡°el santo de los montes; el contrabandista caballero¡±, se autodefine. Eso le traer¨¢ consecuencias con los que s¨ª cobran: deber¨¢ marchar del lugar y aterrizar¨¢ en un pueblo donde le piden que restaure un Cristo crucificado de m¨¢rmol, al que deber¨¢ quitar el pa?o que cubre su desnudez.
¡°Las monta?as no sirven para separar, es un sistema de comunicaci¨®n incontrolable, se puede pasar por infinidad de sitios; las alambradas que ponen los gobiernos apenas funcionan en campo abierto; tampoco en el mar, claro, esa v¨ªa l¨ªquida que dijo Homero, una definici¨®n definitiva¡±, reflexiona De Luca desde Catalu?a, donde hoy participa en Girona en el literario Festival Mot hablando de? resistencia y futuro (¡°resistencia implica una opresi¨®n por el otro lado, por lo que es una acci¨®n de leg¨ªtima defensa propia¡±, sostiene) con el periodista y pol¨ªtico David Fern¨¢ndez. Une as¨ª de nuevo su escritura a la de los desfavorecidos de hoy que llegan como pueden a Europa y que tan l¨ªricamente est¨¢ marcando su obra reciente, desde su poes¨ªa (reunida en Solo Ida) hasta Historia de Irene o esta La natura expuesta.
El papel de los gobiernos europeos para con los refugiados incomoda much¨ªsimo al escritor. ¡°El maltrato es incluso desde el lenguaje: se les llama clandestinos y esa palabra ni tan siquiera est¨¢ en la Biblia, donde se usa el vocablo extranjero¡ Tambi¨¦n hablamos de oleadas migratorias cuando solo la palabra oleada ya comporta una reacci¨®n instintiva de rechazo; es m¨¢s natural hablar de flujo¡ En cualquier caso, la obstinaci¨®n de las autoridades se traduce en el que el 12% de los que intentan llegar mueren¡ Esos flujos no los evitar¨¢n nunca, ni la pena de muerte lo evitar¨ªa porque ya se enfrentan a la muerte: si una madre coge a su hijo reci¨¦n nacido y se embarca sin nada en una patera, si ya hace eso, nada lo parar¨¢; Italia lleva infructuosamente 21 a?os intent¨¢ndolo, desde que la Marina hundi¨® un barco alban¨¦s cargado de inmigrantes¡±.
Uno es su pasado y el de De Luca (N¨¢poles, 1950) es el de camionero, paleta, obrero de la FIAT y militante de izquierdas, que afloran a la superficie con facilidad, como cuando se le plantea d¨®nde est¨¢ hoy esa izquierda tan potente que ¨¦l vivi¨®. ¡°Los derechos siempre son fruto de la lucha continua entre el pueblo y el poder; la lucha obrera de los 70 bati¨® a la tiran¨ªa instaurada en las f¨¢bricas; hoy esa tiran¨ªa ha regresado y s¨ª, las bases tienen una clara actitud izquierdista, pero eso no acaba de encontrar representaci¨®n pol¨ªtica, como vemos con el voluntariado¡±. ?Pueden volver aquellos tiempos? ¡°?Por qu¨¦ no? A veces es suficiente con una chispa¡±. Y pone un ejemplo de por d¨®nde podr¨ªa surgir: ¡°Justicia, Educaci¨®n, Sanidad: son derechos constitucionales, no? Pues hoy son ya ex derechos porque son servicios que prestan empresas que van sustituyendo al Estado y que se ofrecen seg¨²n el poder adquisitivo de la gente; hemos degradado el ciudadano a cliente; el Estado, a empresa que ha de producir ganancias, y los derechos, a servicios: esa es la deriva ultraliberal¡ Hay que recuperar el concepto de ciudadano que implant¨® la Revoluci¨®n Francesa¡±.
En La natura expuesta, el escultor-pasador de clandestinos es el perseguido y perjudicado por hacer el bien. ¡°No es tanto por hacer el bien o el mal como porque rompe el muro de la normalidad, porque es el independiente, el diferente, el que se expone: el poder siempre busca la uniformidad, la obediencia, pero por suerte no somos tan disciplinados y buenos como las hormigas¡±.
Fluyen en la obra de De Luca, ya desde El nombre de la madre hasta la que acaba de aparecer en Italia, La faccia delle nuvole, referencias t¨¢citas a episodios de la narrativa b¨ªblica, hasta el hecho de que en La natura expuesta el encargo al escultor de que recupere el desnudo del Cristo (de ah¨ª la natura, como se conoce al sexo masculino en el sur de Italia) funciona como met¨¢fora de la Iglesia cat¨®lica actual para recuperar su ideario primigenio. Lo admite, pero lo matiza: ¡°S¨ª, pero siempre hablo de criaturas que a¨²n est¨¢n en la tierra, no hay nada de santo ni religioso en esta historia, que es la relaci¨®n entre una estatua y un escultor que tiene una reacci¨®n emocional extra?a y hace un gesto absurdo: le parece que la escultura tiene piel de gallina por el fr¨ªo y le tapa los pies; es una relaci¨®n f¨ªsica, no espiritual¡±.
El libro no deja de ser una reflexi¨®n sobre lo sagrado y lo profano, el lugar de la religi¨®n en la sociedad de hoy o hasta del orgullo creador malentendido del artista. ¡°La base es una historia que me explic¨® un escultor¡ Yo no suelo inventar, soy redactor de historias que me cuentan otros, o las que me explica la vida misma y que yo s¨®lo transcribo¡±.
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