Vaho
El autor diserta sobre el vapor que se pega en los cristales y envuelve a las personas
Depende de la humedad y se eleva desde el calor de las bocas como ¨ªntima niebla entre el fr¨ªo; depende tambi¨¦n de la temperatura de la piel que se contrasta sobre el lienzo gris de una tarde lluviosa y dependiendo de la imaginaci¨®n de cada quien, el vaho es beso que se vuelve visible sin dejar de ser impalpable. Flota en el vac¨ªo y se evapora sin dejar olor, como una imagen de p¨¦talo de aire o ensayo de nube y su nombre resuena en los diccionarios como uno de los m¨¢s bellos.
Desconozco c¨®mo se llama en ¨¢rabe o c¨®mo se dir¨¢ en franc¨¦s, aunque consta que en ingl¨¦s no existe una palabra espec¨ªfica para denominarlo: quien quiera escribir vaho en ingl¨¦s tiene que construir la descripci¨®n donde el sujeto mira su propia o ajena respiraci¨®n como una capacidad registrable, aunque innombrable.
Vaho sobre las cabezas de quienes esperan cruzar una calle y vaho de los enamorados que conversan en el diminuto escenario de un coche antiguo, mientras las ventanillas se van recubriendo con esa piel l¨ªquida y helada donde casi nadie se resiste a dibujar con la yema de los dedos. Vaho simulado el del espejo que cambia de piel como quien abre ahora una pantalla hecha del vapor humeante con el que alguien profesa un d¨ªa s¨ª y otro tambi¨¦n la secreta liturgia del afeitado y el reconocimiento cotidiano de una biograf¨ªa en construcci¨®n. Vaho en el espejismo con el que se aleja con prisa la imagen de una mujer que parece despedirse para siempre y vaho que enmarca la cara de un ni?a envuelta en bufandas anchas de lana colorida como mascar¨®n de proa para un invierno que quisiera anunciar su pr¨®xima primavera de lluvias soleadas y arcos de todos los colores como pupilas brillantes sobre un cielo limpio.
Vaho de fr¨ªo y de la prisa por volver al nido, vaho de vuelo por alcanzar el paso de un autob¨²s y vaho del gendarme inm¨®vil que hace guardia en la porter¨ªa de su edificio sin mover los ojos del mundo que le pasa por delante. Vaho de las conversaciones ajenas que empezaron al huir de una llovizna y se prolongan por debajo de las calles en los andenes del metro y luego, en el vag¨®n donde de vez en cuando se une en concierto colectivo todo el vaho de los viajeros que se mueven en id¨¦ntico trayecto como tipograf¨ªa de una l¨ªnea determinada sobre el p¨¢rrafo incierto de un pasaje subterr¨¢neo donde alguien se entretiene mirando a los dem¨¢s, muchos se distraen mirando pantallas, pocos se ocupan de p¨¢ginas en libro y alguno se acerca al p¨¢rrafo de pegatina que pegaron junto a la puerta con un pasaje valioso firmado por un poeta¡ y alguien, quiz¨¢ para justificar estas l¨ªneas, pregunta a bocajarro: ?cu¨¢l es tu palabra favorita?
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