De manteros a profesores por un d¨ªa
Los vendedores ambulantes imparten charlas a ni?os para evitar actitudes racistas en las escuelas
¡°El color que tiene tu piel no te hace m¨¢s inteligente, pero tampoco m¨¢s malo ni peor que nadie¡±. A esta conclusi¨®n llegaba ayer un menor de nueve a?os de la Agrupaci¨® Escolta Pere Rossell¨® de Gr¨¤cia. El ni?o, junto con una docena de compa?eros, todos ataviados con el pa?uelo multicolor que caracteriza a la entidad, participaron la ma?ana de ayer en la primera escuela antirracista, cuyas clases magistrales las imparten, entre otros, manteros que han sufrido el racismo en sus propias carnes.
La idea parte de la entidad el Espacio del Inmigrante y del autodenominado Sindicato Popular de Vendedores Ambulantes de Barcelona, la organizaci¨®n formada por los centenares de manteros que diariamente venden diferentes mercanc¨ªas de forma ilegal en las calles de la capital catalana. En la jornada participan ¡°alumnos¡± de entre 8 y 12 a?os. ¡°Creemos que es importante que los ni?os puedan detectar acciones racistas en las escuelas o en la familia y as¨ª evitarlas¡±, asegura C¨¦sar Ulises, del Espacio del Inmigrante. ¡°Al salir de la escuela antirracista, ser¨¢n capaces de detectar y denunciar discursos y pr¨¢cticas racistas¡±, a?ade Ulises.
El Espacio del Inmigrante prepar¨® juegos, cuentos y debates
El curso comienza y Paula, una joven de origen latinoamericano, divide en dos a los escoltas del Pere Rossell¨®. A cada grupo le proporciona una caja de cartas y les da una misi¨®n: ¡°Ten¨¦is que construir un castillo de naipes con las cartas y con el material que os voy a entregar¡±. A un grupo le da celo y plastilina mientras que al otro le da una madeja de lana. El resultado es m¨¢s que previsible, el grupo que fue agraciado con cinta adhesiva construye una pir¨¢mide de cartas. El otro, improvisa una especie de bulto compuesto por un hilo retorcido y alguna que otra carta. Paula pregunta a los menores: ¡°?C¨®mo os hab¨¦is sentido?¡±. La respuesta es clara: ¡°Nosotros ten¨ªamos celo y ¨¦ramos los ricos. Ten¨ªamos privilegios¡±. El ejemplo se graba entre los menores, que no se hab¨ªan planteado la idea de cambiar las reglas, compartir el celo o aprovechar las grietas del sistema para que, sin que nadie lo supiera, compartir la cinta adhesiva con aquellos que no tienen.
En ese momento interviene, Aziz Faye, uno de los portavoces del S¨ªndicato Mantero. Faye les cuenta que tiene 34 a?os y que es de Senegal pese a que lleva una d¨¦cada en Barcelona. El portavoz les dice que es vendedor ambulante y sostiene que en ¡°Europa hay lugares donde nacen ni?os que nunca han visto a una persona negra¡±. Los menores se sienten atra¨ªdos por el discurso del mantero, que les asegura que no pudo ir a la escuela y que tiene ¡°ocho hermanos por parte de madre y 26 por parte de padre¡±. A los menores les sorprende que Faye no haya podido ir a la escuela. ¡°Hoy este mundo est¨¢ dividido entre los privilegiados y los no privilegiados y entre los ricos y los pobres¡±, argumenta. El vendedor anima a los ni?os a esforzarse y trabajar duro para aprender en la escuela. Y concluye: ¡°Todos somos iguales y todos tenemos derecho a una parte de la riqueza como es el agua, la tierra, las plazas¡¡±.
Los organizadores piensan en montar m¨¢s actividades para menores
Tras el intenso testimonio del mantero, llega un cuento. Una de las improvisadas maestras dice que tiene ¡°la suerte¡± de haber nacido en Barcelona y la fortuna de que sus padres son de Gambia. La joven asegura haber sufrido el racismo de los que la consideran extranjera pese a haber pasado toda su vida en Catalu?a. Habla de una isla habitada por unos poderosos con cordones en los zapatos y estrellas dibujadas en las barrigas mientras que los pobres no ten¨ªan esas dos caracter¨ªsticas. ¡°Vino un d¨ªa una nave espacial y a los que no ten¨ªan estrellas en las barrigas y cordones en los zapatos les ofreci¨® dibuj¨¢rselas por un euro¡±, prosigue. Cuando todos tuvieron cordones y estrellas, los que antes eran poderosos pagaron para elimin¨¢rselas y seguir situados en la c¨²spide.
Tras la jornada, entre todos dibujaron un mural y cada uno de los participantes fue agraciado con un diploma que acreditaba su contribuci¨®n a la escuela antirracista. Las entidades organizadoras aseguraron que har¨¢n m¨¢s actividades.
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