La filosof¨ªa de Gang
Cocinero y mago, quiere vivir en sociedad "sin molestar ni manchar"
Mi¨¦rcoles. Mediod¨ªa. Estoy con Gang en su restaurante cuando recibe una llamada de un popular portal de recomendaciones para viajeros. No s¨¦ qu¨¦ le proponen, pero su respuesta explica muchas cosas sobre este personaje: ¡°Mire, yo no busco al turista. No estoy c¨®modo trabajando para turistas que no saben a d¨®nde van. Me gusta comunicarme con quien viene y no s¨¦ ingl¨¦s. Esto es un restaurante cultural. Quiero que la gente, cuando venga, se acuerde de m¨ª¡±. Luego, tras colgar, har¨¢ una iron¨ªa de las que le gustan. ¡°Soy como la Sagrada Familia, no podemos movernos de Barcelona, vienen a vernos y pagan al contado¡±.
Gang naci¨® en Manchuria hace 54 a?os. Harbin es su capital, un paisaje de tierra negra, muy rica, ¡°con jud¨ªas, patatas¡ todo muy grande¡±. La ciudad est¨¢ en la cuenca del R¨ªo Drag¨®n Negro y de ah¨ª tom¨® el nombre para su restaurante barcelon¨¦s de la calle Oblit quit¨¢ndole lo de ¡°negro¡±. El primer emigrante de la familia fue su abuelo que, pasando por Hong-Kong y Taiw¨¢n, termin¨® abriendo un restaurante en Alemania. Cuando muri¨® Mao y la rep¨²blica china empez¨® a abrir sus puertas, ¨¦l y su familia vinieron a Espa?a. Gang ten¨ªa 17 a?os. Pasaron por Tarragona y en el 83, sus padres, su hermana y ¨¦l, con la ayuda del abuelo, abrieron el restaurante. ¡°Entonces todos los restaurantes chinos eran iguales¡± y su prop¨®sito, poco a poco, fue hacerlo diferente. Gang hab¨ªa hecho todo el aprendizaje. Fue lavaplatos, cocinero de arroces, tercer cocinero¡. Y busc¨® la inspiraci¨®n en donde hab¨ªa nacido. Estos a?os ha ido varias veces a Manchuria, donde tiene familia y amigos. De ah¨ª trae ideas. Una cuidada cocina dom¨¦stica. Su plato m¨¢s c¨¦lebre son los tallarines de Manchuria, que se prepara enteramente en casa, empezando por la pasta. En 2000 public¨® un libro ilustrado, Secretos de la cocina china, en el que habla de utensilios, preparaciones, recetas, ingredientes¡ ¡°Los clientes me preguntaban c¨®mo hac¨ªa los platos y de ah¨ª sali¨® el libro. La verdad que no lo escrib¨ª yo. Di un mont¨®n de notas a la editora y ella fue quien lo orden¨®¡±. El a?o pasado, la gente del concurso Joc de Cartes le propuso participar en un episodio. Su mujer, aragonesa, y sus hijas no se lo aconsejaron porque era una competici¨®n. Pero a Gang le gust¨® el nombre, juego de cartas, y fue. ¡°Tuve mala suerte y gan¨¦. Ahora se acerca al restaurante gente que no sabe nada de mi casa, se presentan sin reservar. Y me sabe mal no poder atenderles¡±. Gang defiende que para ir a comer a su local hay que tener tiempo, ¡°es como el amor, paso a paso¡¡±
Gang, adem¨¢s de lo dicho, hace magia. Mesa por mesa, al lado del cliente construye peque?os prodigios con cartas, gomas el¨¢sticas¡ No es el primer propietario de un restaurante que es mago. Estuvo, por ejemplo, el recordado Joan Llobet del Chicoa. Gang empez¨® con la magia, precisamente porque le gusta comunicarse con la gente que visita su casa y cuando abrieron el restaurante su espa?ol era muy zigzagueante¡ pens¨® que hacer unos juegos de magia, muy de cerca, era una buena forma de conseguirlo. Empez¨® con lo que ¨¦l llama "juegos" con cerillas, cajas. Luego aprendi¨® trucos. Pero para Gang saber cuatro trucos no es hacer magia. Hay que llegar a una especie de encantamiento. Uno de los primeros magos que le ense?¨® cosas en la misma mesa del restaurante fue M¨¤gic Andreu. Y Gang empez¨® a tom¨¢rselo en serio, muy en serio. Estudi¨® cartomagia con Pablo Dom¨¨nech y sus alumnos, ingres¨® en la Sociedad Espa?ola de Ilusionismo (SEI)¡ y ahora puede mostrar una dedicatoria de Tamariz - ¡°el chino alegre y totalmente m¨¢gico¡±. ¡°Para m¨ª es como un diploma¡±. El comedor est¨¢ lleno de fotos de famosos y de muchos magos, que lo visitan, intercambian conocimiento. ¡°Para comer¡puedes ir a cualquier lado. La gente sabe que cuando salga de aqu¨ª tendr¨¢ un cosa para contar¡±. Y ¨¦l tambi¨¦n aprende de sus clientes. Gang pensaba que el allioli era una creaci¨®n china y le explicaron que lo trajeron los romanos de Egipto. Tambi¨¦n le contaron que la expresi¨®n ¡°trabaja como un chino¡± viene de cuando se construy¨® el tren Barcelona-Matar¨®. ¡°Lo hicieron los chinos¡± y, por la misma raz¨®n, hay una playa en Matar¨® que se llama Pequ¨ªn.
La gente sabe que cuando salga de aqu¨ª tendr¨¢ un cosa para contar
¡°El mago es como un cocinero, siempre hay alguien m¨¢s bueno. Hay que mejorar¡±. Y Gang practica de noche cuando cierra el restaurante. Entonces empieza un tiempo de asueto que dedica a la caligraf¨ªa china sobre papel de arroz, al ensayo de rutinas m¨¢gicas, algunas de su propia invenci¨®n, y a fumar un puro habano. Porque Gang quiere tomarse la vida con tranquilidad. En 2004 decidi¨® reducir el horario del restaurante. No sirve, por ejemplo, los mediod¨ªas laborables, para tener m¨¢s tiempo para ¨¦l, su familia, sus tres hijas, su piano¡ El local est¨¢ abierto s¨¢bados, domingos y festivos para la comida y de mi¨¦rcoles a s¨¢bado para las cenas. Y necesita tiempo porque solo a dormir destina 10 horas, incluyendo una siesta a las siete de la tarde. Va en bici, no tiene internet ni m¨®vil, cultiva el sentido del humor, practica el Tai-Chi-Chen, un arte marcial de inspiraci¨®n tao¨ªsta y precursor de otras disciplinas m¨¢s recientes. La bicicleta tambi¨¦n es un utensilio importante en su vida. El 60% del g¨¦nero que entra en el restaurante lo trae en su bici. ¡°Es sano y no contamina. Quiero vivir en la sociedad sin molestar ni manchar¡±.
Amable, partidario de la sonrisa, cocinero, mago¡ Gang tiene toda una filosof¨ªa de la vida. ¡±Soy feliz. No sufro. No debo dinero a nadie. Puedo mantener una familia estupenda. La vida es muy larga. Hay que vivirla despacito. Xino-xano¡±. Y sue?a que cuando muera a los 120 a?os cambiar¨¢ de cuerpo y abrir¨¢ otro restaurante y que cuando tenga 300 a?os ir¨¢ a hacer magia a la Luna. ¡°Y si no es as¨ª¡ pues bueno¡±.
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