Jordi Graupera, matar al padre
Las palabras del fil¨®sofo suenan a un destierro de Converg¨¨ncia, su viejo progenitor
Han crecido, se han hecho influyentes y creen que ya ha llegado su hora para tocar poder. Jordi Graupera formaliz¨® anoche el paso al frente de una nueva hornada de independentistas que, acunados por los sectores m¨¢s liberales de la antigua Converg¨¨ncia, irrumpe de pleno en la pol¨ªtica catalana. Y lo hace pisando fuerte. Si todo proceso de maduraci¨®n tiene algo de matar al padre, las palabras de Graupera suenan m¨¢s a un destierro del viejo progenitor.
Nada de lo hecho hasta ahora sirve. Los partidos han ¡°decepcionado¡± a la gente tras el 1-O. Barcelona es un lugar en el que ¡°para triunfar hay que renunciar a ser uno mismo¡±. El catalanismo ha sido c¨®mplice del Estado autoritario. El poder vive subyugado ¡°por una renuncia que traslada a todas las esferas de la vida¡±. E incluso la Uni¨®n Europea ¡ª¡°esta Europa china¡±¡ª queda fuera del mundo que Graupera imagina para los catalanes.Todo cambi¨® el 1-O, el d¨ªa en el que se produce la ¡°ruptura definitiva entre la pol¨ªtica institucional y la gente¡±. Tras ello, los responsables pol¨ªticos que lideraron el proc¨¦s hasta el 30 de septiembre han quedado ¡°totalmente quemados¡±.
La conferencia de Graupera era el anuncio de sus aspiraciones a la alcald¨ªa de Barcelona, pero el discurso es de mucho m¨¢s calado. Tiene una base s¨®lida, pero con muchas facetas a¨²n por articular. Solo as¨ª se entiende que Graupera alerte contra el populismo mientras su discurso est¨¢ impregnado de ¨¦l, con constantes apelaciones a la ¡°gente¡± frente a unas ¨¦lites e instituciones que solo saben ¡°agachar la cabeza¡± frente al Estado.
Tampoco se salva su discurso de cierto aire de supremacismo. ¡°Solo el independentismo conoce la parte m¨¢s profunda de las ra¨ªces de la ciudad¡±, sentenci¨®. Y a¨²n m¨¢s: ¡°El 1-O la gente pas¨® de ser catalanista a ser catalana¡±, dejando al margen de tal categor¨ªa al resto de los ciudadanos.
Se ha escrito que Graupera forma parte de una nueva derecha independentista, expresi¨®n que disgusta a sus protagonistas. Sin embargo, los 50 minutos de discurso de ayer dan cobijo a muchas de las ideas que ha caracterizado a este movimiento en Estados Unidos. Si Barcelona tiene que ocupar un lugar en ¡°la vanguardia del mundo¡±, el ¨²nico camino para lograrlo es la plena ¡°autonom¨ªa personal¡± de sus ciudadanos, como si ahora no la tuvieran.
Lo que s¨ª detall¨® Graupera es qu¨¦ le ha llevado a dar el paso para entrar en pol¨ªtica. El 1-O recogi¨® en la calle el cartucho de una bala de goma. ¡°Cada d¨ªa cog¨ªa la cartera, el m¨®vil y el cartucho. Y luego lo miraba y me pon¨ªa triste¡±. As¨ª varias semanas hasta que, ya de vuelta en Estados Unidos, una compa?era de universidad le sent¨® en la cafeter¨ªa y le espet¨®: ¡°?T¨² no eres una v¨ªctima!¡±. Y Graupera decidi¨® aspirar a la alcald¨ªa de Barcelona
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