Fantas¨ªa, belleza y riesgo
?xito de la presentaci¨®n en Barcelona del Cirque du Soleil con ¡®Totem¡¯, un espl¨¦ndido alarde de imaginaci¨®n
En un ambiente que no invitaba precisamente a ir al circo arrancaron el viernes las representaciones en Barcelona de Totem, el nuevo espect¨¢culo del Cirque du Soleil que recala en la ciudad (Districte Cultura de L'Hospitalet, hasta el 20 de mayo). La crispada situaci¨®n en el exterior por las nuevas detenciones se traslad¨® en los momentos iniciales al interior de la gran carpa blanca con gritos de ¡°llibertat presos pol¨ªtics¡± que fueron coreados por buena parte del p¨²blico. La coyuntura provoc¨® tambi¨¦n que el estreno barcelon¨¦s quedara deslucido como acto social, con poca presencia de rostros populares y casi absoluta de pol¨ªticos. Al esp¨ªritu atribulado de la velada contribuy¨® el tr¨¢gico recuerdo de la reciente ca¨ªda mortal del acr¨®bata Yann Arnaud mientras representaba otro montaje de la compa?¨ªa, Volta, en Tampa, Florida, y al que se le record¨® por megafon¨ªa antes de comenzar la funci¨®n.
Dicho todo esto, desde el punto de vista del espect¨¢culo, la fiesta fue completa. Totem es una creaci¨®n magn¨ªfica, llena de espectacularidad, imaginaci¨®n, magia y proezas f¨ªsicas, envuelta en una espl¨¦ndida teatralidad que trasciende la est¨¦tica un tanto hueca, relamida, que ha caracterizado otras producciones del Cirque du Soleil. El m¨¦rito hay que d¨¢rselo sin duda al autor y director del espect¨¢culo, el gran Robert Lepage, viejo conocido del p¨²blico teatral barcelon¨¦s. El montaje, sin perder el sello de calidad y la lujosa producci¨®n, con fastuoso despliegue de tecnolog¨ªa (la c¨²pula de huesos, esa rampa semoviente que se despliega como un ser vivo o la cola de un drag¨®n, las proyecciones que convierten el suelo en mar), que caracteriza a la compa?¨ªa canadiense, tiene un algo de retorno a los or¨ªgenes circenses, con el foco puesto en la audacia y el m¨¢s dif¨ªcil todav¨ªa.
Totem se centra en el tema de la evoluci¨®n y hace aparecer a Darwin (¡°El Cient¨ªfico¡±) asistido por un chef de piste ecol¨®gista y crack del di¨¢bolo, en un simp¨¢tico batiburrillo por el que discurren tambi¨¦n monos y hom¨ªnidos salidos de 2001 y de En busca del fuego (muy gracioso el gag en que forman la famosa imagen de la l¨ªnea evolutiva del simio al ejecutivo). Los personajes emblem¨¢ticos son una especie (y valga la palabra) de humanoides anfibios virtuosos de la barra fija que parecen surgidos de una fantas¨ªa colorista y vitalista (si ello fuera posible) de Lovecraft. Algunos de esos batracios que retozan en una feliz ci¨¦naga primordial est¨¢n inspirados visualmente en salamandras o en las famosas y vistosas ranitas punta de flecha de Centroam¨¦rica y Am¨¦rica del Sur. A destacar un ser impresionante cubierto por un body y mallas de miles de cristales reflectantes y que desciende de la c¨²pula de la carpa para llevar la chispa de la vida a la Tierra.
La otra gran l¨ªnea argumental de Totem son las culturas amerindias personificadas en personajes que aluden a diferentes tribus, de las llanuras, de los bosques o de los cultivadores, salidos de un western o de los relieves de Palenque, y que con sus bailes, cantos y tambores componen en buena parte la banda sonora.
El p¨²blico aplaudi¨® a rabiar, y m¨¢s a¨²n cuando los artistas elevaron las manos al cielo de la carpa
En todo caso, Totem no tiene en realidad m¨¢s hilo argumental que la sorpresa, la belleza y el asombro. Tambi¨¦n el humor, con unos payasos realmente muy divertidos entre los que destacan Valentino, entra?able y provocateur hortera italiano que se insin¨²a a las mam¨¢s y hace las delicias de los ni?os, y El Pescador, con la empecinada seriedad de un Buster Keaton. La escena en que el segundo tripula una lancha y el primero hace esqu¨ª acu¨¢tico es antol¨®gica.
Es dif¨ªcil destacar un n¨²mero circense en un programa en el que todos son sensacionales y ponen a menudo el ?ay! en las gargantas. Las chicas sobre altos monociclos que recogen cuencos met¨¢licos en sus cabezas, la inimitable (!) contorsionista, los buen¨ªsimos acr¨®batas de barra rusa caracterizados de extraterrestres fosforescentes con escafandras, el Tarz¨¢n antipodista... Pero si hay que mencionar especialmente a algunos es a los que vuelan sobre la pista: el vertiginoso tr¨ªo con las anillas y el d¨²o de trapecistas. Despu¨¦s de lo de Florida hay que tener arrestos para subir all¨¢ arriba. Se pudo percibir una preocupaci¨®n por la seguridad al recolocar los t¨¦cnicos una colchoneta.
Lo ¨²nico que no funcion¨® muy bien fue el cuadro multicultural con aire flamenco y toros: probablemente no era el d¨ªa.
A la hora de llevarse una imagen de ese entusiasmante mosaico m¨¢s de uno elegir¨ªa el n¨²mero de los patinadores acrob¨¢ticos pieles rojas, ¨¦l un guerrero y ella una bell¨ªsima princesa de su tribu, quiz¨¢ cherokee, que llegan y parten en una canoa, puro El ¨²ltimo mohicano...
Al finalizar el espect¨¢culo, el p¨²blico aplaudi¨® a rabiar y m¨¢s cuando los artistas elevaron las manos, en se?al de homenaje, al cielo de la carpa.
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