La Divisi¨®n Azul y la Barcelona gris de la que nadie quiere acordarse
Fernando Gar¨ª reconstruye con extraordinaria autenticidad en su novela 'Seis a?os de invierno' la vida en el frente ruso y en la ciudad de la inmediata posguerra
En Seis a?os de invierno (Ediciones B) salen cosas que solo las puedes saber si te las cuenta alguien que las ha vivido. Como lo de que en la Divisi¨®n Azul, junto al Voljov, a cuarenta grados bajo cero, cuando iban a orinar, los soldados se pon¨ªan un viejo calcet¨ªn sin puntera en el miembro para evitar que se les congelara. O lo de las art¨ªsticas creaciones decorativas que los guripas, los divisionarios, hac¨ªan con el l¨ªquido amarillo helado.
Fernando Gar¨ª (Barcelona, 1956), el autor de la novela, sonr¨ªe. "As¨ª es, mi padre tuvo un amigo ¨ªntimo que estuvo en la Divisi¨®n Azul, en artiller¨ªa, y en casa cuando no sab¨ªan qu¨¦ hacer conmigo me dejaban con el t¨ªo Enrique, que as¨ª le llam¨¢bamos. Era polic¨ªa, un tipo jovial y simp¨¢tico. Hay un personaje en la novela que es un homenaje a ¨¦l. Explicaba historias del frente ruso que se me han quedado".
En la novela que va de 1941 a 1947, con algunos flash backs, y se desarrolla en el contingente espa?ol enviado a luchar a la URSS codo a codo con el ej¨¦rcito alem¨¢n y en la Barcelona de poco despu¨¦s de la Guerra Civil, aparecen tambi¨¦n descritos con conocimiento de primera mano personas y episodios de lo que era la vida en la capital catalana de entonces. Sorprendentemente, la perspectiva que ha adoptado Gar¨ª, miembro de una conocida familia de la burgues¨ªa barcelonesa, es la de las clases altas y los ambientes acomodados, con lo que el retrato social que aparece en su novela (la primera que escribe) es el de una Barcelona de la que ahora nadie parece querer acordarse. Nada que ver, desde luego, con la ciudad de Colau.
El protagonista es Miguel Arquer, el joven hijo de un empresario torturado y asesinado de un tiro en la nuca en la checa de la calle de San El¨ªas y al que el odio a los Rojos y la sed de venganza le impulsa a alistarse (como a tantos otros) en la Divisi¨®n Azul. La novela, que mezcla g¨¦nero b¨¦lico, fresco social, thriller, romance, erotismo y espionaje (?qui¨¦n da m¨¢s!), se abre con el protagonista caminando hacia la estaci¨®n de Francia con el petate al hombro como un imposible Ismael con el Cara al sol en los labios mientras la multitud va convergiendo para despedir al contingente entre gritos de "?Viva Alemania!" y "?Rusia culpable!". Miguel es un chico ingenuo que no entiende la contradicci¨®n de partir de cruzada con una edici¨®n de Sin novedad en el frente en el bolsillo y que a lo largo de la novela experimentar¨¢, entre aventuras, peligros, amores y sinsabores, una honda transformaci¨®n.
Entre lo mejor del libro est¨¢n los villanos, el sargento Montilla, el empresario Esteban Bonell, que se ha puesto del lado del bando vencedor de la guerra para prosperar, y su hijo Jorge, falangista, y sobre todo, curiosamente, la madre del protagonista, Alicia, una madura, bell¨ªsima y elegant¨ªsima mujer dispuesta a todo para medrar en el nuevo mundo y que utiliza el sexo como su principal arma. Es un personaje poderoso. ¡°Mucho, en realidad quiz¨¢ el m¨¢s potente de la novela. Los personajes perversos tienen m¨¢s encanto y personalidad, m¨¢s recovecos. No era consciente de lo mala que me estaba saliendo, tuvo vida propia¡±. Tambi¨¦n parece que aqu¨ª disponga Gar¨ª de informaci¨®n de primera mano. Es un modelo de mujer con car¨¢cter que se ha estilado en la clase alta barcelonesa. ¡°No digo que tenga algo autobiogr¨¢fico pero s¨ª personal, he podido conocer a alguien parecido¡±.
Con respecto al tratamiento del sexo en la novela, absolutamente sin tapujos, dice Gar¨ª que es un buen gancho. ¡°Es poner mostaza a la salchicha¡±, lanza, sin quiz¨¢ ser del todo consciente de lo contundente de la expresi¨®n.
Hay muchas otras referencias que se pueden rastrear en la novela, casi un roman a clef en ese aspecto. Nombres de personas y familias apenas disimulados. Tote del Moral, los Bertrand, los Baulell, Jimmy Arnau, los Ribot, los perfumistas Puiggr¨®s.
En cuanto a los otros villanos ricos. ¡°No se diferencian mucho de los grandes hombres de negocios de hoy en d¨ªa. No es que detr¨¢s de cada fortuna haya un pecado, pero s¨ª cierta falta de escr¨²pulos. Se puede ganar dinero pero no una fortuna siendo escrupuloso. Y contin¨²a: ¡°Tiene una fascinaci¨®n peligros¨ªsima el dinero. Es curioso ver c¨®mo la gente que lo tiene se construye un argumento para vestir la legitimidad de su fortuna¡±.
De la burgues¨ªa barcelonesa dice que hubo un sector alto extremadamente colaboracionista con el franquismo. "A la m¨¢s catalanista le cost¨® colaborar, porque no se ve¨ªa identificada con su proyecto nacional, pero hab¨ªa que sobrevivir y se hac¨ªan negocios hasta con el diablo si era preciso".
?La Barcelona de las checas y los asesinatos de gente bien aparece en el libro. ¡°Hubo muchas personas que fueron perseguidas. A mi abuelo lo fueron a buscar los de la FAI para darle el paseillo. Por suerte no lo encontraron y pudo marcharse. En 48 horas estaba en G¨¦nova.? Muestro la Barcelona cainita que fue a cargarse a muchos de sus ciudadanos. Ahoa est¨¢ de moda hablar de las revoluciones populares,de la autogesti¨®n de las f¨¢bricas, todo eso est¨¢ muy bien, pero esas experiencias sociales se hicieron a costa de derramar sangre¡±.
Fernando Gar¨ª reflexiona que el franquismo en Catalu?a ¡°se quiere hacer ver a veces como algo llegado de otro planeta y que se introdujo por la fuerza de las armas,como si no hubiera habido franquistas aqu¨ª y mucha gente que aplaudi¨® la entrada de las tropas por la Diagonal¡±. Matiza sin embargo que en su novela no quiere reivindicar ning¨²n bando ni ideolog¨ªa, y de hecho el protagonista experimenta un cambio ideol¨®gico radical. ¡°Pero s¨ª recordar que hubo gente que durante la guerra tuvo que esconderse o marcharse de Barcelona¡±.
De la ciudad que retrata, considera que ¡°no se la ha contado bien¡±. Para mostrarla, lo que hace con detalles muy exactos, se ha documentado con fotos y los NO-DO de la ¨¦poca. ¡°Quer¨ªa una imagen muy di¨¢fana de Barcelona sin caer en esterotipos. Era una ciudad muy diferente de la actual, claro, con esa grisura opresiva que nace no tanto de los escombros de la guerra como de la tristeza de la miseria y la derrota. Una Barcelona dolida, castigada¡±.
En la trama de Gar¨ª, un apasionado de las motos que tuvo en su momento la carism¨¢tica Lobito, aparece una f¨¢brica de motocicletas que juega un papel fundamental. ¡°Hubo una industria importante de ellas, incluso antes de la guerra. Algunas de las cosas que cuento en realidad recuerdan a la historia de Bultaco, que es posterior. De hecho me gustar¨ªa que alguien escribiera el drama de Bultaco, una historia trist¨ªsima¡±.
Episodios del Holocausto y una m¨¢quina Enigma
¡°Siempre me han interesado mucho la Segunda Guerra Mundial y la historia militar en general¡±, dice Gar¨ª de la parte de la novela que se desarrolla en el frente ruso, en el que se desenvuelve muy bien, mostrando el ambiente con gran verosimilitud (MG 42 recalenntadas y T-34 incluidos) y hasta batallas. ¡°Ayuda tener visi¨®n cinematogr¨¢fica¡±, apunta.
Considera que la Divisi¨®n Azul sigue siendo un episodio bastante maldito y que constituy¨® un faux pass del r¨¦gimen que Franco quiso tapar luego, y lo consigui¨® bastante. "En realidad los divisionarios hubieran hecho mejor alist¨¢ndosde en el otro bando".
Se?ala que inicialmente hubo mucho entusiasmo. ¡°Hab¨ªa una motivaci¨®n muy intensa en muchos sectores. En Barcelona quiz¨¢ no tanta pero tambi¨¦n hubo gente que march¨® muy convencida, con una carga ideol¨®gica considerable¡±
En la novela aparecen referencias al Holocausto, episiodios del cual Gar¨ª est¨¢ convencido que los divisionarios presenciaron, y la m¨¢quina de codificar Enigma.
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