El jovencito Frankestein
La autora compara el uso que Ahora Madrid est¨¢ haciendo del Consejo Consultivo de la Cultura con la pel¨ªcula de Mel Brooks
En pol¨ªtica no se puede aplicar la par¨¢bola del ¨®bolo de la viuda porque los ciudadanos necesitan valorar la labor de sus representantes. Es una cuesti¨®n de confianza y de compromiso. Los madrile?os tienen que saber que el Consejo Consultivo de la Cultura es una idea del PSOE, una propuesta que lanzamos con nuestro pacto para la cultura al principio de la legislatura y que impusimos a Ahora Madrid para dar nuestro apoyo a los ¨²ltimos presupuestos. En un tiempo como este, en el que el gatillo de los prejuicios adanistas se dispara con demasiada facilidad, resulta necesario dejar las cosas claras.
Una vez m¨¢s, Ahora Madrid deforma hasta lo grotesco una aportaci¨®n constructiva. Ellos gobiernan con nuestro apoyo y entendemos lo de la guarda y custodia del Consejo Consultivo, pero su obsesi¨®n por arrebatarnos la patria potestad tiene como resultado una iniciativa que ni de lejos cubre las necesidades de un sector que sigue condenado al ostracismo. Como venidos arriba por un ¨¦xtasis creativo, muy t¨ªpico de ellos, han apartado a las fuerzas pol¨ªticas para construir un h¨ªbrido ca¨®tico que me recuerda, no puedo evitarlo, al Igor de Mel Brooks buscando un cerebro para el jovencito Frankestein. Por eso, el PSOE se desvincula de la criatura creada por Ahora Madrid, pues nace sin competencias, sin m¨²sculo pol¨ªtico y sin entender, una vez m¨¢s, la realidad cultural de nuestra ciudad.
Lo que el PSOE quer¨ªa era un organismo que pudiera asentarse en la estabilidad institucional para que los futuros cambios de gobierno (que los habr¨¢, a pesar de aquellos que han adoptado el sedentarismo en el palacio de Cibeles) no afectasen ni a su composici¨®n ni a sus cometidos. So?¨¢bamos un Consejo Consultivo salido del consenso y sacado del mercadeo partidista. Para su creaci¨®n nos resultaba fundamental la participaci¨®n de los distintos sectores profesionales de la cultura de nuestra ciudad. Hab¨ªa que darles voz y hab¨ªa que construir con ellos. Ahora Madrid se vende como un mago cuando no es m¨¢s que un trilero, pues las opiniones del sector cultural madrile?o no han sido tenidas en cuenta. Las reuniones que buscaban una foto se programaron, s¨ª; pero los encuentros para hacer de sparring, discutir, escuchar y encajar las reivindicaciones del tejido cultural, las mesas de trabajo para conformar un Consejo Consultivo eficaz y garantista, no.
Con la misma determinaci¨®n con la que Ahora Madrid no ha dudado en distorsionar una idea bien articulada, desde aqu¨ª advierto que el PSOE no aceptar¨¢ ninguna responsabilidad ante un fracaso que no deseamos en absoluto. Este Consejo es el suyo, no el nuestro, que buscaba ser el de todos.
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