Como si te desangraras

Confirmado: se prolonga el idilio. Madrid adora a los Editors, as¨ª transitemos por el puente m¨¢s licencioso del a?o, y La Riviera volvi¨® a registrar un llenazo anoche y a ponerse boca abajo para celebrar el reencuentro con los de Birmingham. Carmena, haznos caso y conc¨¦deles una calle en la ciudad; no le faltar¨ªan peregrinos. Siempre fueron nuestros cinco hombres de negro m¨¢s solemnes que pegadizos, pero esa grandiosidad casi catedralicia volvi¨® a calar hondo ayer a orillas del Manzanares. Que dure, que dure.

Tom Smith acapara miradas con ese vozarr¨®n melodram¨¢tico que emana de su cuerpo menudo y una capacidad deliciosa para teatralizar las historias como si se estuviera desangrando en mitad del escenario. La marcialidad de siempre deja hueco en el muy reciente Violence a un mayor gusto por la exaltaci¨®n del pop, pero las grandes referencias siguen ah¨ª: los U2 berlineses en la inaugural Hallelujah (So low) o los Simple Minds de Don¡¯t you forget about me para armar Darkness at the door. El quinteto no procura grandes sutilezas t¨ªmbricas: opera como una apisonadora. Y la espita de la euforia se abre a cada instante. Incluso en los momentos m¨¢s graves, como ese bello Nothingness de todos los tormentos. O en la tragedia a lo Jim Morrison que lat¨ªa en la maravillosa Sugar. Editors han logrado ser muy grandes; ahora solo les faltar¨ªa enriquecer el men¨² con alguna incursi¨®n m¨¢s ecl¨¦ctica.