La mariposa azul ya vuela en la T¨¤pies
El ejemplar de ¡®Morpho helenor¡¯ nacido ayer en la fundaci¨®n invita al debate
N¨²vol, cadira i... papallona. La Fundaci¨®n T¨¤pies ha a?adido otra se?a de identidad, ef¨ªmera, ?ay!, a la c¨¦lebre peineta escult¨®rica de aluminio y acero N¨²vol i cadira (1990) que corona el edificio. Se trata de la ya afamada mariposa tropical de la especie Morpho helenorque naci¨® ayer en el centro como proyecto art¨ªstico del creador barcelon¨¦s afincado en Brasil Daniel Steegmann Mangran¨¦ y que vuela libremente por las salas del museo. La iniciativa ha despertado gran inter¨¦s y varias personas reconocieron ayer haber acudido a la T¨¤p¨¬es atraidas por la mariposa. La presencia del lepid¨®ptero tambi¨¦n ha provocado debate por la utilizaci¨®n de un ser vivo en un acto art¨ªstico.
La mariposa naci¨® ayer por la ma?ana. Permaneci¨® varias horas h¨²meda aferrada al capullo verde del que hab¨ªa salido tras completar su paso de cris¨¢lida a adulto. Era una visi¨®n muy emocionante.
En esas primeras horas, la mariposa, miembro del espectacular g¨¦nero Morfo que habita las selvas de Am¨¦rica del Sur y central y se caracteriza por el gran tama?o y el azul el¨¦ctrico intenso en el dorso de las alas, estuvo inm¨®vil sec¨¢ndose, familiariz¨¢ndose con el espacio (suponemos) y con las alas cerradas. As¨ª que no se pod¨ªa ver a¨²n el color caracter¨ªstico sino solo la parte de debajo, ventral, de las alas que es parda.
Hasta pasado el mediod¨ªa la mariposa no se decidi¨® a realizar su primer vuelo. Cuando lo hizo, descendio hasta la planta -1.
Por la tarde, en la entrada informaban amablemente de que el insecto estaba ¡°por cerca del piano¡±. Se trata del piano de cola instalado en la gran sala hip¨®stila de columnas blancas, vac¨ªa por lo dem¨¢s. Avanzaba uno en ese espacio como el explorador Henri Mouhot rastreando mariposas entre las ruinas de Angkor: con cuidado y silenciosamente, aunque sin cazamariposas. De entrada, no se ve¨ªa nada. Curiosa experiencia la b¨²squeda entomol¨®gica en un museo.
?Ah¨ª estaba! Posada en la base de una columna, con las alas cerradas. Se dej¨® retratar con falsa indiferencia de estrella. Pero un selfie con ella ya le pareci¨® demasiado. Abri¨® las alas y vol¨®, desvelando, por fin, su azul y ofreciendo una de las visiones m¨¢s maravillosas que quepa imaginar: una danza delicada en la que el dorso de las alas destelleaba bajo la luz cenital como en un sue?o. Revolote¨® entre las columnas y luego, como una bailarina abrumada por la belleza de su propia coreograf¨ªa, se pos¨® en el suelo. Daban ganas de aplaudir, pero por unos instantes fue dif¨ªcil hasta respirar. ?Qu¨¦ espect¨¢culo!: una Morfo azul danzando en el aire pre?ado de arte de la Fundaci¨®n T¨¤pies.
Varios visitantes se acercaron a la mariposa. Algunos sab¨ªan de su presencia e incluso hab¨ªan acudido a la T¨¤pies por ella, otros se mostraron fascinados al encontr¨¢rsela inesperadamente. En el corrillo, se se?al¨® el inter¨¦s de propiciar as¨ª una reflexi¨®n sobre naturaleza y cultura. Alguien trajo a colaci¨®n a Nabokov.
Hubo gente que se manifest¨® en desacuerdo con que a un ser vivo, aunque sea un insecto, se lo utilice de esa manera, enajen¨¢ndolo de su medio (una joven estableci¨® una curiosa diferenciaci¨®n entre mariposas y escarabajos: a estos ¨²ltimos, vino a decir con una mueca de asco, que les den y que les hagan lo que quieran ¡ªcosa que han hecho artistas como Jan Fabre, que los ha utilizado como materia de sus esculturas¡ª ).
Otros visitantes, como Araceli y Jordi, expresaron una opini¨®n ambivalente: por un lado dudas sobre la parte ¨¦tica del asunto, por el otro, entusiasmo por la dimensi¨®n est¨¦tica del proyecto.
A solas de nuevo con la mariposa, chupar un caramelo y ensalivarse el dedo se revel¨® un truco infalible para que se te suba en el ¨ªndice (se las puede emborrachar mojando un pl¨¢tano en cerveza). Permaneci¨® unos instantes abriendo y cerrrando las alas mienttras libaba y volvi¨® a despegar. Est¨¢ prohibido tocar a la mariposa, lo que es l¨®gico dada su fragilidad, y tambi¨¦n porque dada la l¨®gica de la exhibici¨®n se la ha elevado a la condici¨®n de objeto art¨ªstico.
Est¨¢ previsto que el insecto pase en la Fundaci¨®n las tres semanas de vida que constituyen la media de su existencia. Se teme que la afluencia de gente pueda causar alg¨²n prejuicio a la mariposa (i. e: que la chafen), sobre todo durante las visitas escolares.
Violaci¨®n y pedofilia con alas
Las mariposas Morfo azules se encuentran entre las consideradas m¨¢s bellas y existe toda una industria para capturarlas, prepararlas y venderlas. No tienen pigmento azul en las alas, el hermoso color iridiscente es un efecto ¨®ptico. Pese a que se las suele asociar con un mundo de pr¨ªstina inocencia, las mariposas tienen su lado siniestro: algunos machos se aparean con las hembras mientras estas son a¨²n pupas, lo que junta violaci¨®n y pedof¨ªlia.
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