Sese?a renace de las cenizas
El Qui?¨®n tiene 2.000 vecinos m¨¢s que hace dos a?os, cuando ardieron miles de neum¨¢ticos

El incendio hoy es solo un mal recuerdo. Dos a?os despu¨¦s de que el fuego arrasara las 90.000 toneladas de ruedas que se hacinaban en un terreno privado del barrio de El Qui?¨®n, en Sese?a, no hay rastro de aquella mancha negra. La preocupaci¨®n ha desaparecido. El paisaje se divide en dorados espacios de tierra bald¨ªa y parcelas con frondosa vegetaci¨®n. Los nuevos residentes ni siquiera saben indicar el punto exacto donde se produjo el incendio. La normalidad ha vuelto a esta urbanizaci¨®n aislada que durante a?os fue una ciudad fantasma, el s¨ªmbolo de la especulaci¨®n.
El residencial levantado por el constructor Francisco Hernando, El Pocero, ha ganado 2.000 residentes desde el d¨ªa en que el negr¨ªsimo humo envolvi¨® la ciudad toledana. Algunos vecinos, como ?scar Entrambasaguas, indican que los reci¨¦n llegados son muchos m¨¢s, pero que no est¨¢n empadronados.
Las inmobiliarias tienen lista de espera para alquilar. Y eso que al principio la gente era reticente a mudarse a El Qui?¨®n. Es el caso de Manuela Cojocariu, de 39 a?os: "Ten¨ªamos miedo, pero nos aseguraron que iban a limpiarlo todo y firmamos", explica. Sus hijos van ahora al Karol Wojtyla, un colegio concertado inaugurado en octubre del a?o pasado, el segundo que abre en la zona.
Manuela no acierta a ubicar el antiguo cementerio de neum¨¢ticos. "Es el pasado. Me preocupa m¨¢s que construyan infraestructuras", dice mientras empuja el carrito de su peque?o por las a¨²n desiertas avenidas de la urbanizaci¨®n.
Hace unos meses comenz¨® a funcionar el consultorio m¨¦dico. El gesto definitivo de que el barrio goza de buena salud. "No existe ninguna amenaza ni para el medio ambiente ni para los vecinos", certifica Carlos Vel¨¢zquez, alcalde de Sese?a. El verano pasado, el Ayuntamiento encarg¨® un estudio a la Universidad Rovira i Virgili. "Determin¨® que los niveles de hidrocarburos arom¨¢ticos polic¨ªclicos, que son las sustancias m¨¢s peligrosas, eran incluso inferiores a las de nuestro entorno", afirma el regidor.
Bienes abandonados
Un r¨®tulo blanco da la bienvenida a los visitantes de El Qui?¨®n. En letras verdes se lee: "Pueblo sostenible". Para llegar hasta la finca incendiada hay que atravesar la carretera. En la puerta, cerrada, a¨²n cuelga un cartel que proh¨ªbe fumar y encender fuego. Su interior es un descampado yermo en el que se asienta una capa de fina arena blanquecina. La ¨²nica evidencia de lo que pas¨® es un trozo de cinta policial amarrada en un ¨¢rbol. "En la parte madrile?a a¨²n hay que limpiar las cenizas en la red de caminos que se construy¨® para apagar el incendio. Los estudios no han detectado part¨ªculas t¨®xicas", se?ala Miguel ?ngel Hern¨¢ndez, de Ecologistas en Acci¨®n.
El vertedero de Sese?a comenz¨® a acumular neum¨¢ticos en 2002. Un a?o despu¨¦s, Castilla-La Mancha le concedi¨® la declaraci¨®n de impacto ambiental y el Ayuntamiento aprob¨® la licencia. La actividad fue paralizada en 2005 por el Gobierno castellanomanchego, que sancion¨® a la planta con 60.000 euros por un delito muy grave de evaluaci¨®n de impacto ambiental. Los neum¨¢ticos se convirtieron en bienes abandonados.
"Nadie se ocup¨® de una parcela que pertenece a dos comunidades y a dos municipios diferentes", se?ala Seraf¨ªn Faraldos, alcalde de Valdemoro. El 30% del terreno est¨¢ en su t¨¦rmino municipal. Esa dejadez y una mano intencionada, se?alan los vecinos, obligaron a las Administraciones a gastar m¨¢s de siete millones de euros en limpiar una parcela con la que nadie sabe qu¨¦ va a suceder.
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