Sese?a, paisaje despu¨¦s del incendio

Ya casi nadie habla del incendio. Siete meses y medio despu¨¦s de que el fuego de decenas de miles de neum¨¢ticos cubriera de humo negr¨ªsimo las vidas de los 9.000 vecinos de la urbanizaci¨®n de El Qui?¨®n, en Sese?a, las cosas han vuelto a su ser. ?Cu¨¢l es su ser? El de una zona residencial aislada entre pol¨ªgonos industriales y carreteras radiales que, si durante a?os fue un s¨ªmbolo semivac¨ªo de la especulaci¨®n y la burbuja inmobiliaria (es el residencial levantado por el conocido constructor Francisco Hernando, El Pocero), hoy vive un resurgir que va completando las ¨²ltimas promociones libres con nuevos vecinos que llenar¨¢n a su vez el segundo colegio del barrio, un concertado que ya tiene una parcela reservada y hasta fecha prevista de apertura: septiembre de 2017.

Aquel brutal incendio de un vertedero ilegal que se declar¨® [muy probablemente de forma intencionada] la madrugada del 13 de mayo no parece ahora m¨¢s que un par¨¦ntesis en ese resurgir, a juzgar por el gesto con el que la joven Ver¨®nica (27 a?os) se encog¨ªa de hombros en la puerta del enorme parque con estanque donde los helic¨®pteros chuparon agua durante d¨ªas para enfriar la goma en llamas al otro lado de la R-4. ¡°Llevo viviendo aqu¨ª dos meses y no s¨¦ nada de eso. Hemos venido de alquiler a probar y, si nos gusta, compraremos¡±, dec¨ªa mientras tiraba del carrito de su beb¨¦ y de la correa de su mascota. La imagen del barrio pasadas las 11.30 de la ma?ana, casi desierto, es la que cualquiera puede imaginar en una ciudad dormitorio durante la ma?ana de un d¨ªa laborable.

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A la vez, en la antigua planta ilegal de neum¨¢ticos, un grupo de periodistas esperaba la llegada del consejero de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid, Jaime Gonz¨¢lez Taboada, que estaba a punto de explicarles que tras seis meses de trabajos de limpieza (empezaron despu¨¦s de controlar el incendio, lo que se demor¨® casi un mes) la zona ya est¨¢ liberada de 1.500 toneladas de chatarra y restos de neum¨¢ticos y 15.000 metros c¨²bicos de cenizas. Eso, en la parte madrile?a, perteneciente al t¨¦rmino municipal de Valdemoro, porque en la zona castellano manchega de Sese?a (Toledo), donde ca¨ªa el 70% del vertedero, a¨²n quedan algunas monta?as de cenizas por limpiar tras la retirada de m¨¢s de 10.000 toneladas de restos.

"Tenemos ya algunos indicios de c¨®mo ha quedado toda la zona y, afortunadamente, el incendio no ha da?ado los acu¨ªferos, ni ha afectado a la agricultura y ganader¨ªa de la zona, aunque se llevar¨¢ a cabo un an¨¢lisis exhaustivo de lo que puede quedar en el subsuelo", asegur¨® el consejero. A principios de 2017 se presentar¨¢n las conclusiones definitivas del estudio que est¨¢ preparando el Instituto de Salud P¨²blica Carlos III y la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona sobre la emisi¨®n de contaminantes emitidos durante el incendio.

Esta fue una de las grandes preocupaciones de los vecinos de El Qui?¨®n, que se llegaron a ver obligados a desalojar durante algunas horas la urbanizaci¨®n por el humo que cubr¨ªa sus casas y mantuvo cerrado el colegio de la zona casi tres semanas. Seg¨²n las mediciones del Instituto de Salud Carlos III, que dio a conocer el pasado junio la ONG Ecologistas en Acci¨®n, se registraron unas concentraciones atmosf¨¦ricas ¡°muy peligrosas¡± de un hidrocarburo cancer¨ªgeno, el benzopireno: se superaban 86 veces las medias anuales permitidas en la legislaci¨®n espa?ola (1 nanogramo por metro c¨²bico de aire). El alcalde de Sese?a, Carlos Vel¨¢zquez, espera dar por zanjado el tema una vez se presente el informe de los especialistas.

Rebeca Robledillo, de 29 a?os, y su familia volvieron a su casa en El Qui?¨®n cuatro d¨ªas despu¨¦s de que se iniciara el fuego; coincidi¨® con el puente de San Isidro en Madrid, donde trabaja buena parte de los vecinos. Cuenta, mientras tira tambi¨¦n del carrito de su ni?o, que enseguida volvieron a marcharse por ese maldito humo ¡ª"Hubo un d¨ªa que no se pod¨ªa ni abrir la ventana", asegura¡ª y que estuvieron en casa de unos familiares durante 15 d¨ªas.?

Pero hoy, casi nadie habla de las mascarillas que se agotaron en las farmacias ni de los restos negros de ruedas que se pod¨ªan recoger en las azoteas. La comidilla ahora son los carteles de la inmobiliaria de una entidad bancaria que lucen en una de las ¨²ltimas promociones que quedaban vac¨ªas en el barrio; los pisos que estaban en alquiler y ahora se est¨¢n pintando y reformando para sacar a la venta; la frecuencia con la que aparece en cualquier esquina un cami¨®n de mudanzas; los nuevos establecimientos que van surgiendo ¡ªun restaurante gallego es, sin duda, la sensaci¨®n del momento¡ª; el nuevo colegio; el centro de salud ya construido, pero vac¨ªo; los accesos a las radiales que les permitan evitar unas v¨ªas estrechas y peligrosas...?

Eso s¨ª, a?ade Robledillo, aunque ya no lo tengan tan presente, nunca podr¨¢n olvidarse del fuego, pues, m¨¢s all¨¢ de alg¨²n avance en la investigaci¨®n judicial o la llegada espor¨¢dica de alg¨²n periodista, forma ya una parte indisociable de su barrio, como esa referencia ineludible que antes era el Pocero: "Si le dices a alguien que vives en el Qui?¨®n, nadie tiene ni idea; pero si le dices que es donde el incendio de neum¨¢ticos, entonces s¨ª. Nos ha hecho famosos".